Joya del saber en Perea (+fotos)

Era viernes. El cansancio de la semana pesaba sobre los hombros, mas, quedaban asuntos pendientes. Dentro de la agenda la visita a una escuela primaria rural despuntaba entre anotaciones y encargos editoriales. Su nombre: Rafael Trejo González, un plantel que cierra las puertas de Yaguajay, allá en Perea, un paraje limítrofe con la hermana provincia de Ciego de Ávila, por el norte de Sancti Spíritus.

En el mismo medio de la comunidad, con una arquitectura fiel al año de su fundación, 1996, esta escuela salta a la vista de todos porque regala lecciones, algún regaño y hasta un aire alegre para sus más de 100 alumnos y todo el que pone los pies allí.

La Rafael Trejo es un ejemplo de cuánto se puede hacer por la enseñanza desde las zonas rurales, esos espacios a los que llegan los educadores lo mismo a pie, que a caballo o en bicicleta para enseñar a los más pequeños de casa.

EL AULA POR DENTRO

Cuando Belkis García Pino llegó a esta escuela rural ya sabía lo que era trabajar con niños de la Enseñanza Primaria. Por ello, no tuvo pereza para impartir clases en preescolar y un poco más tarde en primer grado, en el cual ha permanecido durante 15 años.

Aun cuando sus primeros pasos en el magisterio estuvieron alejados de este centro educativo, aquí ha encontrado su esencia como educadora. Tanto es así que acumula 33 años en este sitio, desde el cual le ha tocado enderezar los trazos torcidos y las lecturas enrevesadas de algunos de sus educandos.

“Primer grado lleva mucha dedicación. Hay que trabajar con tranquilidad, amor, porque los niños no saben nada y van a descubrirlo todo. Hay que ser un poco de mago, de payaso…, y mientras les enseñamos es necesario ir educándolos. La estructura de la escuela nos brinda preparación y al mismo tiempo yo la fortalezco para ofrecer clases de calidad”, asegura la pedagoga.

Con una cobertura docente del ciento por ciento, dicha instalación impulsa el proceso docente-educativo. Entre los 30 maestros que conforman el claustro se encuentran recién graduados y otros de más experiencia.

“El proceso de enseñanza-aprendizaje en la Rafael Trejo es desarrollador. Todos los días buscamos herramientas para que los niños aprendan, según su diagnóstico. De igual forma los vinculamos con cada una de las actividades que se realizan en la jornada, que forman parte del currículum institucional”, confiesa Isbel Camacho Martín, director de la escuela desde hace 15 años.

Yudenia Moya Triana, educadora de sexto grado, sigue los principios de una clase amena, instructiva y que responda a las necesidades de aprendizaje de cada alumno. Para ello apela a no pocos medios de enseñanza que elevan el interés y el deseo por aprender.

“Cada clase se divide en cuatro eslabones importantes: planificación y organización; motivación y comprensión del contenido; sistematización y, por último, evaluación de las materias de acuerdo al diagnóstico de cada estudiante”, detalla la maestra.

Mas, la escuela primaria de Perea también carga sobre sus hombros tres centros rurales multigrados: Mártires de Bellamota, José Martí, de Los Ramones y Orestes Bravo Rabí, de Pedro Julio. Hasta estos lares arriban los pedagogos a pesar de lo intransitable que se tornan a veces los caminos.

“En este tipo de planteles el maestro tiene que prepararse más, porque tiene que trabajar al unísono con varios grados. Sin embargo, en los momentos actuales, gracias a las nuevas prácticas, se imparte la clase única y se gradúan los contenidos para los diversos grados”, explica Camacho Martín.

Una verdad que corrobora Magaly Díaz Pérez, maestra de la Orestes Bravo Rabí, quien asegura que esta modalidad de aprendizaje precisa de una gran autopreparación para integrar los objetivos y materias de cada grado.

“Eso tiene su metodología. Para lograr el avance de todos los estudiantes imparto clases desarrolladas con actividades variadas, y recurro siempre a la clase única. Vale mucho también el sacrificio, los medios de enseñanza que uno sea capaz de crear, la vinculación con la familia, la labor de todos los días”, apunta Díaz Pérez.

A pesar de este mejunje de responsabilidades la escuela primaria de Perea tiene el ciento por ciento de promoción, se distingue por la organización escolar, y emprende proyectos que refuerzan la actividad docente. Y cuando pocos centros de este tipo soñaron en convertirse en el centro cultural más importante de la comunidad, la Rafael Trejo ostentó desde muy temprano tal distinción.

EPICENTRO DE LA COMUNIDAD

La relación del centro con la comunidad surgió desde el instante en que supo que su misión era educar a los niños de esta localidad. A partir de ese momento irradió cultura de la decencia y buenas prácticas por doquier. No esperó a que los habitantes vinieran hasta ella, sino que, poco a poco, los insertó a la rutina docente y, al mismo tiempo, no dejó de estar presente en la vida cotidiana de los habitantes.

Allí se materializan proyectos comunitarios enfocados en estimular el desarrollo de diferentes oficios. Me preparo para el futuro —de conjunto con la Fábrica de Tabaco Torcido—, Relevo ganadero, Cuido mi entorno, Manos creadoras y Un pequeño agricultor, resultan algunas de las propuestas en aras de acercar a las nuevas generaciones al quehacer de este pueblo y, a su vez, estimular la formación vocacional desde edades tempranas.

También pone a disposición de los pobladores la sala de historia Silvestre Manuel Cárdenas Luna, la única del municipio, que recoge las remembranzas de la zona. En ella, inaugurada en el 2014, se puede escuchar lo mismo la disertación de Isbel que de algún maestro, o hasta de Carolina Bravo Pérez, quien es la jefa de colectivo y muestra, entre las fotografías allí guardadas, imágenes del juego de pelota que sostuvo Fidel con personas de Venegas y Perea, en 1968.

Recortes de periódicos que han dado cuenta de disímiles sucesos, y de la labor de alguna que otra personalidad relacionada con Yaguajay se encuentran allí para no dejar morir la historia de este rincón de la geografía yaguajayense.

Pero, la valía de la escuela primaria Rafael Trejo la percibe todo aquel que ronda las cercanías de Perea. De su estrecho vínculo con la familia nacen muchos de los logros de este plantel. “Si no fuera por la relación que sostenemos con las familias nada de lo que mostramos se hubiera logrado. Los padres nos acompañan en todos los procesos vitales del centro”, subraya el directivo.