Desde que en la tablilla del Coppelia de la ciudad de Sancti Spíritus apareció plasmado, hace unos días, el nuevo precio de la bola de helado, ahora a siete pesos, y en los mercados Ideal se inició el expendio del queso frescal a 187 pesos la libra, como si fuera el mismísimo oro blanco, una oleada de comentarios se destapó entre la población.
La noticia corre de boca en boca en la barbería, el parque, la bodega o incluso, en las redes sociales, donde la saga de opiniones crece sin que aparezcan respuesta al porqué de la medida, que no solo afecta a estos dos surtidos, sino a todos los que salen de la industria láctea como parte del proceso de elaboraciones de la leche y sus derivados.
Escambray indaga y en su búsqueda llega hasta la mayor heladería de su tipo en la provincia, donde ya la cola no es numerosa como antes y algunos clientes solo adquieren cantidades reducidas del alimento. “Esto es una falta de respeto, qué jubilado o estudiante puede comprarse más de un helado, por además derretido y con mala calidad. Nos cobran una bola y cuando lo sirven son medias bolas lo que dan. ¿A dónde iremos a parar si de tres pesos que costaba la bola al comienzo de la Tarea Ordenamiento, ahora sube a siete?”, así se expresan algunos espirituanos.
LOS ARGUMENTOS DE COMERCIO
Para Ariel Fernández Martín, director del Grupo Empresarial del Comercio y la Gastronomía en Sancti Spíritus, el incremento de precio incide negativamente en el desempeño de este sector, que ahora recibe el queso fundido o el queso frescal a un precio tres o cuatro veces por encima del que tenía hasta el mes de noviembre, por lo que cuando ellos le aplican el impuesto comercial establecido, la libra llega a 187 pesos.
“Estamos seguros —aclara Fernández Martín— de que se trata de un alimento con preferencias para la elaboración de platos o meriendas, pero el alza del precio afecta además los servicios gastronómicos, pues ahora una pizza puede costar 40 pesos o más y la demanda disminuye. Sin embargo, en el caso del helado, aunque la población se queja, la aceptación se mantiene y todo el que se saca a la venta ha tenido salida”.
¿Cómo se comporta el resto de los productos?
“Las mayores inquietudes están relacionadas con el queso frescal y fundido, porque el resto de los surtidos, díganse queso crema, yogurt natural o de soya y otros mantienen sus niveles de ventas a pesar del incremento del costo, por ser alimentos destinados a elaboraciones fáciles en el hogar, en ello incide además que se venden en formatos pequeños y que la subida del precio fue de dos veces su valor inicial.
“Sin embargo, nos llegan quejas del helado derretido y el gramaje, porque está claro que se debe vender una bola y no medias bolas, pero el Lácteo tiene dificultades con la congelación inicial que debe dársele a este producto y al llegar al Coppelia nuestras neveras son de mantenimiento, por lo que hemos tenido que venderlo en vasijas, sin el servicio a la mesa, casi al por mayor, para que salga rápido. Solo el que traen de la fábrica de Trinidad está llegando con el nivel de frío requerido”.
LA RESPUESTA DEL LÁCTEO
Por Rolando Contreras Sosa, director general de la Empresa de Productos Lácteos Río Zaza de Sancti Spíritus, conocimos que el alza de los precios de las elaboraciones salidas de sus industrias obedece a la Resolución Ministerial 469/2021, dando cumplimiento a la Tarea Ordenamiento que contempla el pago del litro de leche al productor a 20 pesos, en lugar de a 7.50 con que se le compraba hasta finales del 2021.
Por tanto, fue preciso aumentar el precio de venta mayorista de todos los surtidos, aunque en ninguno de los casos exceden del 10 por ciento establecido para las utilidades. Asimismo, explicó, que no solo la leche fluida sube su precio, sino también otros productos e insumos vinculados a estas elaboraciones, díganse el diésel, el agua, la electricidad, los salarios y las materias primas importadas.
¿Cuánto le cuesta al Lácteo producir una libra de queso?
“Hay que tener en cuenta que para obtener una libra de queso en la industria se emplean seis litros de leche, si a ello se suman los gastos colaterales, entonces el costo de la libra ronda los 134 pesos, a lo cual le incorporamos solamente el 10 por ciento del valor; el resto se lo adiciona la Empresa de Comercio, que aplica los porcentajes establecidos por el Ministerio de Finanzas y Precios, para cumplir con la recaudación del circulante.
