El presidente ruso, Vladimir Putin, manifestó este 26 de mayo que el abandono de algunas empresas extranjeras del mercado nacional puede ser bueno para su país debido a que los fabricantes locales ocuparán su lugar.
“Muchos de nuestros socios de Europa declararon que se irían. A veces, cuando miras a los que se van, dices gracias a Dios”, dijo el mandatario ruso en su intervención por videoconferencia en el primer Foro Económico Euroasiático, celebrado este jueves en Bishkek, la capital kirguisa.
Según Putin, tanto la producción del país como los negocios ya crecieron en las actuales condiciones de sanciones, por lo que “se sentarán” de manera exitosa a esperar por sus socios. Nada cambiará en Rusia tras su retirada, comentó.
“Y los que quieren traer algunos productos de lujo podrán hacerlo, pero les saldrá un poco más caro”, alertó el jefe de Estado, quien consideró trascendental para el país la creación de nuevos centros de ingeniería e instituciones científicas que son la base para su desarrollo.
En su mensaje al evento, el presidente destacó que Rusia sigue siendo el mayor exportador de trigo del mundo. “No hace mucho tiempo, nosotros lo comprábamos y ahora lo vendemos”, enfatizó, aunque reconoció que Estados Unidos y China producen más, “pero también consumen más”.
Resaltó además que la Unión Económica Euroasiática diseñó una hoja de ruta para la industrialización con más de 180 proyectos y una inversión total de más de 300 mil millones de dólares.
Indicó que se preparó un programa para el desarrollo de la agroindustria, que incluye más de 170 proyectos por valor de 16 mil millones de dólares. En tal sentido, Putin subrayó que los representantes de las empresas saben que Rusia se volvió un país “absolutamente competitivo” en los mercados mundiales.
La Unión Económica Euroasiática (UEE) la integran Rusia, Belarús, Kazajastán, Armenia y Kirguistán, así como Moldova, Uzbekistán y Cuba, con estatuto de observadores.
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