Con la bala de gas en una carretilla, Arnelio López recorre los vericuetos del Camino de La Habana; se detiene para observar “el parquecito”, una especie de solar que se transforma en un complejo recreativo y aprecia en cada rincón como poco a poco hay cambios para bien en ese pedazo de barrio donde vive desde hace más de 30 años. “Esto va a quedar bueno y hacía falta porque estamos muy lejos del centro del pueblo y salir de aquí le ronca”, exclama ya en la parte trasera del mercado donde está el punto de expendio de gas licuado.
El tramo espirituano del Camino Real de La Habana, según cuenta la historia, formó parte de la antigua vía de comunicación que transitaba por toda Cuba desde la Punta de Maisí hasta el Cabo de San Antonio y era descrito en sus tiempos como un “infierno de lodo o polvo”, según alternaran la lluvia o la sequía.
Ese espacio, que era manigua, poco a poco se pobló hasta convertirse en la Zona de Desarrollo del Camino de La Habana, uno de los barrios que conforman el Consejo Popular de Garaita, donde se asienta una comunidad que actualmente es beneficiada por cambios sustanciales que abarcan la economía y el ámbito social, como parte de las 63 comunidades vulnerables identificadas en la provincia de Sancti Spíritus
Han pasado solo unas semanas desde que, sobre la base del diagnóstico previo y el criterio de los vecinos, se iniciaron las acciones, fundamentalmente en la Circunscripción No. 126, con su delegado Yovanis Vázquez Ramírez al frente.
“En medio de las tantas complejidades y planteamientos pendientes, se ha trabajado en los problemas mayores, entre ellos en la reparación de instituciones de comercio y salud, arreglo de la jardinería y mejoramiento del alumbrado público y rehabilitación de áreas comunes”, explica Yovanis.
VISTA HACE FE
Es ese el eslogan de las fuerzas del Inder y de Comunales que tienen a punto de mate lo que será el Área Recreativa de la zona, donde se ha trabajado en un gimnasio biosaludable, un parque para los niños con iluminación y jardinería, un terreno de voleibol y un minifútbol.
“De igual modo, se labora fuerte en la remodelación y ampliación de la farmacia, un lugar muy concurrido, pero con un pequeño mostrador y muy reducido. Allí se construye un almacén para medicamentos y un baño para los trabajadores”, acota el delegado.
Para Analae Olmo Morales, la administradora del mercado, el hecho de haber “perdido pedazos” y cederlos para ofrecer otros servicios no es problema, ya que se trata de uno de los más grandes con que cuenta el municipio cabecera, y aun así el recinto queda espacioso.
“Se mejoró mucho la imagen, se impermeabilizó totalmente y la instalación fue beneficiada con una reparación del piso, acciones que conllevaron también a la ampliación y organización de las áreas de venta, así como la reparación total del almacén, unido a una ardua labor de mejoramiento en las redes hidrosanitarias”, detalla Olmo Morales.
Si algo ha superado las expectativas de los vecinos es la reconstrucción de la panadería, un extenso local que en nada se parece al de hace algunos meses, con cambios sustanciales en las paredes interiores y exteriores, enchapes de áreas y mostradores, nuevos baños y rehabilitación de la estufa. “Esperamos que el pan esté a la altura de lo que se ha hecho en materia constructiva”, dice un vecino en representación de los más de 1 200 electores con que cuenta la circunscripción y los cerca de 2 000 núcleos que abastece.
DE RESIDUALES Y OTROS DEMONIOS
Un gabinete de Etecsa que le proporcionó acceso a la telefonía fija a cerca de 1 000 núcleos familiares, la rehabilitación de los tres consultorios del médico de la familia, la remodelación del combinado de servicios y la pintura del edificio biplanta enclavado en la circunscripción, uno de los planteamientos históricos, son mejoras que los pobladores no pasan por alto, así como la ayuda de ropa, zapatos, camas, recursos para eliminar los pisos de tierra y otros insumos que han recibido las familias vulnerables.
Sin embargo, otros problemas esperan todavía, entre ellos el punto de venta de TRD, una inversión que permita ampliar los servicios de telefonía, y también valdría la pena buscar una solución transitoria de las aguas albañales que empañan este programa de rehabilitación que lleva dinero y esfuerzo del pueblo que ha acompañado por estos días a los organismos e instituciones responsables.
La inexistencia de aceras y calles asfaltadas es el mayor cuestionamiento de los pobladores, que también se preguntan cuándo va a ser posible la urbanización de la zona, interrogante que explica Roderay López González, la presidente del Consejo Popular de Garaita.
“El saneamiento de las pocas redes hidrosanitarias existentes junto al asfaltado de las calles y la falta de alcantarillado son dificultades tan antiguas como la propia comunidad. Ha sido un asunto muy discutido e incluso se hizo un proyecto que no se desechó en su momento por los problemas tipográficos que caracterizan el lugar, además de que las casas no tienen un esquema ordenado, a lo cual se unen las ilegalidades urbanísticas. Para llegar a una solución definitiva se requiere de una gran inversión con recursos que hoy no están a la mano”, precisa Roderay.
A la hora del recuento suman decenas los planteamientos resueltos como parte del movimiento transformador que se vive en la Zona de Desarrollo del Camino de La Habana, obras de índole social que aliviarán el día a día de quienes viven en ese barrio espirituano, gente que necesita de atención, pero también ha estado oxigenada a través de los años con beneficios que cambiaron para siempre la imagen de aquella tierra de lodo y polvo.
Acabo de ver esta publicación, debo reconocer que se han efectuados tareas importantes en la comunidad del Camino de la Habana, pero considero que hay algunas que no pueden seguir esperando y es el arreglo de las calles 9 que se han acometidos obras mal hechas y SIEMPRE se rompe, como es la 9 y entrecalles donde dobla la ruta 6 que cualquier día provoca un lamentable accidente.
Y la recogida de desechos sólidos que es un cao y ya debe parar.
Que vayan más pa atrás, en la calle 16, por ejemplo, allí no hay mucho oxígeno que digamos. Hay que asfaltar esa calle que desde que tengo uso de razón desde niño es lo único que hemos pedido y nunca han hecho nada, solo escusas. Pero bueno, como no es de objetivo social allí quedará en el olvido y la desidia.