Sancti Spíritus: Canasta histórica del básquet masculino

Sobre los tabloncillos, el equipo masculino espirituano de básquet ha anotado una canasta histórica: por primera vez llega a la final de la Liga Superior y ya, de hecho, está entre los cuatro grandes.

El boleto lo lograron con relativa comodidad, antes de terminar el calendario de la fase regular, en la que ocupan el segundo lugar con balance de 18-5, detrás del “tren” de Ciego de Ávila, ganador de nueve títulos, justo cuando a los espirituanos les restan apenas dos subseries para el cierre, una frente a los avileños y la otra ante Villa Clara.

Los Guerreros, nombre con el que los bautizaron un día, les queda como traje a la medida. Es el equipo más bisoño del torneo. Mas, ellos juegan siempre como si fuera el último partido de sus vidas.

ADRENALINA SOBRE LA CANCHA

El saldo se esculpe hace años, desde que buena parte de sus integrantes se coronaron nacionalmente en las categorías escolares y juveniles y hace poco más de dos años cuando tocaron las puertas de los play off. En aquel momento terminaron con 15 victorias, las mismas de Santiago de Cuba y La Habana, pero por 11 puntos de diferencia pasaron al quinto lugar.

“Es un peso enorme —comenta Carlos Alberto Plascencia, comisionado provincial de la disciplina, mientras se le “atora” un nudo en la garganta—, es algo trascendental, sobre todo porque es el elenco más joven de Cuba, imagina que el de más edad es Luis Ángel Castillo y solo tiene 25 años, pero esto se debe a un trabajo de años y la cohesión de atletas y el colectivo de dirección, hay un respeto mutuo y escuchan con atención todas las sugerencias. Este equipo tiene muchos valores deportivos y humanos y el principal es que del número uno al 13 todos se entregan con la actitud más grande del mundo, Troyano es un ejemplo de consagración”.

En este elenco se advierte a distancia, la sed de triunfos y la adrenalina sobre la cancha, también la rapidez, la creatividad en el juego y el sentido colectivo. Todo ello se traduce en las estadísticas, en las que aparecen entre los primeros en la mayoría de los departamentos: puntos anotados, tiradas de dos puntos, y sobre todo las de tres, en la que lideran el torneo con cerca de un 40 por ciento, tiros de campos, tiros libres, rebotes…

LUCHAR POR UNA MEDALLA

Para Michel Díaz, el director técnico, esta es la concreción de un trabajo de años. “Aunque son jóvenes, los atetas han madurado, porque ya pasaron una Liga. En esta el equipo ha demostrado que no hay rival, la clave es el team work que hemos hecho entre atletas y entrenadores; ellos fueron capaces de imponerse a las dificultades que se han presentado y, aunque para algunos ha sido sorpresa, ellos sí esperaban esto porque se ha trabajado para eso. Estamos muy contentos por estar entre los cuatro grandes, ahora es juego a juego, y a luchar por una medalla de cualquier color”.

El tamaño del suceso se advierte en los jugadores, algunos de los cuales mojaron con sus lágrimas el tabloncillo de la Yayabo, como Luis Ángel Castillo, entre los primeros en varios departamentos. “Tengo lágrimas en los ojos por la felicidad y a la vez tristeza porque juego por el padre del baloncesto espirituano, que es Alexander Álvarez (fallecido en el 2018), quien desgraciadamente no nos puede acompañar, pero esta clasificación se la dedico a él. Esto se viene cocinando desde hace tiempo, el equipo venía con muchas proyecciones, la otra vez nos quedamos a un pasito. Lo esencial ha sido la unidad, todo el mundo se lleva bien, cada cual desempeña su papel, cada cual tiene su función, nadie se engolosina con la pelota, tenemos un líder, pero no dependemos solo de un jugador”.

Líder natural y bujía del elenco, Mario Luis Troyano, entre los mejores del torneo en casi todo, vive su momento: “Es algo lindo llegar por primera vez a los cuatro grandes, todos han hecho un trabajo excepcional, tanto los suplentes como los refuerzos camagüeyanos, muchos han jugado enfermos o lesionados. No pensamos en rival, salimos cada día a ganar el partido con quien nos toque, siempre dando lo mejor de nosotros”.

Falta por definir el rival de las semifinales, pactadas a cinco partidos al mejor en tres. Para entonces, Troyano y los suyos sueñan en grande y solo esperan que el público nuble el graderío de la Yayabo para que palpe con sus propios ojos dónde se esconde la clave de la noticia que ahora viven.