Era de suponer: las transgresiones —y no solo alcohólicas— en los festejos de fin de año podían hacernos tambalear la estabilidad epidemiológica que hemos ido consiguiendo. Y han venido a surtir los mismos efectos de un mareo, porque muchos, al parecer, se enajenaron de usar el nasobuco como las medidas mandan, otros obviaron el consabido distanciamiento físico y algunos hasta se embriagaron de confianza.
Que después de un año durísimo a causa de la covid —donde sobraron las pérdidas de amigos, familiares, vecinos… y faltaron muchísimas alegrías— las personas quisieran celebrar es comprensible; que las familias tan distanciadas en algunos casos debido a la pandemia desearan volver a reunirse resulta obvio; que luego de tanto confinamiento todos estemos ávidos de volver a la vida que teníamos antes de marzo del 2020 deviene una conducta humanamente previsible…. Pero, ¿festejar antes para enfermar después?
No puede decirse categóricamente que el ascenso de la curva de contagios en el país sea directamente proporcional a las fiestas de diciembre; mas, le vinieron a poner también la tapa al pomo de los contagios. Convengamos en un punto: desde que en la isla comenzó a disminuir el número de casos positivos a la covid y regresivamente empezamos a retornar a la eufemística “nueva normalidad” muchísimos le pusieron un punto y aparte al SARS-CoV-2.
Y sobrevinieron entonces las celebraciones laborales, las personas yendo de una provincia a otra, entrando y saliendo del país, contagiándose de no pocos riesgos. Y, pese a las advertencias sanitarias, que no han caducado jamás, volvieron también las fiestas populares sin cumplir el correcto uso del nasobuco, como mínimo, o el consabido distanciamiento, cuando más. ¿O alguien podría esgrimir que se cumplió al pie de la letra todo lo dispuesto en materia epidemiológica durante la presentación de Álex Duvall en la Plaza Cultural, en la cabecera provincial, o cuando la Disco Joya puso a bailar a muchísimos jóvenes, un sábado de diciembre, en la popular Calle Valle, en Cabaiguán?
Era eso acaso a lo que se refería Manuel Marrero Cruz, primer ministro, en la reunión del Grupo Temporal para atender los temas de la covid, el pasado 28 de diciembre, cuando hablaba de los bailables que se estaban realizando en varios lugares de la isla y que contravenían lo dispuesto.
“Siempre hablamos de apertura con un aforo determinado y eso se está violando —afirmaba Marrero Cruz—. Hemos insistido en abrir y eso lo sostenemos, pero no con irresponsabilidad, con descontrol, como está sucediendo hoy en muchos lugares”.
Pero más vale tarde que nunca, dice el refrán, y el 30 de diciembre circulaba en las redes sociales la decisión nacional de suspender todas las actividades públicas programadas que implicaran aglomeración de personas. A algunos se les aguó la fiesta y otros respiraron aliviados.
De igual modo, se reformularon las medidas de control sanitario internacional y a partir de este 5 de enero se mantuvo el aislamiento obligatorio para quienes viajan desde Sudáfrica y otras naciones africanas, en tanto se hizo extensivo también para quienes arriben al país, residentes o no, sin esquema de vacunación completo. Se implementó, además, para todos los viajeros la presentación de un resultado negativo de PCR 72 horas antes del viaje, de un esquema de vacunación completo y el reforzamiento de la vigilancia aleatoria con la realización de PCR en frontera a quienes procedan de países en riesgo.
Con la covid es mejor pecar de excesos, porque el más mínimo de los tropiezos nos puede volver a poner contra las cuerdas. En ello insistía el propio Miguel Díaz-Canel, Presidente de la República, en una reunión con científicos a fines de diciembre: “Después de un enfrentamiento tan duro, no podemos ahora bajar la guardia”.
Y ha pasado, a veces. De lo contrario, el país no estuviera hoy reportando más de 300 casos diarios ni Sancti Spíritus confirmara, aunque no sea de las provincias con más contagios en Cuba, una cifra superior a la decena en algunas jornadas. Gota a gota se derrama la copa de esta pandemia tan cruenta.
La variante ómicron del SARS-CoV-2 ha venido a recordarnos que el nuevo coronavirus sigue mutando e infectando y que una ola de enfermos podría revivir los peores escenarios vividos en el 2021.
