El Ministerio de Cultura tiene el reto de estrechar las conexiones entre su red de empresas, instituciones, proyectos comunitarios y el sector del conocimiento, un grupo de centros especializados y con experiencia en la investigación: en primer lugar, la Universidad de las Artes (ISA), el Centro de Estudios Martianos, el de Superación para la Cultura, el de Investigación Cultural Juan Marinello, el Centro de Investigación y Desarrollo de la Música, de las Artes Escénicas, la Casa de las Américas, la Biblioteca Nacional José Martí, entre otros.
A esta conclusión arribó el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, tras un intercambio desarrollado este jueves en el Palacio de la Revolución, con directivos y expertos del Ministerio de Cultura (MINCULT) para evaluar fortalezas, debilidades, resultados y proyecciones del sistema de gestión de gobierno basado en ciencia e innovación en el organismo.
El mandatario, que estuvo acompañado desde la presidencia por el Miembro del Buró Político y Primer Ministro de la República, Manuel Marrero Cruz, comenzó identificando cuáles son los actores del sistema cultural cubano que deben impulsar e implementar las investigaciones científicas y soluciones innovadoras para resolver dificultades.
«Aquí hay que distinguir, primero, en el ámbito de la cultura cuál es el sector del conocimiento, que yo llamaría el núcleo duro para propiciar la ciencia y la innovación», explicó el mandatario con un dominio preciso no solo del tema, sino de los métodos pedagógicos para un adecuado aprendizaje por los presentes.
El sector del conocimiento en el MINCULT es fuerte, valoró el Jefe de Estado que incluyó en este apartado, en primer lugar, a la Universidad de las Artes, que vive actualmente un proceso de perfeccionamiento en el área de la vicerrectoría de postgrado, como hizo saber en el encuentro su rector, José Ernesto Nováez.
Un centro de altos estudios -afirmó Díaz-Canel- tiene tres funciones clásicas: la formación de profesionales, la investigación científica y extensión universitaria y precisamente la segunda es la que debe sistematizar la universidad cultural de la Isla, que acumula 45 años de estudios sobre arte.
Otros integrantes de ese núcleo duro del conocimiento cultural -precisó- son el Centro de Estudios Martianos, el de Superación Cultural, de investigación cultural Juan Marinello, el Centro de Investigación de la Música, de las Artes Escénicas, la Casa de las Américas, la Biblioteca Nacional José Martí, entre otros.
Por otra parte el MINCULT -que funciona aquí como líder o gobierno- tiene muy bien definido un sistema empresarial, de instituciones y proyectos comunitarios que necesitan de la ciencia. «Tenemos que ver entonces cómo el gobierno es capaz de estrechar los vínculos entre el sector del conocimiento con el sistema empresarial, de instituciones y que eso se exprese hasta la transformación de los municipios».
Para encaminar ese propósito el Primer Secretario del Partido valoró la necesidad de desempolvar y actualizar investigaciones que existen en centros de estudios que nunca se aplicaron.
Por otra parte reconoció que el proceso de investigación científica para la innovación ha funcionado generalmente en una sola dirección: los centros han investigado y han ofertado los resultados a las empresas e instituciones y estas, la mayor parte de las veces, no han sido muy receptivas.
«Nosotros tenemos que propiciar que los centros oferten las investigaciones que han desarrollado y que haya receptividad en el sistema empresarial e institucional, pero necesitamos del otro flujo, que es incluso más efectivo -comentó el Presidente- y es el que las propias empresas e instituciones, a partir de las problemáticas que tengan, demanden investigación a ese sector del conocimiento».
La dirección del país está consciente que no se logra en poco tiempo echar a andar con precisión de industria ese canal bidireccional, para ello -precisó el dignatario- se necesita mayor superación de los implicados, más doctores en todos los ámbitos, en las empresas, en las instituciones, en los centros de estudios, en la comunidad, en las tareas de dirección, con vistas a que exista una cultura, una comprensión de que a través de la ciencia y la innovación se encuentran soluciones a los problemas.
Sobre esa línea de la apremiante necesidad de la superación, manifestó que si al menos los cuadros no tienen el grado de doctor, debe existir un camino de capacitación que les permita comprender por qué deben abrir las puertas de su centro de trabajo a la ciencia.
«Campos para investigar, para buscar innovación en la cultura, yo creo que hay muchos -puntualizó- no estamos pensando solo en productos o en bienes y servicios, aquí hay mucho que hacer en innovación organizacional, de procesos culturales, en materia de gestión cultural».
Lo que estamos pidiendo no es algo que no se pueda hacer- aseveró Díaz-Canel- que ilustró cómo la nación ha podido enfrentar la pandemia gracias al intercambio sistemático con expertos y científicos de diferentes disciplinas y sectores. «Este Palacio de la Revolución podría llamarse también el Palacio de la Ciencia. Todas las semanas recibimos a científicos de diversos saberes, que hacen sus aportes en los grupos temporales para el diseño de políticas públicas y leyes, además de tenerlos presentes en los Consejos Técnicos Asesores de los organismos y OSDE.».
Destacó que no puede verse a los investigadores con un carácter utilitario, es decir emplearlos solo para que identifiquen, investiguen y propongan y después no implicarlos en el proceso de implementación, «no explicarles a los científicos en qué se usaron sus ideas, donde están las diferencias, qué se perfeccionó y cuál fue el impacto, eso -afirmó- nos crea incomprensiones, discontinuidades y elementos de irracionalidad».
En el encuentro entre directivos y expertos del MINCULT con la dirección política y gubernamental del país, la viceministra primera del organismo, María Elena Salgado Cabrera, señaló que el organismo no parte de cero y que en materia de investigación alberga una amplia experiencia, el reto -concretó- se encuentra en la socialización de los resultados de las investigaciones, en la capacitación de los recursos humanos y la articulación entre los centros de estudios, la universidad y la red de empresas e instituciones.
Salgado Cabrera mencionó también los resultados de la ciencia y la innovación en el último periodo, destacándose el estudio de la situación de la creación artística y literaria, el proceso de actualización de contenidos y servicios en los componentes de la «Plataforma de gestión integral de la información cultural», así como el inicio de las transmisiones de la cadena Streaming Cuba y el proyecto CREART TV.
Trabajamos para que la innovación se convierta en un hábito del empresariado cultural -enfatizó en su intervención Ana María Pellón, directora de industrias culturales del MINCULT- que ejemplificó los excelentes resultados que se han alcanzado cuando han caminado de la mano junto a la ciencia y han incorporado a nuevos actores económicos.
Así lo demuestra la plataforma de comercialización de la música cubana Sandunga, el foro reciente desarrollado con el Ministerio de Industrias para llevar a gran escala las producciones de artesanos y más exhaustivamente explicó lo sucedido en el polo productivo del municipio Camajuaní, «un lugar donde se ha imbricado el conocimiento, con los aportes de las experiencias de nuestros artesanos, con conocimiento de las nuevas tecnologías en la producción y eso ha impactado en el aumento de la comercialización y el aporte al desarrollo local».
En el encuentro, que forma parte de encuentros similares que sostiene el Jefe de Estado con representantes de los Organismos de la Administración Central del Estado para conocer sobre la marcha de la implementación del sistema de gestión de gobierno basado en la ciencia y la innovación, participaron Rogelio Polanco Fuentes y Jorge Luis Broche Lorenzo, miembros del Secretariado del Comité Central del Partido, y la viceprimera Ministra, Inés María Chapman Waugh.
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