Las palmas para la casa de los deportistas espirituanos (+fotos)

Hace más de 35 años que la Escuela de Iniciación Deportiva Escolar (EIDE) Lino Salabarría Pupo, de Sancti Spíritus, no le pierde ni pie ni pisada a la formación de atletas en la provincia. Y lo ha hecho con tal acierto que su excelencia se valida en cualquiera de los batazos del indómito Frederich Cepeda; en la fuerza del pugilista Yosvany Veitía; en la puntería de la tiradora Eglys de la Cruz, y hasta en las técnicas de dirección que por más de dos años despliega el otrora receptor Eriel Sánchez León al frente del equipo de los Gallos.

Lo cierto es que sus lecciones han viajado de una generación a otra, y han hecho brillar a nivel nacional deportes como el béisbol, la gimnasia rítmica, natación, judo y esgrima, entre muchos otros. Sin embargo, unido a la preparación de los alumnos, el centro no descuida la docencia y, mucho menos, el trabajo político-ideológico y la formación de valores en los futuros atletas.

Para ello cuenta con el protagonismo de las organizaciones estudiantiles y movimientos juveniles, los cuales se entretejen para brindar ese empuje colosal a los procesos vitales de la escuela.

EL MAYOR MÉRITO

El año 2021 devino una etapa de aprendizaje para el pedagogo Eduardo Quiñones Terry. Y es que como nunca antes en su vida tuvo que cambiar sus actividades habituales a causa de la aparición del virus SARS-CoV-2. Del cerrado espacio de un aula se trasladó hasta las Zonas Rojas de este centro de aislamiento para desempeñar funciones de mensajero, pantrista, ropero y auxiliar de limpieza, actividades que reclamaba la instalación ante el inmenso reto de curar a los pacientes.

“Durante esta etapa hicimos grupos de trabajo de ocho personas, las cuales permanecíamos hasta 12 días en el centro. Allí asumimos diferentes tareas; todas, con una gran carga de humanismo que nos posibilitó salir airosos de esta batalla contra el coronavirus. A pesar de las intensas jornadas que vivimos cumplimos con los protocolos requeridos y las medidas sanitarias para evitar el contagio y la propagación de la enfermedad”, apunta el también profesor de Español y Literatura.

No obstante, en medio de la zozobra que provocaba lidiar con un virus atroz, para el personal docente y de servicios de la EIDE esta faena demostró que siempre se puede ser útil.

“Para mí fue una enseñanza más. Aprendí a convivir con esta pandemia y también a prevenirla. Sentí de cerca el dolor ajeno y, por eso, el vínculo con los pacientes fue el mejor”, cuenta el obrero de servicio general en la institución educativa, Grey Brookc Flores.

Y mientras una parte de la rutina de la escuela se evaporaba entre aquellas extensas jornadas, otra igual de importante transcurría en los hogares, donde la familia y los alumnos-atletas se entrelazaron para lograr un curso escolar a distancia. El seguimiento a la visualización de las teleclases y el asesoramiento de los futuros deportistas para su preparación en las casas resultaron algunas alternativas que priorizaron tanto los docentes como los entrenadores.

“Durante ese período de auge de la covid no se podía entrar a ningún gimnasio. Por tanto, creamos grupos de WhatsApp, y hasta convenios de trabajo con los Combinados Deportivos de los municipios para que los estudiantes no abandonaran su formación deportiva”, asegura el entrenador de boxeo Duddley Méndez Borroto.

La Lino Salabarría Pupo se acuña como un centro de educación de alto rendimiento que concentra las enseñanzas desde la Primaria hasta el Preuniversitario, con un claustro distinguido e integrado por más de 200 profesores que encarnan un proceso docente-educativo casi idéntico al del sistema nacional de Educación.

De esa formación integral dan fe muchos entrenadores que en cada una de sus clases ls siguen el rastro a los resultados académicos de los educandos. “Lo primero que hacemos es preguntarles cómo están en la docencia, y en las asambleas educativas identificamos sus principales problemas para trabajar con ellos. Además, abordamos los valores éticos del deporte dentro y fuera del área de entrenamiento, así como los valores humanos que los distinguirán como hombres y atletas”, constata Méndez Borroto.

EMPUJE JUVENIL

Con una matrícula de 810 estudiantes la EIDE resalta por su trabajo dentro de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) en Sancti Spíritus. Con tres niveles educativos a sus espaldas ha sabido guiar a la organización juvenil y alcanzar el protagonismo que tanto reclaman los tiempos actuales.

“La juventud participa en todos los procesos de la escuela. Por ejemplo, se inserta al Consejo de Dirección, al igual que los presidentes de colectivo de las enseñanzas Primaria y Secundaria Básica, y el presidente de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM). En ese encuentro los dirigentes estudiantiles exponen sus principales preocupaciones”, alega el secretario general de la UJC en el centro, Leandro Bernal Desa.

“Estos escolares resultan invitados permanentes en dichos encuentros, los cuales reciben respuestas a sus inquietudes con la mayor prontitud. Eso es algo que no nos podemos dar el lujo de perder”, detalla Royma Figueredo Toledano, director de la EIDE.

Desde estos espacios de socialización la organización de vanguardia de los jóvenes recobra más vida. Algunos de sus miembros resultaron ganadores en concursos pioneriles a nivel provincial, y el centro emergió como destacado dentro de la comunidad.

Y es que dicho plantel planifica cada mes la visita a las localidades. Hasta diversos sitios de la geografía espirituana llegan los estudiantes-atletas para acercar el deporte a lugares que, muchas veces, encuentran en este tipo de actividad la única fuente de esparcimiento.

Mas, el aporte de los jóvenes de la EIDE también se materializa en el recién alcanzado cuarto lugar nacional integral en eventos deportivos, los mejores resultados de la historia, según el propio Figueredo Toledano. “Otro de los logros de la escuela hasta la fecha ha sido que la mayoría de los estudiantes de duodécimo grado aprobaron los exámenes de ingreso a la Educación Superior, de ahí que tienen garantizada su continuidad de estudios”, confirma Bernal Desa.

Sin dudas, la EIDE Lino Salabarría Pupo encuentra en sus niños, adolescentes y jóvenes la fuerza para seguir adelante. No por gusto los encumbra como esa cantera que, con el paso del tiempo, sabrá poner en lo más alto del país al deporte espirituano.