Dirigió y ganó en campeonatos provinciales de béisbol, integró por años las direcciones del Sub-23 hasta comandar la que ocupó el quinto lugar en la reciente Séptima Serie, ha sido coach de banca de los Gallos en las dos últimas campañas. Mucho antes, jugó en el Sancti Spíritus cinco veces campeón nacional de softbol y desde él saltó al Cuba, con el que también triunfó a nivel internacional.
Con esas credenciales, es como haber saltado del anonimato a la cúspide. Por eso las redes sociales y las de esquina se revolvieron cuando a Héctor Rafael Huelga Fandiño le anunciaron la tarea más difícil en sus 51 años de vida: dirigir el elenco Ganaderos para la Primera Serie Élite del Béisbol Cubano.
Sin ponerse bien el traje de mánager, Escambray lanza los primeros envíos.
“Uno se entera por las redes de la polémica y los cuestionamientos, simplemente fue una decisión de la Comisión Nacional, me preguntaron si estaba en disposición de asumir, me explicaron las situaciones que se habían presentado y que era una tarea que le hacía falta al béisbol, al país, que entraría en un proyecto de directores jóvenes. Acepté porque amo el béisbol, me gusta enfrentar los retos y este es uno”.
Es un reto, y grande, para quienes dicen que saliste de la nada…
“A todos los que piensan eso, puedo decirles que estoy trabajando y aprendiendo en el béisbol casi desde el último año que estaba en la preselección nacional de softbol, me gusta superarme, estar encima de todo tipo de información. Voy a tratar de hacerlo lo mejor posible, me voy a equivocar como todo el mundo en su puesto de trabajo, en la vida cotidiana, pero pueden estar seguros de que cada vez que salga al terreno y haga una jugada la voy a hacer con el espíritu de ganar, esa es mi mentalidad, he estado en equipos que han ganado a todos los niveles, ese es el espíritu que trataré de trasmitir y voy a salir a ganar, no voy a salir a esconderme”.
Empezar con miradas en contra, ¿te preocupa?
“Para nada, ya estaba enfocado en realizar esta tarea. Eriel era el director y yo, el coach de banca; habíamos analizado el equipo y lo que me toca es continuar el trabajo. Con Eriel había estado dos años en el Sub-23 y dos con los Gallos, también lo hice con Lázaro Martínez. Mis comienzos fueron con Lourdes Gurriel, que me trajo desde que estaba en el softbol para que fuera aprendiendo, tomaré de todos sus ideas y experiencias y las aplicaré”.
¿Te sientas en esa silla sin creerte director aún?
“Son cosas de respeto y ética. Eriel merece mi respeto y agradecimiento, no tengo por qué cambiar de asiento si aquí me siento bien. Y en cuanto a lo de director, los que llevan más años, como Carlos Martí, Armando Ferrer, Armando Johnson, pienso que a estas alturas siempre aprenden algo. Para mí es una tarea nueva a este nivel; he dirigido, pero aún no me creo director”.
¿Tampoco cambiarías la estrategia que aplicaron con los Gallos?
“No es el mismo equipo, ni tiene las mismas características. Este cuenta con bateadores de largo metraje que no tenemos en los Gallos; la estrategia no puede ser la misma, pero la agresividad y entrega con que jugaron los Gallos en las últimas campañas sí se va a mantener, y la disciplina”.
¿Cómo conjugar caracteres de tres elencos tan diversos?
“Desde que se me informó la posibilidad de dirigir, lo primero que hice fue comunicarme con los jugadores de las otras provincias para saber su disposición de jugar y sus condiciones físicas y la respuesta fue positiva, hasta me llamaron mucho, nunca pensé que fuera así de jugadores que han dado tanto brillo a nuestro béisbol, me han dicho que vienen pa’lante, que vienen a ganar, que los ponga a jugar donde quiera que ellos vienen a jugar pelota, esa es la actitud y esperamos que se mantenga.
“Les dije que primero que todo iba a ser hombre, amigo, hermano, padre y, después, entrenador. Trataré de buscar la confianza entre ellos, la transparencia mutua, así todo va a fluir bien, si no tendremos que tomar medidas, me dieron la terea de mandar, hacer las jugadas, hacer lo que haya que hacer, me puedo equivocar hoy, mañana, pero esa responsabilidad la voy a asumir”.
¿Qué tanto te desvela dirigir estrellas?
“Es una tarea difícil, he visto jugar a muchos y los he admirado, les he dicho que podemos ponernos de acuerdo en lo que me puedan aportar porque tienen experiencia y son los que están en el terreno, mientras fluya la comunicación, no debe haber problemas”.
Los peloteros suelen mirar por encima del hombro a quienes no jugaron pelota y ese es tu caso, ¿no te inquieta?
