La selección de Estados Unidos se proclamó campeona de la V Copa Mundial de béisbol sub-15, al derrotar 4-3 en la gran final a un aguerrido equipo cubano que nunca entregó banderas, en partido disputado en el estadio de Sonora de la ciudad mexicana de Hermosillo.
Desde la jornada anterior, y durante todo el evento, los norteños habían demostrado su favoritismo para reeditar la actuación de la escuadra de su país que se coronó en la última versión de hace cuatro años en Panamá, cuando vencieron a los anfitriones en el partido por la medalla de oro.
En esta oportunidad necesitaban derrotar a los de la mayor de las Antillas en dos jornadas consecutivas para subirse a lo más alto del podio, y lo lograron, apoyados en una fuerte ofensiva que desde el primer día intimidó a sus contrarios, y en un cuerpo de pitcheo donde abundan los lanzadores con velocidades muy por encima de la media de su categoría.
En el mismo primer episodio cuando anotaron una sin conectar de hits por un boleto, un pass ball, un wild, y una rolata impulsadora por el cuadro, la balanza se inclinó para la banca de tercera.
Una entrada más tarde el abridor cubano Robier Hernández soportó el primer imparable de sus rivales, y fue tan largo que se llevó las cercas del bosque izquierdo, salido de las muñecas del receptor Brady Murrietta.
Los cubanos fabricaron un paquete de tres carreras en el tercer episodio para tomar el mando de las acciones, y pusieron de manifiesto una vez más sobre la grama el carácter de un equipo acostumbrado a firmar grandes remontadas, desde que se reunieron este año para participar en el torneo clasificatorio para esta cita.
Un sencillo de Duliesky Ferrán, y par de dobletes consecutivos de Alejandro Cruz y Yaider Ruiz, este último para remolcar a dos compañeros y sacar del box al abridor Chase Bentley, le dio un vuelco a la pizarra y puso a saltar a miles de aficionados cubanos dispersos por este planeta.
Sin embargo, tres indiscutibles de sus contrarios cerrando ese capítulo, entre ellos uno de Brady Ebel ante el relevista Daniel Reyes, sirvieron para lograr un abrazo en la pizarra, hasta que en el quinto apartado hicieron sonar la registradora otra vez para definir el choque.
Un sencillo, dos boletos (uno intencional), un toque de sacrificio, y un rolling por el campo corto de Smith Holliday, se mezclaron para anotar la ventaja definitiva.
Del resto se encargó el rescatista Zane Burns al trabajar durante cuatro capítulos inmaculados donde ponchó a cinco rivales y apenas aceptó dos imparables, y el cerrador Ryan Harwood dando un cero de leyenda con las bases llenas a la hora de recoger los bates con par de ponches consecutivos.
Los nuestros, más que la alegría por obtener una medalla de plata de rango mundial, algo que no logra un equipo de mayores desde la Copa del Mundo de 2011, deben sentirse orgullosos de su actuación por aquellas tierras, por regalarnos esos momentos únicos que se viven en este maravilloso deporte, y por hacer soñar a un país que ahora más que nunca necesita de estas emociones.
A su equipo de dirección dirigido por Alexander Urquiola, a los que estuvieron al frente de esa escuadra en el clasificatorio panamericano, y a esos niños que muy pronto seguirán poniendo en alto el nombre de Cuba, gracias de parte de todos los aficionados.
En horas de la mañana anunciaron los organizadores que China Taipéi fue declarado ganador en el partido contra Japón por presentar estos un brote de covid en sus filas, y ganó la medalla de bronce del torneo.
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