La pertinencia de articular el rescate y desarrollo de la ganadería cubana desde el basamento de una norma legal que ampare e incentive a los productores, los procesos de crianza, la reproducción, la genética y el control pecuario, devino idea central del intercambio entre integrantes de la Comisión Agroalimentaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular con representantes de la rama en Sancti Spíritus, como parte del proceso de consulta del Proyecto de Ley de Fomento y Desarrollo de la Ganadería.
Se trata de un proyecto de ley aprobado recientemente por el Consejo de Estado de la República de Cuba que será presentado al próximo período de sesiones del Parlamento, mediante la cual se prevé el fomento, desarrollo, protección y recuperación de la ganadería en Cuba y el perfeccionamiento del control del patrimonio ganadero, con vistas a incrementar de forma sostenible la producción pecuaria.
En su cuerpo la norma establece el régimen jurídico general para el fomento y desarrollo de la ganadería, sus principios, las responsabilidades, derechos y obligaciones de quienes participan en su gestión, así como lo referente a los registros públicos de la ganadería, el patrimonio genético y la inspección pecuaria.
La necesidad de contar con un cuerpo legal que favorezca la transformación de una rama en franco deterioro productivo y urgida de revertir su impacto en la economía y el bienestar social, fue resaltada por Ramón Aguilar Betancourt, presidente de la Comisión Agroalimentaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular en el intercambio con una representación de los ganaderos espirituanos.
Como parte de la consulta que tuvo por sede a la empresa Pecuaria Managuaco, especialistas, directivos y productores del territorio expusieron modificaciones y sugerencias que contribuyen a enriquecer la norma en acápites esenciales como la genética, la reproducción e inseminación artificial, la comercialización y el control pecuario.
Ramón Balmaceda Flores, especialista en genética y masa pura, fue enfático al sugerir más coherencia con el servicio de inseminación artificial y el respaldo de recursos teniendo en cuenta que existe una agricultura especializada con una base productiva diversificada, y el mayor por ciento del rebaño está en manos tenedores muy dispersos, fuera del alcance del Grupo Ganadero.
La futura Ley de Ganadería, que promueve el Ministerio de la Agricultura, ha transitado en los últimos meses por un proceso de consulta con el objetivo de recoger observaciones, criterios y propuestas de modificaciones que permitan construir una norma dirigida también al rescate de profesionales y técnicos que pueden incorporarse a la rama, la formación y capacitación profesional del capital humano del sector, a la vez que persigue el reordenamiento del rebaño, de acuerdo con la disponibilidad de alimentos en función de elevar la eficiencia de la producción.
En su intervención final, Ramón Aguilar Betancourt resaltó la importancia que tendrán los incentivos para los productores ganaderos a definirse en la ley. “En nuestras condiciones podemos hacer mucho más cosas que incentiven al productor y transformen este sector, pero tenemos que lograr que si hacemos una ley de la ganadería tenga un impacto y en un periodo breve empiece a notarse el cambio, es lo que la población espera de esta actividad”.
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