La covid sigue ahí, como el viejo dinosaurio del escritor guatemalteco Augusto Monterroso. El comportamiento de los últimos 14 días en la provincia es revelador: una tasa de incidencia de 339. 24 por 100 000 habitantes y 1 570 casos confirmados con el virus, uno de los escenarios epidemiológicos más complejos del país.
Alienta saber que especialistas del territorio vaticinan un decrecimiento de manera progresiva de los infectados en las venideras jornadas; sin embargo, alertan que la tasa de incidencia seguirá entre las más altas de Cuba, pronóstico también confirmado por expertos nacionales.
A dos años de pandemia, la traza del coronavirus sigue rutas habituales en municipios con tasas de incidencia por encima de la media provincial, entre ellos Fomento, Sancti Spíritus, