Un amigo ducho en cuestiones de historia, comentaba hace un tiempo que los espirituanos debíamos celebrar, además de la del 4 de junio —fecha oficial de la fundación de Sancti Spíritus—, la del año 1522 en cada aniversario cerrado, pues fue a partir de entonces que creció esta localidad en su ubicación actual. Al cabo de los años le doy la razón a ese antiguo compañero de estudios, pues 500 calendarios no se cumplen todos los días.
Es ocasión propicia para rectificar a propósito de la señalada efeméride, lo planteado por este redactor en un trabajo conmemorativo que data de algo más de dos lustros, cuando escribió: “Hace 490 almanaques, un buen día de un mes que pudo ser noviembre del año de gracia de 1522 (*), los pocos habitantes de la novísima villa del Espíritu Santo, en su ubicación original a orillas del río Tuinucú, recogieron sus humildísimos bártulos y se mudaron para las riberas del Yayabo”.
Y subrayo rectificar, por varias razones; primero, porque carece de sustento lógico e histórico que el éxodo al sitio actual de Sancti Spíritus se realizara en una fecha determinada, cuando todo indica que se trató de una migración paulatina, a medida que los primeros vecinos pudieron ir trasladándose al nuevo asiento de la villa, donde fueron edificando sus humildísimas viviendas con los materiales surtidos por la naturaleza; es decir: tablas de palma, yagua, guano y arcilla. De manera que ubicar la mudanza en un año dado, ya resulta un ejercicio bastante aventurado a los efectos de la exactitud histórica.
Pero bien, por razones convencionales, aceptemos la de 1522 como fecha del traslado de la villa. Lamentablemente, en el susodicho párrafo se incurre en otra inexactitud cuando se sugiere que la aldehuela original estuvo situada en las riberas del río Tuinucú, cuando lo cierto es que se ubicó en un punto equidistante entre el Tuinucú y el Yayabo, en el lugar conocido por Pueblo Viejo, a 6.6 kilómetros al sureste del Sancti Spíritus actual, como lo indican estudios realizados durante años por reputados arqueólogos locales.
¿POR QUÉ LA MUDANZA?
Dando por sentado que en 1522 los espirituanos se mudaron al nuevo y definitivo asiento de la villa, quedan por dilucidar las verdaderas razones del éxodo, entre las cuales se esgrimió la de una supuesta invasión de hormigas carnívoras que horadaban los ombligos de los recién nacidos provocándoles la muerte.
En aras de buscar la verdad histórica, Escambray consultó a María Antonieta Jiménez Margolles, Ñeñeca, historiadora de la ciudad de Sancti Spíritus, y a los arqueólogos Orlando Álvarez de la Paz y Luis Olmo Jas, quienes gentilmente accedieron a compartir criterios sobre el tema.
Para Ñeñeca, lo de las hormigas como factor desencadenante del éxodo no va más allá de lo anecdótico, primero porque no existen elementos de peso que lo prueben y, segundo, porque de haber existido realmente la referida plaga, lo lógico es que no se hubiesen mudado para un lugar situado en las riberas del Yayabo, del mismo lado del río Tuinucú.
Cuando más, concede la historiadora, pudo tratarse entonces de hormigas comunes que, debido a la costumbre imperante entonces de no bañar a los recién nacidos porque supuestamente afectaba su salud, pudieran haberlos picado, contribuyendo a la decisión de los moradores de poner tierra por medio.
Interrogada sobre cuáles factores pudieron incidir más en la decisión de los espirituanos de entonces, Ñeñeca apunta:
“Yo más bien veo ese traslado como una consecuencia de los problemas originados por la rebelión de los comuneros espirituanos contra la Corona Española en 1521, cuando las autoridades nombraron a un regidor y los primeros habitantes de Sancti Spíritus no lo aceptaron y pusieron otro. Ello condujo a la conocida represión protagonizada por Vasco Porcallo de Figueroa, quien vino de Trinidad y asesinó a Hernán López, el alcalde de elección popular, obligando a los comuneros a aceptar los designios de las autoridades.
