Profesionalidad y un alto sentido de la responsabilidad se conjugan en la Escuela de Capacitación de la Empresa Eléctrica de la provincia de Sancti Spíritus, baluarte indispensable en los resultados que desde hace algunos años exhibe este territorio central en la baja incidencia de accidentes mortales en el sector.
Del municipio de Fomento es Pedro Ezequiel Bravo Maury, uno de los jóvenes que hoy se forman en la también conocida como Escuela de linieros, instalación ubicada en un sitio apartado de esta ciudad y en la que hacer las cosas bien, cada día, constituye una máxima para alumnos, instructores y demás trabajadores.
Con su hablar campechano y la humildad propia de los pobladores de la montañosa localidad, Bravo Maury refirió a la Agencia Cubana de Noticias la disciplina y las condiciones adecuadas que encontró desde su llegada al centro donde se forman igualmente linieros especializados y energizados, operadores de subestación y de paneles solares fotovoltaicos, inspectores eléctricos y lectores-cobradores.
Aseveró que con la preparación aquí recibida, se siente en condiciones de asumir cualquier responsabilidad en su vida laboral, ya sea a la hora de enfrentar una avería en su turno de guardia de la madrugada o las severas afectaciones que causan los ciclones tropicales, por ejemplo; pero lo más importante, y en lo que más insisten en la escuela, es en las medidas de protección y el cuidado que debe tener siempre.
Luego de muchísimos años como liniero y un aval que le hacen merecedor del reconocimiento de todos, Armando Mencía Iznaga es instructor de patio en el área especializada, como se le denomina a quienes deben capacitar a los estudiantes en el llamado trabajo en caliente, es decir, en la línea energizada, labor que exige de muchísima concentración y destreza de todo el equipo.
Quienes llegan a las manos de Mencía Iznaga ya han pasado por otro entrenamiento previo y llevan algún tiempo en las brigadas cogiendo habilidades y adiestrándose; sin embargo, pese a tener cierto dominio, Armando es muy celoso a la hora de enseñar los diferentes procedimientos de trabajo en la línea, de explicarles las funciones y de velar por el uso correcto de los equipos de protección.
En el aula reciben la parte teórica y en el patio, todo tipo de entrenamiento para que se ejerciten y puedan evitar, después, los accidentes mortales, dijo, y para ello se cuenta con el equipamiento necesario, las plataformas, los guantes, las varas; nuestra tarea es prepararlos para que aprendan con total confianza y seguridad, subrayó.
Al decir de Lourdes Lorena López González, directora de la institución, además de habilitar a todos los trabajadores de los puestos claves de la Empresa Eléctrica, los instructores y otro personal eventual certificado para impartir clases ofrecen capacitación a técnicos, especialistas y obreros, de acuerdo con el diagnóstico de las necesidades de los municipios.
Y más allá de la preparación que reciben específicamente los linieros en temas vitales como atención al cliente, seguridad y salud y seguridad eléctrica, este centro es el encargado, a su vez, de recalificarlos cada año, un asunto en el que la protección individual y colectiva vuelve a estar en el epicentro de las clases, apuntó López González.
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