Es una ruleta rusa y en ella conspira todo: desde la contagiosidad de este virus hasta las violaciones de las medidas dispuestas. Ojalá el incremento de los diagnosticados sea tan efímero como los malestares del día después de la embriaguez. Ojalá solo estemos asistiendo a una cortísima resaca de fin de año.
Opino que la situación del cubano de a pie sería mejor si dejará de politizarse todo,habría más felicidad en sus hogares si sus necesidades se cubrieran en sus hogares y no en la propaganda triunfalista y primitiva sobre planes cumplidos ,que hecha toda la culpa de su incapacidad al bloqueo y a los trabajadores y ninguna a quienes los diseñan e incumplen junto a sus añejas promesas
Muchos aún no entienden los peligros de esta pandemia o es que ya están cansados La nueva variante acecha y todavía el desoden y la irresponsabilidad están presentes. Considero que las autoridades a cualquier nivel, así como los directivos de la provincia y municipios deben ubicarse en su sitio de guías. Les ha faltado responsabilidad y lo argumento con la serie de actividades festivas permitidas que son necesarias, pero no cruciales. En Cabaiguán se han dado fiestas en la calle, particulares y nadie ha supervisado esto. Ni policía ni directivos. Pregunto: es que son cómplices de esta situación o son incapaces? Ya no es la primera vez que esta provincia pasa por este estado. Qué justificaciones se ofrecen?. No puede haber alguna con sentido común. Pues ahí está el resultado que pudo haberse evitado. Por favor, meditemos para evitar desastres.
Japon cerro fronteras ayer por cris con OMICRON.
El OMICRON entra por los viajeros, su clima natural es la humedad, duchas, banos, clima humedo, no tiene que ver con temperatura y sin mascara FFP2 o N95 pasa las doble de tela y quirurgicas como una trazadora blindada, infecciosa permanece en las duchas unos 20 minutos y en los servicios 5 minutos, segun estudio. Guardando distancia no hay infeccion en oficinas y similares, desde esta manana es un problema en Alemania, vean: Hace una semana, la incidencia a nivel nacional era de 258,6 (mes anterior: 390,9). Según los nuevos datos, se registraron 384 muertes en toda Alemania en un día.El RKI informa de más de 80.000 nuevas infecciones por coronavirus en Alemania el miércoles por la mañana. El número casi se ha duplicado en un día. El teletipo de noticias.Creado: 12.01.2022, 07:11 a.m.
Por: Patrick Huljinahttps://www.merkur.de/welt/corona-deutschland-rki-zahlen-aktuell-rekord-infektion-inzidenz-anstieg-omikron-booster-impfung-zr-91230543.html
Sucedió que el Gobierno Local fue el primer responsable de meter en la Plaza Cultural tres conciertos con entradas a más de 120.00 pesos, abrió las playas……Sucede que ante las tomas de desiciones que después resultan catastróficas paga la ciudadanía, el pueblo, que a pesar de ser la mayoría y el eslabón más fuerte es quien menos pesa en a la hora de la verdad, se convocaron actos, reuniones, aglomeraciones, siguen los descontroles y el distaciamiento ineficiente en las colas de los productos de ¨PRIMERA NECESIDAD¨, o sea hay parte y parte, pero las Fuerzas de Orden Público se saben donde estány para algo tienen que ejercerse.
Y digo, no es coger a 4 o 5 personas y querer dar un castigo ejemplarizante o tomarlos como punta de lanza para una cacería de brujas, por que de ser así hay que empezar por el primer eslabón…el más alto, que de ahi divana todo lo demás. Nada la irresponsabilidad es de la gente.
“Después de un enfrentamiento tan duro, no podemos ahora bajar la guardia”.
Cierto es que la nación se unde si no se reciben divisas del exterior, pero el costo es duro grande y peligroso, es tremendo, para ello hay que arreciar más los controles y a quien le corresonde la exigencia? no es a Pepe….es al Gobierno, al Estado, incluso conociendo que allá afuera si se compran armas de manera fácil, por qué no un PCR.
NEGATIVO…
Pero más vale tarde que nunca…..arpieten y no nos culpen.
¿Què medidas administrativas o penales, o ambas, aplicaron a los transgresores, promotores de tales fiestas, de la normativa sobre protecciòn contra la pandemia?
Estoy seguro que ninguna en de razòn de que tales festejos rondan las celebraciones oficilaes de acentuado tinte polìtico.
Cuba no podrá controlar el actual rebrote por coronavirus.La importación del virus traerá serios inconvenientes al sistema sanitario cargándolo de gastos y pérdidas humanas.