“Otro elemento a considerar, añade Ñeñeca, es que sucesivas expediciones de españoles se llevaron indios de esa zona de Pueblo Viejo y la dejaron sin mano de obra, entonces, como junto al río Yayabo la tierra era más fértil y había indígenas para explotar, pues la mudanza devino consecuencia lógica”.
Por su parte, Orlando Álvarez de la Paz sitúa dos puntos básicos en esta cuestión; primero, que la fecha de 1522 no pasa de ser tentativa, pues cree que el traslado de vecinos del asiento original de la aldehuela del Espíritu Santo al nuevo sitio a orillas del Yayabo, fue un proceso paulatino que se inició antes de ese año, porque, según él: “parece raro que todos los moradores se pusieran de acuerdo y que se mudaran al mismo tiempo para el nuevo sitio donde debían primero edificar sus casas.
“En general, no creo que fuese la citada plaga de hormigas el motivo del traslado y que no se puede asegurar algo así hasta tanto se cuente con nuevos elementos que corroboren esa u otra hipótesis. Creo que hay que investigar mucho más antes de llegar a conclusiones definitivas”, concluyó Orlando.
LÓGICA HISTÓRICA, FACTORES DE PESO
El arqueólogo Luis Olmo Jas nos remite a un documentado artículo suyo escrito hace algún tiempo y titulado Sancti Spíritus en su Aniversario 500, Imprecisiones y conjeturas relativas al proceso fundacional, en el cual aporta sus impresiones sobre la fundación y traslado del villorrio original para su actual asiento, entre otros aspectos.
Él plantea: “Con toda certeza podemos asegurar que el primer establecimiento de la villa, se ubicó cercano al río Yayabo en la margen izquierda de uno de sus tributarios, el arroyo Pueblo Viejo, de donde se trasladó posteriormente 6.6 Km. al oeste, justo en su margen izquierda, lugar en el que tuvo su segundo y definitivo asentamiento en 1522, siendo desde el primer momento la Villa del Yayabo”.
Luego afirma: “En su traslado nada tuvieron que ver las tradicionalmente señaladas bibijaguas, que horadaban el ombligo a los recién nacidos según Tadeo —Martínez-Moles—, al contrario de lo que señala este autor, las condiciones del terreno y su ubicación no podían ser peores, nada nuevo a la hora de elegir sitio de fundación durante ese proceso en Cuba donde solo Baracoa permaneció en el lugar original, lo que pudiera justificarse por premura o torpeza y no creo que fuera torpeza, Velázquez tenía suficiente experiencia como fundador en La Española”.
Olmo apunta además que la elección del lugar solo pudo estar precedida por sus características de sabana, pues estos claros en el bosque virgen no abundaban, y según el padre Las Casas, se podía andar por el monte 30 leguas sin salir de él. Talarlo para instalar la villa en mejor posición les hubiese acarreado incontables jornadas de intenso trabajo.
No sin razón, ante el agotamiento del oro y la necesidad de producir alimentos, pronto se hizo sentir que había argumentos ocho años después con su traslado definitivo a orillas del Yayabo, sin que tal plaga de hormigas carniceras fuera su causa.
ESENCIALES MÍNIMOS
Al resumir los elementos que indujeron el traslado de Sancti Spíritus para su actual sitial, citados por los entrevistados en relación aleatoria, tenemos: lo inapropiado del lugar primigenio, la pérdida de fertilidad de las tierras contiguas, el influjo nefasto del asesinato en 1521 de Hernán López, el alcalde elegido por el pueblo; la escasez de agua en Pueblo Viejo y la nula disponibilidad de indios para fuerza de trabajo, por todo lo cual no había opción a mudarse, conservando el nombre del poblado y los deseos de progreso de los primeros comuneros, humillados por la Corona ya desde los años iniciales de la colonización.
(*) Algunos historiadores mencionan ese mes y año.
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