Como parte de un programa de reparación total que se ejecuta en los desembarcaderos de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Pescasilda, en el municipio de Trinidad, avanzan las labores en el muelle número Dos, que una vez concluidas dotarán de mejores condiciones a estas estructuras para el atraque de las embarcaciones de las flotas escamera y langostera.
José Ramón González González, jefe del área de Mantenimiento Naval de la entidad pesquera, comentó a Escambray que la primera etapa prevé la recuperación de 36 metros, de los 72 de largo y 4 de ancho de la rada, la cual quedará construida de madera —como fue originalmente— en aras de facilitar su desmonte y resguardo ante la proximidad de un fenómeno atmosférico.
Los trabajos en el también conocido muelle de la carrilera, pues antes sostuvo la línea del ferrocarril para fines comerciales, resultan complejos y exigen el cumplimiento de medidas de seguridad. “En un primer momento hubo que desmontar lo que quedaba de las antiguas estructuras con el propósito de aprovechar los pilotes sumergidos en el mar”, precisó José Ramón.
La brigada de mantenimiento de la empresa pesquera trinitaria interviene en la reparación del área de atracaderos, que benefició el pasado año al Muelle Uno, en explotación tras su certificación por el Centro del Registro Cubano de Buques.
La nueva estructura también de madera tiene 156 metros de largo y resulta la más estratégica de la rada sureña al encontrarse cercana al taller naval donde se realizan los trabajos de reparación y mantenimiento de la flota pesquera.
De acuerdo con la fuente, alrededor de 88 000 pesos en moneda nacional y cerca de 8 500 en divisa respaldaron la primera etapa de la reanimación, en la cual intervino también de la Brigada número 3 del Ministerio de la Construcción. No obstante, la participación de los trabajadores de la propia unidad de base permitió disminuir los costos de la obra. Precisamente en este muelle se encuentran ahora las ocho embarcaciones de la flota langostera que detuvo sus operaciones al decretarse la veda del crustáceo, momento óptimo para la reproducción del codiciado crustáceo y el mantenimiento a los barcos con pocos días en tierra, pues entre abril y junio —meses de corrida— apoyarán la pesca de especies de escama.
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