Cuando en el curso escolar 2017-2018 el III Perfeccionamiento del Sistema Nacional de Educación tocó a las puertas de Sancti Spíritus se ensanchaba el camino para actualizar libros, planes, programas y orientaciones metodológicas a partir del desarrollo de la ciencia, las exigencias sociales, así como la necesidad de poner a la escuela a la altura de estos tiempos.
En este empeño, se comenzaron a saldar deudas en la sobrecarga de algunos programas y contenidos, en las insuficientes horas para consolidar y sistematizar materiales, y en la aplicación de métodos y estilos de trabajo que conducen al perfeccionamiento de la institución docente y a una mejor formación de los educandos.
Mas, dicha estrategia no surgió al azar. Cada uno de sus presupuestos sentó sus bases entre los años 2010 y 2013, cuando el Instituto Central de Ciencias Pedagógicas realizó un diagnóstico de la realidad del sistema educativo, en aras de implementar con certeza el tercer perfeccionamiento.
Sin embargo, mucho antes de este análisis, en 1975, se efectuó el primer perfeccionamiento, al tiempo que en 1987 se protagonizó el segundo, de los cuales nacieron no pocos de los contenidos que sustentan el proceso en la actual etapa.
Como parte de la implementación de las nuevas formas de trabajo emanadas del tercer perfeccionamiento, afloró la idea de que cada plantel construya su propio proyecto educativo, una estrategia que inserta a todos los comprometidos en la vida de la escuela.
Por otra parte, los materiales y libros que se están probando, así como las orientaciones metodológicas, constituyen un recurso indispensable donde el maestro encuentra los contenidos esenciales para planificar una clase.
Dichos textos recogen la caracterización psicológica de los estudiantes, la ejemplificación de los ejercicios, las sugerencias para utilizar los productos de Cinesoft, para trabajar con los escolares talentosos o con necesidades educativas especiales, además de incluir las propuestas de otras actividades encaminadas a la formación vocacional y al componente práctico.
Si bien es cierto que, en sus comienzos, en Sancti Spíritus los planes y programas de estudio se instauraron en el Consejo Popular de Los Olivos, y las formas y estilos de trabajo llegaron hasta un consejo popular de cada municipio, más tarde, en el 2020, el contexto educativo indicó que se hacía necesario extender los métodos de trabajo al ciento por ciento de las instalaciones docentes del territorio. Y así se hizo.
Según fuentes de la Dirección Provincial de Educación, hoy las más de 440 instituciones escolares de predios espirituanos y las modalidades educativas generalizan las nuevas formas y estilos de trabajo delineadas por el III Perfeccionamiento del Sistema Nacional de Educación.
De esta forma, mientras los centros esperan por la concreción de los textos —detenidos por el lógico impacto de la pandemia y la crisis económica—, los planteles se ajustan los cinturones para cambiar su rutina de acuerdo con las exigencias de los tiempos que corren.
En este camino, desbrozado por educadores, alumnos y la comunidad, se construye la escuela que soñamos; una instalación que tiene que parecerse cada vez más a su entorno, al estudiante que forma y al hogar que se vincula a su quehacer.
Quizás por ello, a pesar de la pausa que le impuso la covid a este proceso, en la provincia no se ha dejado de sensibilizar y preparar a todos los agentes involucrados en el perfeccionamiento, pues cada año se incorporan profesionales, escolares y hasta padres con los cuales urge trabajar.
Unida a la interrelación con la familia y la comunidad, la estrategia ha revolucionado la gestión científica educacional, con una mirada hacia el estudio, la preparación y la búsqueda del conocimiento. Eso sin contar que no ha tenido miramientos entre pedagogos y escolares, pues los ha unido, y los ha hecho trabajar en equipo, una fortaleza que se puso a prueba durante la presencia del nuevo coronavirus.
Sin embargo, aun cuando el tercer perfeccionamiento no ha sido letra muerta en Sancti Spíritus, todavía hay mucho camino que recorrer. Se precisa consolidar las nuevas formas y estilos de trabajo en cada una de las instituciones docentes de la provincia, con el propósito de elevar la calidad de la educación que, al mismo tiempo, significa atender a todos, incrementar la preparación de los docentes, propiciar la participación y escuchar a la sociedad comprometida con el progreso del centro educativo.
Apremia entonces afianzar la escuela como el centro cultural más importante de la comunidad. Para lograrlo, nadie lo dude, todos los factores de la sociedad deben integrarse a los procesos educacionales. No solo la familia, sino los organismos e instituciones que circundan las zonas, los órganos de gobierno local y hasta los intelectuales y artistas. Y aunque se han dado pasos, la realidad demuestra que queda mucho por hacer.
El III Perfeccionamiento del Sistema Nacional de Educación ha dejado claro que con los nuevos métodos de trabajo no hay que apostar únicamente por la clase tradicional, sino que puede adaptarse a la sociedad actual, con sus requerimientos, sus adelantos tecnológicos…, en el afán de salir del muro del aula y abrirse a la utilidad práctica del conocimiento.
Desde la Disciplina Historia Universal y de Cuba en la Uniis seguimos teniendo nuestras reservas con el proceso pues los resultados del intercambio sobre los documentos elaborados no ha tenido respuesta y desconocemos si se realizarán los ajustes que la gran mayoría de los profesores de estas disciplinas de los Centros de Educación Superior hicimos.
Formo parte del Grupo de Trabajo Intensivo (GTI) del III Perfeccionamiento de la Educación cubana. Los autores hemos considerado los presupuestos de I y II Perfeccionamiento y las exigencias del mundo contemooráneo para que se desarrolle en las intuciones un proceso educativo de calidad desde las nuevas formas de trabajo, con la participación de todos los agentes y agencias de la comunidad y el trabajo en red en virtud de potenciar el aprendizaje desarrollador en los educandos.