Tras varios meses “paralizadas” a causa de la pandemia, las piernas de los futbolistas espirituanos se activan este sábado junto a las de sus homólogos del país en la arrancada de la 106 Liga Nacional de Fútbol con la denominada fase de apertura.
Los yayaberos jugarán en el grupo B junto a Ciego de Ávila, Camagüey, Las Tunas, Holguín, Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo, mientras que en la llave A lo hace el resto de las provincias desde Pinar del Río hasta Villa Clara, incluida la Isla de la Juventud.
Para asumir el exigente torneo, los de casa han tratado de aprovechar al máximo el tiempo desde inicios de noviembre para desperezar el cuerpo y ponerse a punto. Así lo adelantó a Escambray Yoelvis Castillo Carmenate, director técnico: “Al estar mucho tiempo parados primeramente fuimos a lo aerobio para lograr la capacidad de trabajo, hemos hecho lo físico con la pelota en los pies, y la preparación se ha basado más bien en lo táctico. Debemos decir que la parte logística ha sido buena con la entrada de material de las donaciones de la JOMA, el terreno está duro, en esta última parte no hemos podido regar el terreno por todo el problema del agua y nos falta la corriente, además de que la alimentación es mala”.
Castillo Carmenate comentó que la base esencial del elenco viene del equipo Sub-23, medallista de bronce. “A pesar de las deserciones, el grupo se ha mantenido, hemos recuperado a atletas de experiencia que llevaban tiempo sin jugar como José Ramón Paseira, Pedro Cañizares, Eugenio Palmero, dos atletas de Ciego de Ávila que tienen experiencia en selecciones nacionales. La mejor línea es la zona defensiva y la más carente es la del ataque, aspiramos a estar dentro de los clasificados, hay que luchar por eso, tenemos un equipo que si ellos se lo creen podemos hacer el trabajo, hay una mezcla de juventud y experiencia, con muchachos de talento, buen trato al balón, que es una diferencia en relación con otros años”.
En los entrenamientos ha contado con la experticia de su hermano Yunielis Castillo, quien por años dirigió la selección espirituana y estuvo seis meses como técnico en Guatemala. “Jugamos la eliminatoria mundialista y al no tener visa para ir a la Copa de Oro, regresamos. Ver el fútbol en el máximo nivel de Concacaf, te deja mucha experiencia y aprendizaje, eso nos permitió apreciar la forma de entrenar, lo que hacen tácticamente y ver que no estamos lejos. En Cuba nos preparamos, jugamos nuestros torneos, los que son jugadores amateurs, no estamos chocando con profesionales, no tenemos ni los medios ni las canchas. El futbolista cubano es un héroe porque juega en terrenos duros, llenos de huecos, además los torneos son muy cortos y en eso nos sacan diferencia y la parte económica porque el contrato te ayuda en muchas cosas, aquí hay jugadores que no tienen trabajo ni salario, pero se juega”.
Diseñado para desarrollar partidos de ida y vuelta, la fase de apertura clasificará a la segunda etapa denominada clausura a los primeros cuatro equipos de donde saldrá luego el campeón nacional.
Según lo establecido en el congresillo del evento, los mejores equipos de cada llave jugarán una final a partido único en el estadio de aquel que logre mejor puntuación. El ganador asegura su presencia en la lucha por la Supercopa de Cuba, ante el campeón de la fase clausura.
Los espirituanos debutan ante Ciego de Ávila en calidad de visitantes.
Jugando sin nasobuco y sin distanciamiento social…. que ejemplo para los demas. Jesus, Maria y Jose.