“Para nada, hasta ahora la comunicación ha fluido bien con los jugadores de otras provincias, los espirituanos me conocen todos, me respetan y me admiran, es la consideración que tengo hacia los de aquí y espero que la de las otras provincias hagan los mismo”.
Desde fuera, ¿qué es lo más fuerte que le ves a Ganaderos?
“Es un equipo bastante completo, al unirse jugadores de fuerza, de rapidez, defensivo, podemos salir ofensivo delante y cerrar con defensa atrás, podemos poner un equipo rápido en el terreno de pelota y jugar, para el nivel de nuestro béisbol considero que tenemos un buen staff de lanzadores”.
¿En qué se concentraría la preparación?
“Es un período corto, hemos diseñado el entrenamiento para trabajar cinco días y descansar uno y, en lugar de cuatro semanas, trabajar cinco. A partir de la segunda o la tercera trataríamos de llevarlo lo más real al juego; si se puede, toparíamos, aunque el resto está lejos, haríamos una de las técnicas más usadas hoy que es ir ajustando bateadores y lanzadores en el terreno”.
¿Qué esperas de esta Serie Élite?
“Primero, que el equipo tenga buen resultado, que se dé un buen espectáculo al pueblo y que el béisbol cubano salga adelante, que es lo que todos queremos”.
Dirigirás en el estadio que lleva el nombre de tu padre. ¿Cómo se carga ese peso en la espalda?
“Es como un sueño hecho realidad. De hecho, muchas veces he querido seguir el ejemplo de mi padre y esta será una oportunidad”.
A esta altura, el diálogo por terminar se entrecorta por un llanto que a Héctor Huelga le brota del alma, como el niño que era cuando el legendario lanzador espirituano murió tempranamente en un accidente de tránsito, dejándolo sin padre y con una historia que ahora él aspira a escribir más allá del peso del apellido.
“Quiero hacer lo mío, en el béisbol lo quise lograr, no pude, se me presentó la oportunidad y me fui para el softbol, pero antes de terminar, como te dije, empecé a trabajar en la pelota. Algunos softbolistas lo han visto mal porque fui uno de los principales jugadores; si hace falta y me necesitan, los apoyo, pero mis sueños siempre fueron seguir los pasos de mi padre”.
Me gustaría verlo de nuevo, ya convertido en adulto; jamás lo he vuelto a ver desde que era niño y pasaba frente a mi casa, en la calle Federico Suárez, esquina Segunda, en Colón. Siempre de la mano de su mamá; le decíamos la Galleguita, porque todas sus tías y la madre eran «la Gallega», pero no logro recordar su nombre. Le deseo mucha suerte en esta nuva responsabilidad. Y casualmente, en julio tuve noticias de él, a través delpadre de un pitcher del equipo de Sancti Spíritus.
Felicitaciones para Hector Huelga, a quién vi jugando béisbol mucho antes de que incursionar en el softbol. Está capacitado para asumir esa tarea. Le deseo suerte que también es parte del juego de pelota. Alberto Aguila
La hermana Olga estudiamos juntos en el preuniversitario Eusebio Oliveras en Pojabo.
recuerdo la muerte de su padre, era niño estaba en la escuela primaria pero con 10 años seguía la pelota gracias a mi abuelo que la escuchaba por radio. En trinidad llegó el auto destruido del accidente que vino desde la habana la imagen nunca se me ha borrado y la pérdida menos aun. Se fue uno de los mas grandes era victoria al seguro, cuando escuchaba el lanzador de hoy por azucareros era José Antonio Huelga ya sabia que ganaban.
Héctor Rafael Huelga Fandiño, si vivió el béisbol, jugó todas las categorías escolares y la juvenil, Abelardo Triana, lo incorporó al equipo de primera categoría en la serie nacional apenas salido de la categoría juvenil, algunos «entrenadores» presionaban con las comparaciones del hijo con el padre, a pesar que Héctor siempre fue jugador de cuadro,, como comenzó su padre José Antonio, convertido luego en lanzador. Nuestro vínculo con el softball nos hizo hacerle la proposición a Luis El Pollo García para la transición de Héctor Rafael del béisbol al softball y sin dudarlo lo aceptó y para bien comenzó una etapa de triunfos colectivos a nivel nacional e internacional que incluyeron récord ofensivo de Héctor para campeonatos nacionales de softball. A pesar de ello siempre jugó los torneos provinciales de béisbol, a petición de los directores en esa categoría que insistían en que regresara al béisbol, además de los números alcanzados como directivo por más de 10 años dentro del béisbol espirituano. Héctor, espero y veas este comentario, los que te conocemos y sabemos de que material estas hecho, confiamos en ti, eres un triunfador como varios que te antecedieron con tu misma sangre. Uno de los directores más ganadores y reconocido internacionalmente en el béisbol cubano: Servio Borges, sintió las mismas espinas que tú y se une a mi en un abrazo de fe y confianza. Adelante Campeón.