“No obstante, por parte de la Empresa Láctea el análisis de costos continúa vigente en aras de tratar de aminorarlos sin tener pérdidas y si en algún momento pudiéramos disminuir el precio mayorista lo haríamos, pero hoy el costo real está en ese entorno”, asegura el directivo.
Contradictoriamente en otras provincias del país los precios están por debajo a los aplicados en Sancti Spíritus. ¿A qué se debe esto?
“Habría que revisar qué porcentaje se les aplica a los productos, el cual debe ser el mismo para todo el país. Aunque las fichas de costo no son iguales en todas partes, incluso, dentro de nuestra propia provincia. Hay lugares donde, por ejemplo, utilizan las calderas con fuel oil, mientras que las de acá funcionan con diésel, por lo que se encarecen más las producciones, pero en ello influye, además, las distancias recorridas para el traslado de la leche con carros que recorren más de 217 kilómetros, el tipo de tecnología utilizada y recordemos que la nuestra es muy obsoleta y alta consumidora de energía. Solo en la industria de La Sierpe el queso se logra a bajo costo, porque se hace prácticamente de forma artesanal, pero en el resto de las industrias la diferencia es alta.
“No obstante —aclara el director de la Empresa Láctea Río Zaza— tenemos surtidos que comparados con los de Camagüey, por ejemplo, se mantienen por debajo en su costo, estamos hablando del queso crema, la mantequilla y el helado”.
Acostumbrados como están a contar con lácteos en la red del comercio y la gastronomía o en las ferias dominicales, los espirituanos ahora ven limitadas sus aspiraciones de adquirir estos productos porque su precio se infló más que un globo y, en realidad, la economía familiar no alcanza para tanto.
Ya lo resumía jocosamente el poeta Raúl Herrera en una décima que se ha vuelto célebre entre los espirituanos: El queso entre los excesos/ de precios está que vibra/ porque te cuesta una libra/ ciento ochenta y siete pesos./ Por los desatinos esos/ me bajaron las plaquetas, / tengo en el corazón grietas/ porque la mujer del toro/ lo que está soltando es oro/ por la punta de las tetas.
Este queso sale a 411 pesos el kilogramo, a 17 dólares según cambio oficial, en las tiendas MLC el queso Gouda importado sale a 8 dólares el kg. Saque usted sus propias conclusiones.
Sin duda el problema está en los salarios de los obreros que no DA …y parece q subirlo da mucho trabajo eso mismo pasa en el transporte lo quitan muy fácil pero para volverlo a poner ….
Ya tenemos precio de la leche y derivados equiparables a los de Nueva York, es decir que los ganaderos están ganando como si estuvieran en otro país, ahora falta equiparar los salarios para los que no producimos leche, ya casi es mejor que pongan todo el queso en mlc.
La clase trabajadora con su salario no puede consumir en ese queso.
Debemos asumir, entonces, que si si producto se vende (en este caso el helado) al precio que se disponga, tiene buena aceptación. Me cuesta asimilar que las ventas reflejen la realidad de la población. El compañero Director de Comercio da por hecho que agotándose a $7 es sinónimo de adaptación popular al nuevo precio. La Empresa Socialista, si bien necesita generar ganancias, no puede utilizar sus números para medir la satisfacción de los clientes. Bien lo explica la periodista, la cola ya no es numerosa y la calidad es cuestionable. Entonces, ¿si se agota el producto, a como dé lugar, todo está bien?
Del queso no voy a hablar. Ya pata qué.
En Camagüey pasa lo mismo. Precios prohibitivos para la mayoría de la población.
Quien aprueba los precios no ño compra.
Pero es que esos 6 litros de leche no solo da una libra de queso, tambien dejan 6 litros de residuo liquido o suero como le llama que con eso se puede compensar el precio. Pero por dios…. yo me alegro que las empresas quieran ser eficientes pero asi nuestro salario jamaz sera eficiente y seguiremos sin vivir delbtrabajo.
Bueno y cómo invierte la industria el dinero recaudado para modernizar y abaratar los costos de producción de ese no se habla, solo se hace referencia a la obsolescencia tecnológica y ahí se acaba el camino.
¿Quièn tendrá la osadía de detener estos abusos?