En diferentes espacios informativos, la dirección del país ha dado explicaciones acerca de la compleja situación con la generación de electricidad por la cual atraviesa la nación, que incide, fundamentalmente, en la población, provoca malestar y paraliza una parte importante de la actividad económica.
Camilo Pérez Pérez, coordinador de Programas y Objetivos en el Gobierno Provincial, explica a Escambray que las causas están relacionadas con roturas y necesarios mantenimientos que se han tenido que realizar en las termoeléctricas.
“A todo ello se suman las limitaciones y el déficit de combustible en la generación, especialmente diésel, que es el que se utiliza en los grupos electrógenos de la generación distribuida.
“El pueblo tiene que saber que, a pesar del bloqueo, el déficit de combustible alrededor de un 70 por ciento del que entra al país se destina a la generación de energía y, por ende, se sacrifican actividades sociales y de la economía como el transporte de pasajeros, por poner un ejemplo.
No obstante, por la sabiduría y la visión de Fidel cuando se hizo la inversión capital con la compra de grupos electrógenos ante emergencias como esta, se pueden garantizar todos los servicios vitales en hospitales, policlínicos, estaciones de bombeo u otros centros que prestan servicio al pueblo.
¿Pueden apaciguarse los apagones en el territorio con la generación distribuida? ¿Qué situación presenta la provincia con esas estaciones?
En la provincia existen 430 grupos electrógenos de emergencia, de ellos 114 inactivos que no están exentos de déficit de piezas y combustible, aunque, a pesar de las limitaciones, existe un monitoreo permanente a fin de garantizar las horas de cobertura necesarias para respaldar contingencias. Hay que aclarar que esos equipos se utilizan en situaciones coyunturales, no para sostener la energía en los centros laborales y el nivel de horas a generar está en correspondencia con una necesidad momentánea.
En los grupos electrógenos la mayor afectación es por falta de baterías y la alternativa utilizada en esos casos para su arranque y funcionamiento es usar, eventualmente, las de los equipos automotores disponibles en los lugares.
La generación distribuida, que es a base de diésel y fuel oil, está activada, y son esas baterías las que aportan al Sistema Eléctrico Nacional en los horarios de máxima demanda, solo que al no haber disponibilidad suficiente de combustible para dar energía con las estaciones de apoyo, esa generación distribuida que apoya el vacío en la generación térmica no basta para cubrir el servicio.
¿Qué alternativas adopta la provincia para mantener la vitalidad de la economía en situaciones como esta, sobre todo con los altos consumidores?
Lo primero es hacer un monitoreo constante, tanto del estado técnico de los equipos como de la situación de las entidades en cuanto a los niveles energéticos, sobre todo en los centros altos consumidores. El frigorífico, por ejemplo, es uno de ellos y la estrategia es conservar las producciones y cuando las condiciones lo permitan, desconectar las cámaras de frío en horarios pico.
Si hay un centro que de forma imprevista tiene que trabajar en las horas de mayor demanda lo debe autorizar el Consejo Energético Provincial. Existe un programa diseñado para que no se eche a perder ningún producto.
Además, esas fábricas e instalaciones de mayor consumo tienen un sistema de medición que permite conocer cuánto gastaron en las horas del pico eléctrico y son controladas por la Oficina para el Uso Racional de la Energía (Onure) y la Empresa Eléctrica.
A la luz de los problemas energéticos que tiene el país, ¿cuál es la situación de Sancti Spíritus en cuanto al consumo?
A partir de un grupo de medidas, algunas ya implementadas desde el pasado año y otras nuevas, la provincia se ha enmarcado en el plan y ya en el mes de mayo cerró con 5 megawatts (MW) menos en el horario del mediodía y 3 MW en el nocturno, y el consumo diario se cumplió en 20 de los 30 días del mes.
Lo más importante, además del seguimiento sistemático al sector estatal, es que la población conozca que cada kilowatt que se ahorre puede minimizar las afectaciones en los momentos más críticos porque la electricidad es combustible, solo que llega por cable. Si hoy las afectaciones no son mayores es por la capacidad de organización y trabajo de las autoridades cubanas y los trabajadores eléctricos, y porque el país dedica la mayor parte del combustible (cada barril está por encima de 110 dólares) a la generación. Reiteramos, asimismo, la necesidad de mantenerse informados por todos los medios oficiales y a través de la Empresa Eléctrica que ofrece información inmediata por el canal de Telegram y el resto de las redes sociales.
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