Porque el terreno llama otra vez, poco a poco las emociones ceden. Eriel Sánchez León piensa en el otro reto, pero vive con sus Gallos el que acaba de vencer.
Tras un espectacular play off que remontaron más de una vez ante Pinar del Río, el equipo que dirige derrotó mitos y maleficios y pudo ganar, por primera ocasión, un séptimo partido en postemporadas y estar de nuevo en una semifinal de la pelota cubana.
Sancti Spíritus, con sobradas razones, celebró el suceso y comienza a soñar.
De cómo se vivió ese play off y cómo se encara el próximo hablamos con el mánager espirituano
“Es una emoción que en realidad cuando se terminó el juego de pelota no concebía lo que estaba sucediendo porque uno estaba muy concentrado, enfrascado en el compromiso que teníamos y todo ese mito que estaba alrededor del equipo de Sancti Spíritus. Pero lo veo como un avance de lo que dijimos todo el tiempo: que ningún equipo se parece a otro y que puede ser una nueva historia la de los Gallos espirituanos
Los Gallos vencieron un maleficio de años, ¿cómo lo lograron?
Se gana desde el primer día de entrenamiento, nos basamos en lo que era el compromiso y la moral de cada uno de los atletas para cumplir los objetivos que nadie pensaba, hablábamos de qué podíamos hacer, les decíamos que todo el mundo era necesario, pero nadie era imprescindible y que a falta de muchos nombres ya establecidos estaba la posibilidad de muchos hombres por hacer y desde que acataron ese compromiso, todos empezamos a ganar la etapa regular y también este play off. El quid de todo fue mantener el mismo juego de béisbol que hicimos desde el principio hasta el final, tanto fue así que el último partido fue uno de los más fuertes e intensos, con un marcador adverso hicimos lo que siempre hicimos en todo el torneo: tratar de buscar jugadas tácticas que pudieran sorprender al equipo contrario y así salió; luego de un hit, vino el jonrón de Dismany Ortiz, pero hicimos una jugada de amago, toque y bateo que hicimos en el campeonato y ahí salió todo hasta que llegó la responsabilidad de los grandes a los que nunca les quité la confianza.
Fue una decisión riesgosa llevar a Yunier Mendoza de nuevo a cuarto bate cuando no había bateado.
A los grandes nunca se les falta el respeto, él mismo se sorprendió cuando le dije: “Vas a volver a ser el cuarto bate del equipo”, me preguntó: “¿Yo?”. Le dije: Sí, eres grande y te va a tocar, nadie se va a acordar de que fallaste tres o cuatro veces, te van a recordar como la Regadera Trinitaria, como el gran pelotero de hit, como la persona sobre la cual se ha debatido por qué no está en los equipos Cuba y en un momento determinado lo vas a demostrar; yo confío en ti. Cuando era atleta me gustaba que nos mantuvieran la confianza, eso traté de hacer y salió bien.
Decisión riesgosa fue también traer a Mauris tras sus pésimas salidas en el estadio Capitán San Luis…
Es verdad, no lo había hecho bien en dos ocasiones, fui un poco censurado por las redes y por todos los lugares por la decisión de siempre traerlo a él. A quien le gusten la historia y las estadísticas, el año pasado siempre lo hice, este año no tenía por qué cambiarlo, pero me inspiró algo muy importante: por la mañana me pongo a conversar con los muchachos, unos estaban comiendo mango, otros jaraneando, otros fumándose un tabaco, había un grupo en el que estaban jugadores como Daviel Gómez, Yuen Socarrás, Yunior Ibarra, Alberto Rodríguez, Frederich Cepeda, Rodolexis Moreno, y Mauris estaba en su habitación al frente de ellos. Lo saludé y le dije: Dice un viejo refrán que a la tercera va la vencida y creo que la vida tiene venganza, te la va a dar y yo no te la voy a quitar. Él me dijo: “Ah sí, pues démela para que usted vea lo que es un Yankiel Mauris”. Le respondí: Vamos a trabajar y déjame ayudarte. Cuando llegamos al terreno me hizo una seña de que lo ayudara y le llevé el pitcheo completo, nunca dijo no, siempre estuvo concentrado, lo más grande fue con la disposición, la vergüenza que salió y el compromiso de hacerlo bien. Él es un señor pitcher y no le iba a quitar el poder que se ha ganado como el gran relevista que ha sido durante estos años en el equipo de Sancti Spíritus.
