A fin de sostenerse y mantener al equipo en la posición que hoy disfruta de cara a la clasificación para la próxima fase, el staff de los Gallos ha tenido que jugar sobre un tablero de ajedrez.
La “partida” empezó antes que la serie, cuando ya no disponían de dos piezas claves: un abridor habitual: Yamichel Pérez, otro multiuso: Pedro Álvarez y un tercero que, pese a su juventud, ya había aportado: Luis Danny Morales, un verdadero prospecto.
Otras complicaban el juego: la salud de los brazos y la inexperiencia de la mayoría. La primera sacó de juego temprano a uno de los abridores: Roberto Hernández Navarro, quien estará seis meses de recuperación tras ir al quirófano; la segunda abría mil interrogantes.
Mas, pese a ello, tras 55 juegos (sin el del jueves) el pitcheo espirituano era el de tercer mejor Promedio de Carreras Limpias: 4.62, detrás de Granma (4.13) y Matanzas (4.31). Y no es que sea tampoco un “ELO” de lujo. Es que en un escenario de bates encendidos y con la media nacional de 5.29 PCL, estos elencos, junto a otros tres, son los únicos que bajan de las cinco limpias.
Algo similar sucede con el WHIP, un indicador que mide integralidad, y en el que los Gallos aparecen terceros con 1.56; en tanto, mire usted: este es el cuerpo de pitcheo al que menos le batean: 277, es el cuarto con más ponches y el séptimo que menos boletos concede. Por eso, aunque ha sido el bateo lo mejor del equipo, el pitcheo no ha hecho tablas.
¿Qué tácticas ha realizado el cuerpo de dirección para no ahogarse con “piezas negras”? Freddy Mario Rodríguez Campo, entrenador principal, explica los movimientos esenciales: “Trabajar mucho y darles confianza a los muchachos nuevos, no pensábamos que íbamos a tener estos resultados, pero ellos han respondido a las acciones que les pedimos. Otro veterano como Yoanny Hernández lo ha hecho bien en momentos en que hemos tenido dificultades con los abridores y, aunque no ha aportado victorias, al menos ha caminado los partidos. Desde la preparación trabajamos en el fortalecimiento con las pesas y el gimnasio, muchos se enfrentaban por primera vez a un campeonato tan largo y por eso nos enfocamos en los planos musculares, sin descuidar la parte técnica de la mecánica, fundamental para mejorar el control, pues, si dan menos bases, más avanzan. Hemos tenido la ayuda del psicólogo, que está muy preparado”.
En su primera experiencia en la pelota grande, David Pérez Luna, quien trabajó años con la “chiquita”, le ha sacado el mejor de los provechos a su rol como entrenador: “Todo ha marchado bien, tratamos de que todos se mantengan, como se dice, en caliente y les ofrecemos la información de cada bateador para que sepan cómo marcha el juego, por si tienen que salir. Siempre el conocimiento aporta, muchos vienen con nosotros desde las categorías escolares y eso es factible porque sabemos cómo podemos maniobrar y cómo llegarle al atleta para que saque en extra en lo físico y lo mental; es un pitcheo joven, pero con ganas y deseos de luchar”.
“La maniobra ha sido soltarlos y darles confianza —reafirma Eriel Sánchez, el mánager—, los que no fueron tenidos en cuenta en otro momento, porque no se les dio la oportunidad, hoy están aportando; el misterio está en eso, en la oportunidad que se les ha dado”.
Como en el resto de los equipos, el quinto abridor es de esos “alfiles” que suelen dar el mayor de los quebraderos de cabeza. En ese rol dos “caballos” habituales han respondido: Yuen Socarraz, con cinco éxitos, y José Eduardo Santos, con seis, aunque el primero salió de rotación varios días por dolores musculares. Mas, la “defensa siciliana” tiene dos nombres: Ariel Zerquera, con seis éxitos, y Alex Guerra, con cinco; pero, sumados a sus triunfos, han aportado innings: 113.1 entre los dos.
Para mantener el tablero, varios “peones” asumen, además de Yoanny. José Luis Braña se reencontró tras un inicio incierto y hoy tiene tres éxitos con un salvamento: “No sé qué pasó, las cosas me salieron mal y eso me afectó un poco, luego me dieron un poco de descanso y me enfoqué en corregir lo que no me estaba saliendo, busqué concentración y comencé a trabajar a la inversa y está saliendo el Braña que lo da todo por el equipo”.
De acuerdo con Freddy Mario, para ese rol se ha pensado en jóvenes como Harbin Castellanos, “que es un abridor natural, pero no siempre ha salido bien”.
Lo cierto es que, como pasa casi siempre, unos juegan más “partidas” que otros, no siempre sin el debido fundamento. De los pitchers de atrás, mientras cinco suman 27.1 innings (José Isaías Grandales, Daniel Ayisan, Roberto Hernández, Adrián Pérez y Harbin Castellanos), solo Aníbal Suarez, acumula 30.1, con una victoria y un salvamento: “Él tiene muchas condiciones con rectas de 88-89 y hasta de 90 millas —justifica Fredy Mario—, él nos ha encajado, unas veces sale bien, otras no, eso está en la pelota mejor; tiene talento, confiamos en sus condiciones y quizás más adelante puede seguir desarrollándose, no podemos tampoco recargar a Mauris”.
No me queda claro por qué unos más que otros. Tampoco otras variantes, no justamente “suizas”: cuando el tablero se ha complicado, algunas piezas se han “sacrificado”, como un “rey” más tiempo que el debido sobre el box. Eriel Sánchez, amigo de la “defensa Petrov”, lo explica: “Si fueras la directora del equipo y tuvieses la segunda parte del pitcheo con las debilidades que tenemos, creo que harías lo mismo que yo, lo último que quiero es aguantar la mejor carta de ese momento, pero trato de aguantarla un poquito y que el equipo la salve; siempre les voy a dar un poco más de libertad y demora a esas cartas, porque no gozamos de un excelente relevo, que es una dificultad que tiene el país”.
Cambiar de rol a Yankiel Mauris ha sido una jugada efectiva, que el propio atleta reconoce: “Siempre me preparo para lo que le haga falta al equipo, como abridor no me fueron tan bien las cosas, después me pusieron para ayudar atrás y me están saliendo súper bien, el brazo ahora mismo está al ciento por ciento”. Darle más tiempo en el tablero al apagafuegos por excelencia, también: “En la preparación hice volúmenes de lanzamiento para asumir esta función de relevos un poco más largos —expone Yaniesky Duardo, cuatro triunfos, cinco salvamentos, 28.2 capítulos—, trabajé la fuerza en los pies y caminé un poco más con más volumen de lanzamientos y gracias a eso he podido avanzar más innings, siempre me gusta venir con el juego caliente, pero si al equipo le hace falta que venga antes, ahí estoy”.
Sobre el tablero, a los lanzadores les quedan partidas. A falta de 19 encuentros, los Gallos tienen aún que ganar la principal: lograr el boleto. Por eso precisan que sus brazos, con el peso de la campaña, hagan la mejor de las jugadas para dar el “jaque mate”.
Con todos los problemas, se ha podido darle la bola a Harvin Castellano como abridor, el año pasado lo hizo, incluso estando los q faltan.
Buen artículo.
100% de acuerdo, hasta ahora, con manejo de pitcher de SSP:
* a veces hay que demorar salida del lanzador
* a veces hay que cuidar lanzador
Ayer, Muy bien las sustituciones de pitcher para no sobrecargar a ninguno.( Socarrás, Mauri, Duardo)