La inversión extranjera directa en la industria de Cuba está orientada actualmente al desarrollo de proyectos de carácter integracionista a fin de encadenar y optimizar los procesos productivos, indicó una autoridad del ramo.
Las propuestas de inversión deben estar en correspondencia con las prioridades de la industria como por ejemplo aquellos relacionados con el sector de envases y embalajes, explicó a Prensa Latina la subdirectora de la dirección General de Gestión Industrial del Ministerio de Industrias, Ana Iris Cabrera.
En la Cartera de Oportunidades de Cuba -actualizada anualmente- se esbozan algunas de nuestras potencialidades las cuales están orientadas hacia los ejes estratégicos de la isla, en ella se identifican 22 intereses, de ellos cinco en la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM).
Las propuestas están distribuidas en cinco proyectos en las industrias química, ligera y sideromecánica, cuatro en la empresa del reciclaje y tres en la electrónica, detalló Cabrera.
La industria, dijo, no se va desarrollar de manera rápida, por tanto es necesario priorizar las áreas y productos con mayor impacto en la población, será un desarrollo dosificado y por etapa. Sin embargo, la isla cuenta con una infraestructura básica y con pequeñas modificaciones se puede optimizar y asimilar nuevas capacidades, subrayó.
Actualmente, el Mindus patrocina 26 negocios con inversión extranjera, 19 empresas mixtas y seis asociaciones económicas internacionales, de ellos cinco bajo la modalidad de contratos de administración productiva, vinculados en su mayoría al sector de las manufacturas ligeras y, además, una empresa de capital totalmente extranjero.
Los países con mayor representación, continuó, son España e Italia, naciones que desde el inicio de la inversión extranjera en la isla decidieron apostar por Cuba, y hoy se mantienen y buscan nuevas oportunidades de negocios pese al bloqueo económico, financiero y comercial impuesto por Estados Unidos a Cuba.
Entre los elementos esenciales para el desarrollo de procesos inversionistas se encuentran la aplicación de la ciencia y la innovación, la sustitución de importaciones y los criterios para promover las exportaciones por el impacto que ocasiona en la balanza externa, puntualizó.
Así como potenciar la informatización y la automatización de los procesos para lograr una industria de punta que pueda mover el producto interno del país, en resumen una industria más competitiva.
Para ello la mayor de las Antillas cuenta con fortalezas para la inversión extranjera como pueden ser que constituye una prioridad gubernamental, posee una política sectorial y una cartera de oportunidades de negocios respaldada por un marco regulatorio actualizado, además, de un capital humano con alto nivel educacional y una infraestructura básica.
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