El rigor de la enseñanza, la profesionalidad de agrupaciones consagradas y el talento del Movimiento de Artistas Aficionados (MAA) marcan el compás del festival Afidanza, de regreso a la sureña urbe en una edición modesta que ha limitado el número de participantes, pero no el alcance en la concepción de un espectáculo con muchas luces y aciertos.
En la Casa de Cultura Julio Cueva Díaz y el Palenque de los Congos Reales -principales locaciones- se puede disfrutar de las propuestas; la jornada inaugural contó con la presentación de la compañía Magic Dance y de otros grupos de reconocida trayectoria en la ciudad, mientras para el sábado se reservó el plato fuerte del programa con la celebración de galas, acciones metodológicas y actividades comunitarias.
El Taller impartido por el profesor Juan Carlos Hernández, coreógrafo y bailarín del Ballet Folclórico de Trinidad devino clase magistral donde brillaron por igual el maestro y los alumnos; entre ellos estudiantes de danza de la Escuela de Arte Ernesto Lecuona de la provincia de Sancti Spíritus, instructores de arte de esa especialidad, adultos y niños aficionados.
El programa sabatino incluyó además la presentación de un espectáculo dedicado a Venezuela, con la actuación de las unidades artísticas conformadas por alumnos y miembros de la brigada José Martí, estos últimos participantes en la misión Cultura Corazón Adentro en la nación latinoamericana. Entre las actividades comunitarias se realizaron pasacalles y la gala en el teatro La Caridad que reunió en escena a agrupaciones aficionadas y profesionales.
Desde la Casa de Cultura trinitaria fue gestado Afidanza. Rosa Aneya Limonta Laporte, directora de la institución y Carlos Pérez Pablo, metodólogo de danza, son los organizadores del evento que -pese a algunas zancadillas en cuanto a presupuestos y otros detalles logísticos- hace mover los pies de los trinitarios. Ellos, unidos en la vida y en la profesión, defienden con vehemencia la proyección internacional de un festival que hace brillar el quehacer de estos centros a favor de la enseñanza y promoción de las diferentes manifestaciones artísticas.
Hasta el domingo 24 de abril los aplausos en Trinidad para las agrupaciones Aché Churé y su Nueva Generación, el Ballet Folklórico de Trinidad, Manana Mendó, y Magic Dance; también para los aficionados, los instructores de arte y sus alumnos… La danza está de fiesta.
LAS VUELTAS DEL CARRUSEL
Las propuestas culturales animaron el fin de semana en la villa sureña, donde también se celebró el festival Carrusel de Colores. Tras dos años aplazado por la pandemia, la Oficina del Conservador de la Ciudad de Trinidad y el Valle de los Ingenios invitó al público infantil a un espectáculo hermoso, que tuvo como particularidad su carácter no competitivo.
“Como consecuencia de las medidas sanitarias previstas en los protocolos contra la covid no se pudo realizar el proceso de preparación de los participantes, que ha contado siempre con la contribución de músicos, compositores e instructores de arte de la localidad”, declaró a Escambray Margot Durán Cueva, directora de Comunicación de la institución.
En la gala se interpretaron temas ganadores de este concurso y de Cantándole al sol. Entre bailes y canciones resultaron premiados además los niños ganadores del concurso Yo le escribo a mi ciudad, convocado por el Centro de Documentación del Patrimonio Casa Malibrán y la Oficina trinitaria. El premio lo recibió Aitana María Jorge Puertas, alumna de la escuela secundaria Pedro Lantigua y el segundo lugar lo alcanzó Gabriela Beatríz Zaballa Rogue, de la escuela primaria Puerto Rico Libre, de Condado.
Los niños y hasta los padres disfrutaron además de la presentación de Rosa María Campo, una de las compositoras más importantes de música infantil en el centro de la Isla y que subió al escenario con parte del equipo del programa La Tía Rosa y su Carrusel Musical, producción de Cubavisión que se realiza en Cienfuegos.
Carrusel de Colores constituye uno de los proyectos más consolidados de la Oficina del Conservador, el cual promueve el gusto de los pequeños por las canciones infantiles, así como la sensibilidad por el cuidado de los valores patrimoniales de la ciudad con varias distinciones a nivel internacional.
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