Convencidos de que la poesía es sostén, necesidad, expresión de los más íntimos sentimientos del alma de la nación, Sancti Spíritus volvió a ser sede del encuentro de quienes, desde la palabra, honran esa manifestación literaria.
Alejada de todas las luces que en un inicio arrastraron hasta aquí a las personalidades más distinguidas del país, la XXXII Jornada de la Poesía llevó nuevamente la creación espirituana a más de un espacio institucional.
“En mi opinión, es la expresión más genuina, más entrañable de la condición humana —sintetiza Ramón Luis Herrera Rojas, uno de los escritores a los que se les dedicó esta cita—. La poesía expresa el pensamiento invadido, teñido por la emoción. Está ligada al surgimiento de las culturas, identidades regionales y nacionales como quizás ninguna otra manifestación literaria. En un mundo donde la condición humana está en constante riesgo, la poesía se nos hace más necesaria que nunca.
“Quizá no está lo suficientemente leída, lo suficiente promovida, pero más tarde o más temprano todo ser humano la busca, porque siente su necesidad, ya sea para enamorar, por nostalgia o por cualquier otra razón. Por ello, debemos seguir creyendo y defendiéndola”.
Tal certeza también la acuña Ana Teresa Guillemí Moreno, quien llegó al evento desde Cienfuegos para compartir textos y disfrutar de la magia que se transpiró en cada lectura de poesías.
“Que hoy, en un contexto tan complejo, este territorio apueste por la realización de este espacio de gran prestigio en las letras del país por haber acogido a una gran cantidad de personalidades de la cultura cubana, dice mucho del movimiento poético y del Centro Provincial del Libro y la Literatura. Sin dudas, tiene un significado muy valioso”.
Y en busca de dignificar lo más relevante de Sancti Spíritus, esta XXXII edición se dedicó, además de Herrera Rojas, al yaguajayense Ramón Martín Díaz Medina, al aniversario 120 del natalicio de Nicolás Guillén y al centenario del parque Serafín Sánchez Valdivia. Conferencias, lecturas y presentaciones de textos reconocieron sus profundos legados no solo en esta tierra, sino para la cultura de la nación.
“Aunque en particular no soy de las personas que creen que se merecen mucho, ni siquiera piensan en reconocimientos, definitivamente algo así estimula, anima quizá a escribir más o a buscar tiempo entre tantos quehaceres para la escritura y te compromete —alegó Ramón Luis, también profesor universitario—. La jornada, aunque con menor capacidad de convocatoria por los propios avatares que hemos vivido en los últimos años, sigue siendo un espacio cultural muy importante; ser homenajeado se agradece”.
Recuerda las primeras ediciones de un evento que, tal vez sin proponérselo en un inicio, convirtió a Sancti Spíritus en la capital del verso. Nunca se olvida el año 1990, con más de 100 poetas de todo el país, incluido Armando Hart Dávalos, entonces ministro de Cultura.
“Fue uno de los puntos más importantes de esta isla. Se sigue escribiendo mucha y buena poesía en Sancti Spíritus como en otras partes de Cuba, porque el movimiento poético es muy diverso y de mucha calidad. ¿Qué pasa? Lamentablemente, desde hace unos años la capacidad de convocatoria de los eventos ha disminuido por razones materiales, de iniciativas y hasta por cambios de gustos y necesidades. Pero, por su trascendencia, creo que debemos entre todos, Asociación Hermanos Saíz, Unión de Escritores y Artistas y el sistema institucional de la Cultura, recuperar en la medida en que lo haga el país este espacio, porque creo en la poesía como una necesidad”.
Pero ese y el resto de los otros eventos precisan —además de la necesaria gestión organizativa— extender sus propuestas a un mayor número de público, a partir del diseño y materialización de opciones tentadoras, atractivas. De seguir siendo la oportunidad para que solo los poetas se escuchen entre sí no tiene sentido que se presente un programa de la Jornada de la Poesía.
“Cuando comencé en los talleres había un grupo interesante de poetas y podíamos hablar de que había muy buena salud en ese momento en ese gremio —opina Reinol Cruz Díaz, escritor yayabero—. Aunque quedan voces importantes a nivel de país, el éxodo de no pocos ha incidido en que la poesía espirituana no tenga la connotación pública de antes. Afortunadamente, hay algunos jóvenes que nos dan mucha satisfacción.
“Y en el caso de este evento, sin dudas la presencia de Sayli Alba Álvarez resultó esencial en esta edición, porque tiene dos particularidades que a mi juicio son importantes: es voluntariosa y sabe trabajar”.
Justamente, Reinol fue una de las grandes novedades de la Jornada al recibir el Premio de Poesía Raúl Ferrer, convocado cada año en esta provincia para honrar al educador y poeta de Yaguajay.
Su texto Sentado en el contén se llevó las palmas del jurado y otra vez confirmó que su escritura no tropieza; regala sensibilidad y seduce.
“Es un libro múltiple, porque tiene varias secciones y poemas, ya sea en prosa o en verso. Además, podemos encontrar sonetos, décimas. Es variable en su estructura y tono. Unos son más dramáticos; otros, más lúdicos. Creo que su hilo conductor resulta un poco la locura del poeta”.
Con la satisfacción del reconocimiento al multipremiado escritor se despidió la Jornada de Sancti Spíritus. Mas, su deuda arrastrada por años sigue en pie: repensar sus propuestas para generar un espacio más dinámico y de convocatoria tanto entre poetas del país como de públicos. Un verdadero reto en tiempos complejos, en que por nada del mundo se debe dejar de venerar la poesía, siempre en el altar de la humanidad.
Muchas gracias Lisandra, necesario y justo tu artículo.