¿Cómo mantener la combatividad tras regresar de Pinar obligados a ganar dos juegos y cuando empezaba a pesar la historia?
Creo que los muchachos ganaron los dos juegos aquí en Sancti Spíritus cuando perdieron el tercer partido en Pinar del Río. Cinco de las principales figuras del equipo se metieron en un cuarto en el estadio Capitán San Luis y se pusieron a llorar como personas con dolor, con compromiso, como quien lo había dado todo y había existido algo que no nos lo permitió. Le puse la mano arriba a cada uno y les dije: Sé que se sienten mal, pero aún nos queda oportunidad. Entonces cada uno se fue secando la cara, se fue parando, salieron caminando hasta la guagua y no hablaron una palabra más. Cuando regresamos el viaje fue totalmente silencioso, no se escuchaba una palabra en el ómnibus, pero cuando llegamos al hotel les hablé y les pedí que salieran a jugar y a divertirse, que el trabajo estaba casi hecho y que en las únicas personas que tenían que creer era en ellos mismos, olvidarnos de todo, de que fuimos capaces en todo el campeonato de obtener, dos, tres y hasta seis victorias consecutivas en nuestro estadio, de que se lo creyeran y que lloráramos o lamentáramos las cosas en el último momento, cuando termináramos todo. Les dije: Vamos a ganar, y dos o tres palabras más de las que se dicen en un equipo de pelota y que no se pueden repetir en un medio de prensa. En ese momento surgió un grito generalizado. Cuando llegué a mi casa comenté con mi familia que no perdía ninguno de los dos partidos.
Y el brazo de Socarrás en ese sexto juego, ¿también ayudó a levantar?
Sí, tenemos que darle las gracias a Socarrás por ganar tres partidos de cuatro, y a Mauris por lanzar como lo hizo, pero detrás del brazo de Socarrás estaban los corazones, los brazos, los guantes y los bates de todos los demás, me gusta reconocer el trabajo personalmente, pero creo que los protagonistas del equipo han sido todos. Si buscamos estadísticas tendríamos que detenernos porque si no minimizamos el trabajo de algunos de los que también aportaron, hasta el del banco; esto es un equipo y si hoy le tocó a Socarrás, mañana le puede tocar a otro y en eso es lo que tenemos que pensar, que todo podemos aportar un granito de arena para la victoria.
Algunos pensaron que el nocaut del segundo partido y la lluvia de expulsiones, incluida la suya, podían voltear el play off en contra.
En una conferencia de prensa, el colega Randy Vasconcelos me hacía una pregunta sobre si ese suceso podría traer consigo lo mismo de la Serie 49, cuando después de una bronca con Industriales no ganamos un partido más. Le contesté con una pregunta: ¿Es este el mismo equipo que aquel de la 49? Le respondí: No es el mismo equipo, no son los mismos muchachos, no es el mismo momento y creo que no será la misma situación. Lamentamos que muchos fuimos sancionados, y en lo que respecta a la luz pública, la televisión, estuvo feo porque lo que debemos dar es béisbol y no espectáculo de esa índole, pero si borramos las cámaras y esto que expliqué, podríamos decir que era necesario, porque nosotros estábamos reclamando nada más que respeto, porque somos un equipo que sabemos jugar bien agresivo, bien dinámico, pero nunca le faltamos al contrario, pero todo el mundo vio que a partir de ahí los dos equipos jugamos un tremendo play off, sin faltas de respeto y un buen béisbol.
¿Qué pasó dentro de Eriel tras el último out del partido final?
Es un momento en el que uno se queda vacío, que no sabe en qué pensar, vienen muchas cosas que no te dejan interiorizar lo que está sucediendo; solo miré a mi alrededor, me paré de mi taburete, caminé hacia adelante y miré hacia las gradas, hacia el palco donde estaba la presidencia, hacia el palco donde estaba mi mujer porque habíamos conversado mucho sobre la necesidad de esa victoria; me quedé como en un letargo y me puse a observar al equipo cómo disfrutaba, nada más pensaba en lo bonito que habían hecho las cosas, en cómo repercutía en ellos, en su familia y en un pueblo que no nos defraudó.
