Cuarenta años después todavía duele la noticia que voló rápido de Huambo a Jarahueca y dejó una herida que no cierra, porque Camilo Alberto Camellón Orellana llevaba dentro el ángel de la jovialidad y la sonrisa; joven jaranero, capaz de contagiar de alegría a los demás, incluso, hasta a quienes le acompañaban en aquellas riesgosas misiones en tierras de Angola.
Tras ser reclutado para el Servicio Militar y vestido de combatiente internacionalista llegó a África a mediados de octubre de 1980 e integró un batallón de zapadores en la zona de Huambo, en el que cumplió misiones combativas en diversos momentos. Cuentan sus compañeros que enseguida se supo ganar el respeto y cariño de los integrantes de aquella unidad.
Los rigores de la guerra y la distancia no lo separaron nunca de su terruño, más bien él se llevó a Jarahueca para Huambo, pues no había relato o carta a la familia en que no recordara pasajes y personas de su pueblo.
Con el tiempo todos supieron que el Camilo de Angola era el mismo joven alegre que salió de Jarahueca, incapaz de ponerse bravo, compañero a toda prueba. Tal vez, algunos no pensaron que detrás de aquel fiñe jaranero, que se peinaba más que nadie, seguidor de la moda, la música y el Santiago Espirituano, asomaba la estampa de un héroe.
Aunque se graduó en un politécnico de La Habana como mecánico de equipos pesados, nunca ejerció la profesión; quizá, porque tenía talento para la zapatería, un oficio que heredó de su papá Mundito. Entonces sacó a flote su destreza para fabricar aquellas zapatillas que todos elogiaban y que él mismo bautizara como Jarahueca Sport.
Con alegría relató en una carta a su mamá Juanita Orellana: “Días atrás estuve en un pueblecito y llegué a un pequeño taller de zapatería en el que trabajan como seis prietos, y me acordaba mucho de papi y de todos allá en la fábrica; aunque en verdad son un poco chapuceros, allí se dedican a arreglar zapatos y también hacen algún parchito de chancleticas de niñas y de mujer (…)”.
En otra misiva a sus padres daba testimonio del interés por mantenerse informado de lo que acontecía alrededor de su tierra natal. “(…) Leí en los recortes de periódicos que me mandaron la inauguración del estadio de Yaguajay, también el reportaje sobre la expedición espeleológica que están llevando a cabo en la cayería, al norte de Yaguajay; pienso que saquen algún reportaje más sobre esto que está interesante, cualquier publicación me la mandan, al igual que otras cosas que salgan en el Escambray que sean interesantes”.
Llevaba 18 meses en Angola y recién había cumplido 23 años. Era el 30 de abril de 1982 y, junto a otros cubanos, salió por la mañana a cumplir una misión; no sabía que en el camino le esperaba la trampa enemiga. Sonaron varias ráfagas; la sorpresa, la traición, las balas, todas juntas cegaron su vida y la de cuatro compañeros más.
La emboscada de Huambo enlutó a Jarahueca y fue tan dura la noticia que conmovió a todos; porque Camilo Alberto Camellón Orellana dejó una huella de valor y alegría para la eternidad.
Aunque no en el mismo grado, fui condiscipulo de Camilo en la secundaria, por entonces ubicada en Iguara, en el antiguo caseron de los Delgado-que por cierto, dejaron arruinar-; Camilo era la alegria hecha persona. Como arrastraba la erre, nosotros le pediamos que dijera ARROZ y el, invariablemente, decia ALPISTE. Me impacto su muerte en Angola, a pesar de habernos distanciado fisicamente. Un joven con una vida por delante, a quien las nuevas generaciones no debieran olvidar.
La Historia de la Provincia de SANCTI Spiritus, es buena recordarla a nuestro Pueblo, sobre todo a las nuevas generaciones x todos los medios. En la década del 50, a partir del Asalto al Cuartel Moncada, el Gobierno N.A. fortaleció la Defensa de Batista, cómo lo tenía con los Dictadores en la Región del Caribe, fueron preparados en los E.U. y Bases Militares, tos los Órganos Militares, y Represivos, contra los Partidos y Organizaciones Revolucionarias.
Fidel lo señaló, más de 20 mil cubanos fueron asesinados.continuara
Buen amigo, jaranero, trasmitía alegría, siempre será recordado
EPD.