Varias generaciones de cubanos crecimos diciendo y escuchando decir pleca a la línea horizontal con que, en un diálogo, se señala cada una de las intervenciones de los interlocutores, o a la que, en una lista, suele anteceder a cada uno de los elementos relacionados: <—>.
Encuentro esta acepción de pleca en el Diccionario técnico de las artes gráficas (DTAG), publicado en La Habana en 1976. También quedan testimonios de ella en la obra de investigadores como Fernando Carr y Rodolfo Alpízar. Y por si no bastara, en algunos textos básicos para la enseñanza general, disponibles en el portal CubaEduca, del Ministerio de Educación: el libro Español-Literatura de octavo grado y los cuadernos para el trabajo ortográfico correspondientes a noveno y décimo.
Pero tal significado de pleca nunca se refrendó en la normativa ortográfica académica ni en los diccionarios gestados por la Real Academia Española (RAE) y, en los últimos años, por la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE).
Todo indica que la acepción se tomó de los profesionales del mundo editorial cubano —específicamente de las imprentas—, donde pleca equivalía, más o menos, a filete. Tanto pleca como filete designaron al principio —siglos XVIII y XIX, en ese orden— una pieza o molde utilizada para imprimir una o varias rayas; luego, por metonimia, nombraron, además, el trazo obtenido con ayuda de la pieza.
Si hacemos caso a José Martínez de Sousa, la Ortografía de la lengua española (OLE,2010) y el Diccionario de la lengua española (DLE, 2014), pareciera que pleca ha perdido, desde hace años, tales significados, y que solo filete alude a la raya divisoria entre el cuerpo del texto y las notas al pie de página, así como a las utilizadas para componer las líneas de folio o cabeceras de página, marcar finales de capítulos o partes de una obra, etcétera. De acuerdo con estas autoridades, pleca es, exclusivamente, sinónimo de barra vertical, y su uso se restringe a la métrica, la fonética y las matemáticas: <|>.
¿Cuál es, entonces, el nombre normativo del signo al que acudimos cuando representamos diálogos y listas y que sirve, además, para separar elementos o expresiones incidentales? Según la OLE y el DLE, se llama raya, y de ningún otro modo.
Desde la Gramática académica de 1880 existe la denominación raya para el signo. Pero esto no tuvo una consecuencia en la lexicografía de la corporación hasta el DLE de 1925, cuando raya apareció por vez primera con tal significado. Paradójicamente, se definió como un tipo de guion, lexía que la codificación ortográfica de la RAE había introducido mucho antes, en 1815, en referencia al signo más pequeño, <->, para la división de palabras a finales de línea, y que la Gramática de 1880 había puesto cuidado en distinguir de raya. Habría que esperar a 2014 para que el lexicón académico dejara de definir raya como una clase de guion.
Así, la raya se ha conocido por casi dos siglos con el nombre de guion. También, quizá por menos tiempo, como guion largo, aunque la RAE respaldase esta unidad compleja únicamente en la OLE de 1999 y el DLE de 2001. Nunca legitimó, en cambio, otra variante denominativa, guion mayor, documentada en célebres textos como la Gramática castellana de Amado Alonso y Pedro Henríquez Ureña. Tampoco la variante menos, la cual —dicen Martínez de Sousa y Roberto Zavala Ruiz— algunos tipógrafos emplean, a pesar de que su longitud es distinta a la del menos matemático.
Por otra parte, los maestros cubanos la han designado durante décadas con el vocablo rayuela, que hallo en textos de los sesenta y los ochenta del siglo pasado, escritos por Ricardo Repilado (Universidad de Oriente) y Evangelina Ortega (Universidad de La Habana), así como en obras didácticas de la presente centuria: el cuaderno para la práctica ortográfica de onceno grado y los libros Español-Literatura de séptimo, octavo y décimo.
Si el DTAG registra la equivalencia, en la Cuba de 1976, entre raya, guion mayor y pleca; la cuarta edición del Diccionario básico escolar, en 2014, acredita la sinonimia entre raya, guion largo y rayuela. El manual Español-Literatura de octavo grado recoge las cinco formas.
¿Cómo y cuándo apareció esta denominación, rayuela —diminutivo de raya—, que hasta ahora solo he podido constatar en nuestro país? No sé. Parece propia del ámbito educativo. Cabría conjeturar que surgió para evitar la palabra raya, de mayor amplitud semántica. De cualquier manera, nunca triunfó del todo, al menos en los documentos escritos.
La OLE y el DLE han querido poner fin a la variedad de denominaciones, y estimo que hacen bien, aun cuando raya no sea, en mi opinión, la más idónea, sino guion largo, por la semejanza del signo con el guion y el guion bajo, <_>, que hace preferible elegir la voz guion como formante común para los tres nombres.
Si en los planes y textos para el estudio de lengua española se es consecuente con esta voluntad uniformadora de la RAE y la ASALE, en unos años pocos cubanos recordaremos que alguna vez le decíamos guion, guion largo, pleca o rayuela al signo. ¿Sucederá así?
Excelente artículo, Pedro de Jesús. Te felicito. En mi libro: El libro del editor, está explicada la «raya». Gracias.
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