Aunque ahora mismo desaparecieron casi del mercado, todo el mundo en Sancti Spíritus y en Cuba conoce y a la hora de comprar prefiere “los jugos de cajita La Estancia porque son más sabrosos, tienen menos ácido y los hacen más espesos que esos otros tan sofisticados de las tiendas en dólares”.
Semejante collage de opiniones valida por sí mismo de un plumazo el Premio Nacional de Calidad que recientemente conquistara esta industria espirituana, productora y comercializadora de jugos y néctares en envases de cartón con una tecnología única en la isla.
Esta entidad, referencia en buenas prácticas en favor del desarrollo sostenible, resulta la primera Unidad Empresarial de Base que obtiene este premio en el país y la única representante del Ministerio de la Industria Alimentaria que lo ha conquistado hasta ahora.
POR LA RUTA DE UN PREMIO
Cumplidora de los requerimientos de Codex Alimentarius —parte del Programa Conjunto de la ONU para la Agricultura y la Alimentación con la Organización Mundial de la Salud sobre inocuidad de los alimentos—, esta planta también cuenta con certificaciones internacionales de calidad y en la relación de sus principales clientes aparecen Bahamas, México y la República Popular China.
Aquí mantienen establecidas normas de proceso, de inspección y un control en cada área, desde que entra la materia prima hasta el producto final. Gracias a su reconocido desempeño han logrado legitimar varios sistemas de gestión de la calidad, entre ellos el de análisis de peligros y puntos críticos de control por la Norma Cubana 136, la ISO 9001 y el sistema Halal, que permite exportar y vender productos en territorios musulmanes.
“Este Premio Nacional lo otorga el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, auxiliado por la Oficina Nacional de Normalización. Se evalúan ocho criterios fundamentales, entre ellos la gestión de calidad de los procesos, ventas y satisfacción del cliente, el liderazgo, la economía, el control interno y el respeto por la naturaleza”, detalla la ingeniera Adys Castellanos, especialista principal de calidad y fundadora de La Estancia en Sancti Spíritus.
¿Cuál es el secreto de La Estancia para obtener este importante reconocimiento en un país tan complejo y en tiempos tan difíciles?
El secreto en el mercado es mantener la estabilidad, salir siempre con un producto de calidad, uniforme en el tiempo. Para eso usamos estrategias, por ejemplo, las pulpas que nos llegan son de diversos proveedores, con características diversas y utilizamos mucho las mezclas para buscar uniformidad. Balanceamos las características físico-químicas y sensoriales, el color, el sabor, el aspecto y así nos insertamos siempre con un producto de calidad homogénea.
El expediente lo evalúa un comité de expertos de varias entidades. Integrantes de ese comité evaluador vienen a corroborar la información y a determinar si en realidad la entidad reúne los requisitos. Se valora todo el desempeño, pero es muy importante la estabilidad en la calidad.
Los últimos tiempos han sido difíciles por la crisis económica y la situación epidemiológica. La planta ha tenido dificultades para la obtención de materias primas y materiales de envase para poder producir, pero hemos buscado alternativas.
Por ejemplo, hicimos una bebida láctea combinada con soya, en todo el 2021 nos mantuvimos haciendo néctares de frutas mezclados con soya, un producto muy nutritivo y sensorialmente agradable que ha tenido bastante aceptación en la población y que ha ayudado a la alimentación en estos tiempos difíciles. Se distribuyó a granel en centros de aislamiento, zonas en cuarentena y a través de las unidades de Comercio y Gastronomía.
También buscamos encadenamientos productivos con otras industrias y minindustrias para obtener materia prima nacional y poder hacer nuestros productos porque el pasado año no entró nada de importación, no había financiamiento y tuvimos que usar pulpas nacionales como mango, guayaba, piña.
¿Quién decide que una mezcla se encuentra en estado óptimo para producir: los laboratorios, un catador o el área de calidad?
Los ensayos se hacen a escala de laboratorio primero, en el de análisis físico-químico, pero también contamos con uno de evaluación sensorial con catadores evaluados, tenemos un panel de catadores que se encarga de evaluar todas las formulaciones y variantes para después decidir cuál es la mejor.
Pero, independientemente de eso, todos los trabajadores de la planta funcionan como catadores están acostumbrados a probar y nosotros dejamos que lo hagan. En ocasiones algún obrero nos alerta porque ya tiene la cultura del sabor del producto, de cómo luce. Este es un colectivo muy estable, consagrado a la industria, con sentido de pertenencia y comprometido con lo que hace.
¿Se siente realizada con este premio?
Sí, mucho. Este es el resultado de un trabajo colectivo de años.
RETOS PRODUCTIVOS
La Estancia Sancti Spíritus, que cuenta con 175 trabajadores, produce alimentos de alta calidad para el mercado en moneda nacional y en Moneda Libremente Convertible. Además, elabora las compotas Osito que se distribuyen por la canasta básica en todo el país para los niños pequeños.
“Buscamos las pulpas y los concentrados de frutas en todo el país, los seleccionamos por su calidad. Este último año hemos tenido que trabajar de manera intermitente, cumplimos el plan de producción solo al 25 por ciento por la falta de financiamiento para adquirir el material de envase y la baja disponibilidad de materias primas en el país. Tampoco se han podido importar pulpas ni leche en polvo por falta de financiamiento, pero hemos buscado alternativas, se han hecho diseños de productos y se han vendido a granel en la red de comercio unas 600 toneladas de estos”, explica Aydel Toledo, director de esta planta.
Y desde el punto de vista económico, ¿qué situación presenta La Estancia?
“A pesar de los bajos niveles de producción esta planta es muy eficiente y eso nos ha permitido obtener ganancias y distribuir utilidades trimestralmente a los trabajadores”.
Uno de ellos, el experimentado Ramón Castillo, quien suma más de medio siglo en esta industria, valora altamente el galardón recién conquistado: “Este es un premio inmenso, lleva un trabajo muy constante, tener sentido de pertenencia, sacrificio, mantener una disciplina férrea. La calidad lleva muchos factores: la disciplina, la limpieza, el trabajo. Ese resultado no se logra por una persona, sino por un colectivo de trabajadores. Ahora tenemos un compromiso muy fuerte para mantenerlo. Este es un compromiso muy serio”.
Los productos de la Estancia siempre fueron muy buenos pero….donde estan?. Cuba no tiene economia, todo está patas arriba y pir mi parte ya perdí la confianza, voy para 66 años y llevo demasiado tiempo esperando una mejora que nunca va a llegar y para colmo piden esfuezo más esfuerzo, ya estamos cansados.
Quisiera que se hubiera preguntado sobre el impacto de la producción de La Estancia en el mercado nacional de moneda nacional CUP, que a fin de cuentas es a quien debe resolvérsele el problema de la producción de alimentos en nuestro pais, sin que medien justificaciones de que la dirección está en la Habana, de que las desiciones salen de allí, de que si el inversionista es extranjero, de que si la materia prima es en dólares, hay que hacer y exportar y vender en moneda dura, pero hay que producir y trabajar para la nación tambien para los de a pie de la nación, para los que cobramos o estamos jubilados y se nos paga en CUP, alli tambien está el encadenamiento, en que la alimentción es otro eslabon al que hay que tributarle todas las empresas, tengan que hacer compras en cualquier moneda, tengan que usar CL o no, al pueblo hay que atenderlo or que se lo merece y lo necesita y orque del ueblo son todos los que allí administran, dirigen, trabajan y producen.
Esperas demasiadas preguntas que nunca se harán, al menos no con estos periodistas