Ante los desafíos de la especie humana y de un planeta donde los recursos se agotan, el XX Seminario Iberoamericano de Arquitectura y Construcción con Tierra (Siacot) que sesionó en Trinidad devino escenario de encuentro e intercambio para casi un centenar de participantes extranjeros y cubanos, quienes se dedican al estudio y promoción de prácticas constructivas tradicionales, así como el empleo de materiales naturales.
La jornada científica durante los tres primeros días de sesiones contó con la presencia de especialistas y estudiosos de múltiples regiones que compartieron sus saberes y destrezas en cuanto al uso de la tierra y el rescate de técnicas milenarias como expresión del patrimonio cultural y doméstico de nuestros países.
Resaltaron las conferencias de la Doctora Alicia García Santana, miembro de la Academia de Ciencias de Cuba, y el arquitecto Ramón Aguirre Morales, catedrático de la Universidad Autónoma Benito Juárez, del estado de Oaxaca, y director del Instituto de Bóvedas Mexicanas y Tecnologías Regionales.
“En Hispanoamérica el mundo de la tierra es inmenso. Es el material presente en todas las culturas y está unido y condicionado por el clima”, apuntó García Santana, profunda conocedora de la arquitectura cubana y trinitaria, quien se refirió al caso particular de la comunidad de San Pedro, a la cual calificó de “excepcional y bien interesante”.
Por su parte, Aguirre Morales, experto en bóvedas, consideró que “en Cuba esta técnica es viable y puede utilizarse sobre todo para la solución de la cubierta, en la cual no se emplean materiales como el acero y el concreto, sino el ladrillo, mucho más económico”.
Como cierre del Siacot, el poblado de San Pedro se convirtió en un laboratorio a cielo abierto donde los asistentes pusieron manos a la tierra y a través de 13 talleres trabajaron diversas modalidades constructivas tradicionales, en particular la técnica del embarro o embarrado, típica de la región, para también mejorar condiciones de vida de los habitantes del noble asentamiento perdido casi en el Valle de los Ingenios.
Camilo Giribas Contreras, Coordinador General de la Red Proterra —dedicada al estudio y conservación del patrimonio edificado con tierra asociada a la Unesco— agradeció a Cuba y a Trinidad la excelente organización del evento que cierra un ciclo después de la pandemia. “Nuestro propósito es promover el uso de un material natural y sostenible en el futuro, que no solo responde a las necesidades de las personas, sino que respeta la vida del planeta”, agregó.
Organizado por la Oficina del Conservador de la Ciudad de Trinidad y el Valle de los Ingenios, el programa del evento incluyó además la inauguración de exposiciones de pósteres y memorias de obra en el Parque Céspedes de la sureña urbe y de la muestra “Tierranza”, del artista Isarel Rondón, promotor también de varios talleres de plástica y utilización de pigmentos naturales a los que se insertaron niños de la comunidad de San Pedro.
En nombre de la ciudad anfitriona, Duznel Zerquera, Conservador de Trinidad, agradeció a los participantes de 21 países de Iberoamérica y el Caribe el empeño por materializar esta cita que tiene como saldo más fructífero la transferencia de conocimientos y técnicas para construir con materiales alternativos como es la tierra; y así darle soluciones al hábitat, uno de los desafíos de nuestro país y a la vez de la arquitectura contemporánea.
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