Aunque son hombres curtidos en el “fuego” de los mil ciclones”, sienten una profunda angustia mientras se acercan al oeste del país.
Su paso por la carretera rumbo a Pinar del Río les confirmó lo que horas antes las redes sociales gritaban a voces: Ian se ensañó con la región occidental y lo hizo con tal fuerza que derribó a esos gigantes de concreto, hierro y acero a quienes los mortales llaman torres de iluminación.
Lo hizo en el estadio Capitán San Luis y las imágenes desgarran el alma mientras los párpados caen ante tanta desolación.
Techos en el suelo, paredes derrumbadas sobre automóviles y aires acondicionados incrustados contra postes o agazapados en medio del lodazal le dan la bienvenida al contingente Serafín Sánchez Valdivia de la Empresa Eléctrica Sancti Spíritus (EESS). En las calles reinan los escombros, pero también la esperanza en la recuperación.
“Ay, periodista, nosotros estamos acostumbrados a ver destrucción tras el paso de los huracanes por el territorio nacional y te confieso que lo encontrado en Pinar del Río nos ha impresionado a todos”, cuenta vía telefónica Yoanni Acosta Solenzar, director general de la EESS y al frente del contingente.
Y es que, desde el pasado miércoles, en la más occidental de las provincias cubanas laboran 63 eléctricos espirituanos, entre ellos 34 linieros, quienes se sumaron a las brigadas de la provincia de Cienfuegos para dejar, de ser necesario, más que la piel en el terreno, el alma en las líneas y el corazón en el pueblo.
“Nos tocó, junto a los colegas cienfuegueros, batirnos en la ciudad de Pinar del Río y ahora mismo estamos enfrascados en restablecer el servicio eléctrico en zonas vitales de la urbe, especialmente en los dos hospitales y de que podemos, podemos, ese es el espíritu de los eléctricos”, agrega Acosta Solenzar.
De acuerdo con el directivo, al menos en la ciudad, los principales problemas están asociados a trasformadores, cables y postes caídos, lo cual complejiza aún más las acciones de recuperación porque el daño causado a la infraestructura eléctrica es masivo.
Igual de alarmado ante tanta desolación se encuentra Andrés Marín Mainegra, un experimentadísimo jefe de brigada de lineros, quien no para da dar indicaciones: “Fulanito así no que se parte más rápido”, “Menganito, haz el empate como te enseñé”, finalmente toma la llamada de Escambray y aclara que hablará solo un minuto porque la “luz” de la gente depende de su trabajo.
“Aquí está dura la cosa con tantos postes caídos, pero eso no es na’ nuevo pa’ nosotros; aquí vamos a salir adelante una vez más y no precisamos una fecha, pero el compromiso es estar en Pinar hasta que sea necesario, hasta que no quede un cubano sin servicio eléctrico, como decía un reportaje de ustedes”.
Se corta la llamada e intuyo el ajetreo de unos brazos hercúleos que no descansarán hasta tanto miles de personas recobren el servicio básico. Imagino entonces a la vecina que vive frente al hospital de Pinar del Río cruzar la calle con su tacita en mano y decir: “Toma, mijito, café recién acabadito de hacer para ustedes, los héroes de la electricidad”.
Estoy seguro que mis compañeros de la OBE cumplirán en Pinar y no descansarán hasta que se haga la luz que como decía José Martí es como la de las estrellas y hace soñar. Muy importante tomar todas las medidas para cuidar la vida de nuestros trabajadores. Su familia y los espirituanos los esperamos a su regreso.