Pese a las afectaciones del recrudecimiento del bloqueo económico de Estados Unidos y la crisis económica causada por la pandemia de la covid, Cuba cumplió sus obligaciones tributarias al presupuesto nacional, afirmó este martes una autoridad del sector.
Tales condiciones provocaron en 2021 una contracción de los ingresos por impuestos, dada la suspensión y paralización de muchas actividades productivas y de servicios lo que implicó una afectación en la economía del país y de los ciudadanos implicados.
Por esa razón se modificó el plan presupuestario, fijado para ese año en 245 mil 900 millones de pesos (unos 10 mil 245 millones de dólares).
Al intervenir en el espacio radio televisivo Mesa Redonda, la jefa de la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT), Mary Blanca Ortega, explicó las adecuaciones realizadas para cumplir ese monto con la máxima responsabilidad y poder garantizar los programas sociales a los que se destinó, entre ellos, el enfrentamiento a la covid19.
La ejecutiva detalló las complejidades enfrentadas en el desempeño de ese sector y en la preparación de la campaña tributaria 2022 en un entorno más digital que flexibiliza los trámites y servicios para asistir a los contribuyentes desde la distancia, las plataformas informáticas de gestión y las redes sociales.
Ortega y otros funcionarios de la ONAT significaron el uso social de los tributos aportados destinados de forma especial al desarrollo local de los municipios en obras sociales, reparación de escuelas, hospitales, áreas de salud, mejoramiento de barrios vulnerables y construcción de viviendas para casos atendidos por la asistencia social, entre otros destinos.
Precisaron que los principales tributos que aportan al presupuesto nacional son los impuestos sobre ingresos personales, rendimiento de la inversión estatal, sobre utilidades y por la propiedad de transporte terrestre y embarcaciones.
Los directivos destacaron que desde el pasado año la presencia de nuevos actores económicos (micro, pequeñas y medianas empresas, cooperativas no agropecuarias, trabajadores privados y otras formas de gestión no estatal) imprimió una dinámica diferente a la actividad tributaria del país.
En sus intervenciones destacaron que en medio de esos cambios el país aceleró en la informatización de todos los procesos de la administración tributaria, siempre con el contribuyente en el centro de todos los proyectos para que cumpla con sus obligaciones desde cualquier lugar y por el canal que decida.
las cargas fiscales hacen desffallecer la produccion y el compromiso politico de los trabajadores.