Pasadas las 10 de la noche y un domingo histórico, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez despidió a un amigo entrañable de Cuba; Andrés Manuel López Obrador regresaba a México.
Ambos sostuvieron, como siempre, un intercambio de hermanos, del México lindo y querido, y de la Cuba que quien la defiende la quiere más.
En el cuarto encuentro de los presidentes Díaz-Canel y López Obrador, esta vez en la Isla, los dignatarios y sus delegaciones sostuvieron conversaciones oficiales y firmaron acuerdos políticos, económicos y comerciales.
El mandatario mexicano recibió la Orden Nacional José Martí, en un día lleno de solidaridad y de espíritu martiano y juarista, próceres que AMLO hizo coincidir en una reseña histórica de más de 200 años, en la que al decir de Díaz-Canel, lo mexicano se vuelve cubano y lo cubano, mexicano.
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