Recoge la historia que cuando Camilo Cienfuegos llegó a Yaguajay aquel 10 de julio de 1959 y supo del interés de los campesinos de la zona de participar con una caballeriza en la celebración del primer 26 de julio después del triunfo revolucionario, mostró entusiasmo por tan sui géneris iniciativa, tanto que pactó su presencia en la travesía que se inscribiría, por singular y patriótica, en la historia cubana.
A través del relato de Gerónimo Besánguiz Legarreta, director del Complejo Histórico Comandante Camilo Cienfuegos, en Yaguajay, Escambray cabalga sobre los trazos del exponente que más interés despierta desde su arribo al museo.
RECORRIDO A CABALLO
Describe el historiador que cuando Camilo se estableció en la zona de Yaguajay utilizó un caballo moro, propiedad de Troadio Camacho, líder campesino de la zona de Meneses y una persona conocedora de cuanto atajo existía en esa geografía rural, por lo cual se convirtió, de hecho, en un colaborador muy útil para la guerrilla.
“El 10 de julio de 1959 llega Camilo a casa de Troadio Camacho y empiezan a conversar; él le expone la intención de participar en ese acto con una caballería y a Camilo le gustó la idea. Enseguida le habló de preparativos y de mandar los caballos por el ferrocarril…, pero Troadio le dijo que no, que la idea era ir a La Habana a caballo.
“Camilo le dio a eso mucha más fuerza, se percató del carácter de unidad que encerraba aquella iniciativa; no era lo mismo llegar a la capital en tren y desmontar aquellos caballos que hacer el recorrido, porque la caballeriza salió de Yaguajay con alrededor de 250 campesinos de toda la zona, pero sobre la marcha fue creciendo constantemente.
“Allí mismo Camilo ve en la cuadra un caballo de condiciones, y hasta lo prueba. Incluso, la mujer de Troadio me contó que le dijo: ‘¿Cómo tú vas a dejar a Camilo montar ese caballo?, mira que es muy brioso’; en eso llega Camilo sobre al caballo y le dice a la señora que estuviera tranquila, que él era buen jinete. Entonces se comprometió a participar en la marcha usando ese caballo”, narra el historiador.
La caballeriza se concentró el día 15 de julio en La Ceiba, un punto a la salida de Yaguajay para Mayajigua; subió por la calle Real; de ese instante es la foto de Camilo pasando por frente a la tienda La Moderna; luego se organiza para salir en la zona alta de la calle, y se desplaza en un recorrido rural que los llevó a Placetas, para coger allí la Carretera Central.
Recoge la historia que al segundo día de marcha la caballeriza decide moverse por la noche y descansar por el día, buscando que el recorrido fuera menos agotador. A la altura de Matanzas se unen integrantes de la Columna de Camilo. Para esa fecha ocurren los sucesos de la traición del presidente Urrutia, y Camilo sale y vuelve a la caballeriza utilizando un helicóptero; es por eso que cuando los campesinos llegan el día 25 de julio a La Habana él no participa en ese momento. Ya el 26 de Julio los campesinos desfilan en el acto que se hace frente al Capitolio con Camilo al frente.
Detalla Besánguiz Legarreta que en uno de los días finales de la cabalgata, Troadio Camacho le regala oficialmente el caballo a Camilo, y una vez terminada la peculiar travesía el jefe guerrillero lo deja en una recría ubicada por el Cotorro. En octubre, cuando desaparece, Celia Sánchez queda a cargo del caballo de Camilo.
Hoy se conoce que transitó por diferentes estancias, hasta que se organiza el Parque Lenin, y mueven el caballo para allí, en función expositiva y de cuidado. En ese lugar también tuvieron el mulo que había utilizado el Che en el Escambray.
CONSERVAR LA PIEL
“Siempre prevaleció la intención de que ambos animales se pudieran mantener, exhibir; ya los dos tenían una edad avanzada y lo importante para conservar exponentes de ese tipo así es cuidar la piel. Pero, había un obstáculo, en Cuba en esa fecha no se aplicaba la taxidermia, lo que se hacía era disecar, una técnica que se utiliza para animales pequeños. Entonces Celia Sánchez manda a los hermanos Naranjo, de la Academia de Ciencias, a adiestrarse en el extranjero.
