El menosprecio a las buenas acciones nunca puede estar de moda, aunque no falten los hipercríticos y quienes minimicen a diario la obra colectiva. La tendencia de hacer ver el vaso medio vacío no logra denostar el esfuerzo de muchos en la sociedad cubana.
¿Errores? ¿Malas decisiones? ¿Falta de empatía? ¿Incomodidades de todo tipo? ¿Agotamientos?… Todo eso y más convive entre nosotros y no es casual cuando el país sobrelleva un montón de limitaciones externas e internas, naturales y provocadas que hacen mella en la mesa de cualquier casa.
Es muy duro sobreponerse a una realidad abrupta y a una algarabía que desde la distancia busca convencernos de que vivimos en un Estado fallido, mustio, aberrante y dictatorial, mientras todos los días pide y aplica medidas de cohesión.
No es un delito no estar de acuerdo con la mayoría, mostrar nuestras inconformidades e incluso no coincidir con el actuar institucional o individual. Lo que sí resulta muy deshonesto es vivir con una máscara en el rostro, inducir opiniones desde cómodos sillones en salas climatizadas a cientos de kilómetros de distancia, con sus cuentas llenas de donativos que provienen de oscuras cajuelas bancarias.
Cuba vive un momento de inflexión muy complicado donde algunos tratan de tomar ventaja para que prevalezca el caos y la desidia. La guerra ya está aquí entre nosotros, las batallas que se libran todos los días son cada vez más sofisticadas y burdas.
La irritación y los estados de opinión que levantan los hashtag en las redes sociales, cuentas falsas, bots, la redundancia desmedida de contenidos violentos, de “supuestos supuestos”, las falsas noticias, las especulaciones, la incitación a la violencia y el atentado están a la orden del día.
También hay acólitos de esas perversidades que conviven entre nosotros, se benefician de las conquistas sociales, gozan con la inflación y la crisis energética, reciben la misma cuota de racionamiento que la mayoría y exigen que se cumpla la misma Constitución y las leyes que cuestionan.
No estar de acuerdo, insisto, no es un delito. Se puede no estar de acuerdo y trabajar, construir una familia, respetar, ser solidario, compartir el bien común. Eso no hace mella. Lo que sí profundiza las heridas es vivir tirando la piedra y escondiendo la mano, provocar violencia, destruir, sabotear y hasta utilizar a los hijos como escudos humanos.
En estos días hay muchas cosas que resolver, asuntos medulares para el futuro de la nación y la calidad de vida de los cubanos que atender. Pero la ingenuidad no puede seguir dando espacio a una infantería que viene con todo y por todo, que no va a respetar ni la sangre que corre por nuestras venas, ni la estrella que brilla en nuestra bandera.
El oportunismo es una bandera que le sirve de escudo a los que tratan de escalar a toda costa…Pasar de emisario cultural a politólogo es muestra de ello. En otros lares los que exigen y protestan por sus derechos son «mencionados» en nuestro noticiero como guerreros del cambio ante un mundo neoliberal, los que hacen lo mismo de este lado del muro siempre son tratados como vándalos y delincuentes al servicio de una potencia extranjera. No es solo hablar desde el poder, es bajar de las mieles del abrigo protector y por una vez sentirse en el pellejo de los que son mirados continuamente por el «Ojo de Sauron»…
Reclamar o protestar cuando un gobierno toma decisiones que parte del pueblo entiende no son las mejores para sus intereses es normal en cualquier país y eso no da derecho de tildar de traidores o pagados por gobiernos extranjeros a los que así se manifiestan, claro que siempre en.una manifestación masiva van a «colarse» elementos que buscan otros objetivos y a esos son los que las autoridades deben detectar. En cuanto al tema del bloqueo, realmente han habido varias oportunidades para resolver el diferendo y el mismo gobierno cubano ha rechazado cualquier tipo de negociación, el mismo Fidel lo reconoció en un discurso, según él le propusieron levantar el bloqueo si dejaba de ayudar a Angola, otra vez si rompía con la URSS, que si dejaba de ayudar a los movimientos subversivos en América, etc y que no aceptó ninguno por una cuestión de principios, el hecho es que hoy Angola es un país con una economía de mercado y Luanda está llena de rascacielos modernos, la URSS ahora no es socialista y con la economía capitalista y América aún con gobiernos de izquierda han mantenido la economía capitalista y por supuesto tienen más prosperidad que Cuba. También es bueno recordar que la economía socialista planificada fracasó en Europa y no existía ningún bloqueo externo, claro que sí existía el bloqueo interno al igual que existe hoy en nuestra patria.
YURI LO FELICITOUS EXCELENTE REFLEXION,ES ASI COMO UD DICE ,AUNQUE SIEMPRE CUANDO HAY RECLAMOS HAY ESCORIAS QUE APROIVECHAN LAS CIRSCUNTANCIAS PARA VANDALIZAR PERO TODOS NO SON IGUALES Y RECLAMAN SUS DERECHOS A TENER UN FUTURO INMEDIATO MEJOR Y ABRIR LOS NEGOCIOS PARTICULARES Y NO TENER EL CONTROL DE TODO QUE TANTO DANO HA HECHO A PESAR DEL EMBARGO
Muy buena explicación coincido con todo lo explicado , y he notado que los detractores de nuestro sistema hablan y critican lo que hacemos pero ninguno se refiere al bloqueo como si éste no existiera,
No deja de ser cierto los problemas que tenemos que nos ahogan pero, tenemos que luchar por construir la sociedad que queremos.
Los que cierran calles, queman gomas y destruyen los tanques de recoleccion de basura llevan sanciones porque alteran el orden, y eso está en la constitución
Me llama la atención es que no somos consistentes con la manera que vemos los mismos acontecimientos. Me explico:
Si personas salen en Cuba a las calles, las cierran, queman gomas, suenan cazuelas etc. lo llamamos «actos vandálicos», «alteración del orden». Pero si ocurren esas mismas cosas en otros países los llamamos «paros», «movilizaciones», «protestas sociales». Por lo menos es lo que veo en las noticias de los medios cubanos.
Además, según he estudiado en la historia de Cuba, antes de la Revolución había jóvenes que hacían actos de sabotaje, mataban batistianos (que eran personas) y todo eso se ve como «actos heroicos».
Entonces? Por qué lo mismo se trata de manera diferente? Será pq las motivaciones y los intereses son diferentes?
Solo pido que seamos consistentes consistentes en nuestras declaraciones.
Saludos.