Un pueblo que se desbordó. ¿Esperaban esa respuesta espontánea?
Así mismo fue, sin ninguna planificación ni nada, todo salió perfecto. Sí esperábamos que cuando obtuviésemos la victoria que el pueblo iba a responder porque es muy seguidor del béisbol, aunque es exigente, pero eso nos hace reflexionar y nos enseña a jugar siempre con la convicción de la victoria. Muy merecida esa acogida en el parque Serafín Sánchez y no quería dejar pasar por alto la que nos hicieron los compañeros del hotel Rancho Hatuey, eso tampoco lo esperábamos.
Fuera de las fronteras espirituanas hay quienes se cuestionan si Sancti Spíritus está festejado de más porque aún queda campeonato.
Están equivocados. Granma es el actual campeón y disfrutó su pase como si hubiesen ganado el campeonato, fueron recibidos y todo. Matanzas también disfrutó su victoria; Pinar del Río cuando clasificó de octavo por la variante de que perdió Villa Clara, disfrutó. Quiere decir que el disfrute no es porque estemos conformes con lo que pasó, al contrario, vamos a luchar con la misma intensidad por tener otro recibimiento porque vamos a salir con la misma fuerza con que salimos a disfrutarlo.
¿Ya se le bajó la presión arterial?
Me estuve chequeando en todo el play off y en esos días no tuve nunca la presión alta; sin embargo, al otro día de ganar, la tuve por el techo porque me estaba descongestionando, me estaba creyendo lo que ese equipo fue capaz de hacer, pero ya estamos enteros y listos para el play off.
¿Cómo se preparan los Gallos para medirse con Matanzas desde el próximo jueves en el “Huelga”?
Le voy a decir como siempre he dicho: Vamos a preparar al equipo de Sancti Spíritus contra el equipo de Sancti Spíritus; nuestro peor enemigo somos nosotros mismos; si nos preparamos bien, si hacemos las cosas como las tenemos que hacer, si seguimos jugando como jugamos en muchos de los partidos —porque para nadie es un secreto que podíamos haber ganado 4-1, 4-2—, nosotros podemos tener grandes resultados y no tenemos que ver quién es el rival. Tendremos al frente un excelente equipo, con buenísimos peloteros, excelente dirección, mucha ofensiva, lanzadores de experiencia, pero nosotros tenemos también un excelente equipo, con excelentes peloteros y muchos deseos de hacer las cosas, que es lo más importante; cuando se tienen deseos y cada cual se entrega con el corazón, también vienen los resultados.
Fue declarado Hijo Ilustre de Sancti Spíritus en el contexto de los 508 años de la fundación de la villa. ¿Cómo lo asume?
La condecoración es también el resultado de todo lo que me entregué al terreno cuando era jugador y ahora los muchachos me ayudan a que lo reciba con más orgullo. Fue bonito recibirlo junto a científicos, personalidades que lucharon contra la covid, que han sido internacionalistas, que han hecho proyectos súper interesantes para el país, es algo que se recibe con el corazón en un momento muy bueno porque fue al otro día de conseguir una excelente victoria, un pase a una semifinal y una medalla de bronce en las manos… y que vamos a luchar por cambiarle el color.
Mi sueño es que Sancti Spiritus sea el campeón de esta serie para que tengan que reconocer que los equipos se crecen ante las adversidades y la fama de algunos es pura vanidad. Además que Eriel dirija el equipo nacional al próximo clásico de beísbol. Ojalá que la historia demuestre una vez más que los sueños se convierten en realidad si uno se lo propone
Bien. Se ve en sus palabras un equipo que no se conforma y va por más. Y creo que hay un margen aún de crecimiento para lo que resta del play off ya que hombres como Cepeda y Mendoza no han podido dar todo lo que ellos pueden. A veces las cosas salen y a veces no. Puede haber un giro a nuestro favor en ese sentido. Igual sería importante el aporte de Santos, creo que es casi imprescindible que así sea.