“Luego se conservaron en condiciones de congelación las pieles de los dos animales, limpias, sin restos de grasa ni de tejidos, hasta que regresaran los especialistas capacitados en la técnica de la taxidermia. En vida al caballo y al mulo les cogieron las medidas anatómicas, y se hace como una escultura, que en la taxidermia se llama el maniquí, luego se le pone el cuero, se viste”, cuenta el historiador.
Subraya que el caballo actual —en lo que puede considerarse una segunda vida— tiene la piel, la crin, la cola y los cascos con las herraduras que portaba al momento de morir; “los únicos restos óseos que conserva son los de la cabeza, sin tejido ni grasa. Los ojos, como se hace con todas las especies que se conservan, son de acrílico, y se les realiza un trabajo en los párpados que quedan prácticamente iguales”, añade.
Una vez que se concluye la labor de conservación mediante la taxidermia, se traslada —al igual que el mulo— a la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado, y posteriormente al Museo de la Revolución, en el segundo piso.
REGRESO A YAGUAJAY
Como parte del proyecto para el Museo de Camilo en Yaguajay, persistía la idea de que el caballo se exhibiera definitivamente en la localidad; por demás la zona nativa del animal, que sirvió de punto de partida de la marcha y ligada a toda la historia de Camilo en el Frente Norte de Las Villas.
“Veíamos con lógica que un exponente de ese tipo se incorporara a nuestro museo, inaugurado en octubre de 1989; igual pasaba con el mulo del Che, que su historia se remonta al Escambray. Aquella petición pasó por un proceso de aprobación, hasta que el caballo y el mulo vinieron para Yaguajay y Fomento, respectivamente; los dos escenarios donde están los vínculos de Camilo y Che con esos animales,” detalla Besánguiz Legarreta.
Según describe la propia fuente, el momento de sacar ambos animales del Museo de la Revolución fue un paso complicado; resultó una operación totalmente manual a través de una ventana del segundo piso, utilizando una bamba del puerto de La Habana y un camión cerrado de la Salud, de Sancti Spíritus, que se usaba entonces para buscar medicamentos.
“Hasta el chofer —Luis Mujica— se asombró, no se creía aquello cuando le planteamos el encargo; llegó a decirme: ‘Tú me estás hablando de meter un caballo y un mulo en el camión’. Lo cierto es que se organizó el traslado, se calzaron bien los dos animales y se regresaron a sus escenarios originales”, describe el historiador.
Se conoce que por el camino ocurre un incidente curioso, porque al camión lo paran en un Punto de Control de la Autopista Nacional y, ante la insistencia del policía, el chofer no tuvo más remedio que abrir el contenedor; ¡vaya sorpresa la de aquel agente que le costaba creer el origen de los exponentes que se trasladaban dentro! Tanto en Fomento, como en Yaguajay, la llegada de ambos animales se convirtió en un suceso popular.
ATRACTIVO EXPONENTE
Corrían los primeros años de la década del 90 del siglo pasado y el caballo es exhibido en un primer momento en el interior del museo. Al surgir el proyecto del Mausoleo a los Mártires del Frente Norte de Las Villas, se decide construir un estand y trasladarlo en el 2009 al exterior, atendiendo a que ese local reunía mejores condiciones de conservación.
El equino es un ejemplar cubano, de raza árabe cruzado con criollo, de alzada grande, siete cuartas, voluminoso y blanco con lunares, lo que en los campos cubanos se le llama moro mosqueado.
Destaca el historiador que el ejemplar se exhibe en un estand climatizado, donde se logra mantener la temperatura y la humedad en parámetros estables, premisas principales para una conservación de ese tipo. En Yaguajay ha tenido dos restauraciones, la más reciente en diciembre pasado, trabajo acometido por un especialista de taxidermia del Zoológico Nacional. Además de la historia que atesora el animal y todos los esfuerzos que se hicieron por conservarlo, no existen referencias de que en otro lugar de Cuba se exponga un caballo con estas características.
“Es un exponente muy llamativo —subraya Besánguiz Legarreta—, el más visitado del museo, todos los que llegan preguntan por el caballo; además, el estand de cristal garantiza mucha visibilidad, junto a una foto de Camilo montándolo en el centro de la calle principal de Yaguajay; eso le da una autenticidad total al exponente”.
camilo saluda al pueblo a caballo 26 julio 1959 foto Perfecto Romero