Elio Tomás Montes de Oca Companioni nunca pensó que a sus 58 años de edad regresaría como maestro al lugar que lo formó. Y es que hay historias que tienen un recorrido justo en la vida. Quizás por eso, no les dio mucha importancia a los que dicen que “al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver”.
No lo hizo en el afán de probar suerte; tampoco de contrastar con la probada pertinencia de esta frase, sino, porque además de volver a este recinto con una mirada descubierta, sabía que su pasión por la pedagogía se mantenía intacta.
Por ello, no lo dudó. Apenas recibió la propuesta de trabajar en la Escuela Pedagógica Rafael María de Mendive, de la capital provincial, aceptó el desafío de retornar a un centro que, si bien no se asentaba en el mismo local de sus años de juventud, seguía con el principio de formar las especialidades de Maestro Primario, Educación Especial y educador de la Primera Infancia.
De esta forma llegó hace dos años a la instalación docente de Sancti Spíritus impulsado por ese viejo sentimiento de que siempre se regresa a los sitios donde se amó la vida. Arribó al plantel con el mismo ímpetu de aquel niño que no dejaba de asumir el rol de maestro en cada juego con sus amigos; con el ejemplo de sus pedagogos de la infancia, y con el reto de prestigiar al centro que lo convirtió en el profesional y ser humano que es hoy.
Lo hizo, también, con los conocimientos aprehendidos en toda su etapa como estudiante: “Al graduarme de maestro primario en la Escuela Pedagógica Rafael María de Mendive y, ante la necesidad de formar profesores de Física, Química y Matemática, decidí matricular en el Instituto Superior Pedagógico José Martí, de Camagüey, en la especialidad de Matemática”, apunta Elio.
Más tarde, sin querer despojarse de los ariques de La Lolita, ese caserío yaguajayense del cual no deja de sentirse orgulloso, este maestro alcanzó el título de licenciado en Educación, en la asignatura de Matemática; una disciplina que adoró desde que conoció los números.
Tanto es aquí que, desde que puso los pies en un aula, lo hizo como profesor de esta materia. A su paso por la Secundaria Básica Felino Rodríguez, de Meneses, por el Centro Universitario Municipal Simón Bolívar, de Yaguajay…, y ahora, en la Escuela Pedagógica Rafael María de Mendive, sigue apegado a esta ciencia.
“Estuve cinco años como director de la universidad del norte espirituano, esta experiencia aportó mucho a mi crecimiento personal y formación profesional, pues cuando interactúas con jóvenes te nutres de sus vivencias y necesidades. Todo eso me ayudó a enfrentar el tránsito hacia este nivel educativo en el cual me desempeño en la actualidad.
“No hay dudas de que constituye un cambio radical, pero ha sido para bien. Pasé de dirigir jóvenes universitarios a impartir Didáctica de la Matemática a los futuros educadores de esta provincia”, refiere Montes de Oca.
Al hablar deja entrever su compromiso con la formación de los nuevos maestros, quienes dentro de muy poco se insertarán a las aulas espirituanas y aliviarán las necesidades de docentes que enfrenta el territorio.
“Impartir clases a estos educandos que han escogido las carreras pedagógicas resulta una tarea de vital importancia no solo para la provincia, sino para el país. Los médicos, ingenieros, abogados, obreros, técnicos…, por donde primero pasan es por la Primera Infancia y la Enseñanza Primaria, de ahí la razón de ser de nuestra escuela.
“Por eso, es determinante motivar a los alumnos por estas especialidades. En la medida que logremos una adecuada orientación vocacional, y la realización de círculos de interés pedagógicos a nivel municipal, así como un sistemático intercambio entre los metodólogos y los profesores de nuestra escuela, elevaremos el interés de los escolares. También ayudaría la visita de los muchachos al centro para que dialoguen con nuestros estudiantes y aprecien cómo es la vida diaria en una escuela pedagógica”, constata el educador.
Sin embargo, la rutina de Elio no se limita a impartir clases en la Escuela Pedagógica Rafael María de Mendive y, mucho menos, a impulsar el cargo de subdirector docente en la misma, sino que fragua proyectos investigativos que no deja en historias inconclusas. Gracias a este empeño, ostenta los grados científicos de máster y doctor en Ciencias Pedagógicas, méritos que han contribuido a resolver problemáticas dentro del gremio.
“A través de mi tesis doctoral, por ejemplo, he podido darle tratamiento a la función educativa de la Matemática, a partir de la formulación y resolución de problemas matemáticos mediante la aplicación del Programa Heurístico General, primero en la Secundaria Básica, y ahora en la escuela pedagógica, teniendo en cuenta las adecuaciones pertinentes según el nivel de enseñanza y el programa de estudio con el que se trabaje”, destaca.
Aunque sus estudios contribuyen a perfeccionar el aprendizaje, no imaginó que un día estaría dentro de los mejores maestros investigadores de Sancti Spíritus, lauro que se corresponde con sus extensas jornadas de lecturas y de búsqueda incesante de información, con su sentido de pertenencia y su entrega a la formación de las nuevas generaciones.
“En realidad no esperaba este reconocimiento porque no trabajo para ello, pero no te puedo negar que me llena de satisfacción y, al mismo tiempo, me impone retos. Eso me dice que hay continuar con la investigación, en aras de buscar mejoras desde el punto de vista pedagógico”, asegura.
Y mientras Elio Montes de Oca Companioni repasa su vida como docente y directivo, cree que siempre es posible retornar a los sitios donde se amó la vida. Lo comprobó a sus 58 años de edad, en otra vuelta al Sol, y cuando el destino lo puso allí, en el mismo lugar que un día le abrió las puertas del magisterio.
Excelente profesional y amigo. Felicidades y que se multipliquen tus éxitos.
Honores a quien honor merece, nada ha podido menguar en él su amor por la docencia y la formación de las nuevas generaciones, felicidades