En diferentes sitios de Cuba suceden varamientos de ballenas, como es el caso de un gran cuerpo de Balaenoptera physalus, (rorcual común) avistada en el Refugio de Fauna Cayo Francés, Villa Clara.
Sorprendente por sus 13 m de longitud, el cuerpo inerte, henchido de gases por la iniciada descomposición, fue rescatado para su posterior conservación esquelética por el personal del área protegida.
Esta especie tiene una distribución cosmopolita, y aunque son ballenas consideradas oceánicas pueden aproximarse a las costas con aguas profundas cercanas.
Como dato curioso, esta especie alcanza el segundo mayor tamaño del reino animal (27 m), solo superada por la ballena azul (Balaenoptera musculus).
En los registros de varamientos, constituye la primera ocasión que aparece en la costa norte de nuestro país, distante del anterior que en 1989 sucedió en Boca de Galafre, al sur de Pinar del Río.
Sin señales de enfermedad aparente, ni marcas de grandes depredadores en el cadáver se atribuye el suceso a la entrada de vientos sostenidos asociados a un frente frío.
En ocasiones similares, los cetáceos pueden ser forzados por las condiciones climáticas a alcanzar bajas profundidades y costas desconocidas, quedando posteriormente desorientados en su regreso a aguas profundas.
En menos de 10 días acontecieron tres varamientos más de cetáceos en la costa norte cubana. Dos cachalotes, y este rorcual que de “común” para nosotros, solo lleva el nombre.
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