Pocas veces la plata tiene, como ahora, un real sabor a oro. Y no me sonroja el lugar común, porque no existe mejor calificativo para evaluar la hazaña de los muchachos del equipo espirituano de baloncesto, quienes ganaron una inédita medalla de plata en la Liga Superior de la disciplina.
Creo ver el color a través del visor de la objetividad, pese a la esperada barrida 3-0 que les propinó el super favorito Ciego de Ávila, el mejor elenco del baloncesto masculino cubano, como lo muestra la décima corona que acaban de ganar en 15 finales.
No es tampoco conformismo. Por la categoría y calidad de los jugadores, por carretera competitiva y por historia, los avileños les llevan un tramo a los espirituanos. Además de liderar de punta a punta el torneo con su liderazgo en la fase regular, su dominio en semifinales frente a Santiago de Cuba, en la final se mostraron imponentes e hicieron valer los pronósticos.
Todo ello, en primera y última instancia, engrandece la proeza de los yayaberos, que le presentaron batalla a un rival superior como lo muestran los resultados de los tres partidos: 71-62, 73-72 y 88-78. Y quien sabe de básquet advierte que, para la diferencia entre los bandos, no se produjo ninguna paliza, si bien el 3-0 resta brillantez a una final. Lo más llamativo ocurrió en el segundo juego, marcado por una polémica decisión que invalidó una canasta a falta de tres segundos para el pitazo final que hirió el espectáculo y coartó al menos un triunfo merecido para los espirituanos.
Desliz y barrida aparte, lo que cuenta es la medalla. No conformes con llegar por primera vez a una final de Liga Superior, los bien llamados Guerreros superaron en buena lid, agresiones incluidas, en semifinales a unos Capitalinos con mayor historia para lograr no solo la primera presea del baloncesto masculino espirituano, sino la segunda mejor actuación histórica del deporte tras el inédito oro de las hembras del fallecido Gabriel Alexander Álvarez en el 2018.
Resulta además el mejor saldo de un equipo espirituano en todas las disciplinas en el presente año, con lo cual el elenco acuña desde temprano su candidatura a equipo del año en la provincia.
Los niños de Michel Díaz y Wilfredo Fernández —porque eso son, al tener la menor edad promedio del torneo: 22 años— vistieron su medalla, a pura combatividad, coraje, entrega y derroche de amor a la camiseta, nucleados en torno a un líder natural como Mario Luis Troyano Torres, quien los llevó hasta la final y marcó 28 puntos en el partido del cierre, para apuntalarse entre los máximos anotadores del torneo y entre los primeros en los principales departamentos.
La medalla, que se esculpió cuando estos muchachos ganaron títulos nacionales desde la categoría pioneril hasta la juvenil, lleva también el sudor y las lágrimas de Luis Ángel Castillo, Daniel Garci, Luis Pérez, Carlos César Villegas, Arle Dayan Zaporta, Adrián Valdés…, en fin, todos los que, incluido el incansable comisionado Carlos Alberto Plascencia, sortearon obstáculos y desatenciones en los entrenamientos y la competencia para bañar de plata dorada al deporte espirituano.
EXCELENTE RESULTADO DE ESTE EQUIPO, LLENO DE JOVENES PROMESAS, PARA MEJORES RESULTADOS EN EL FUTURO, FELICIDADES.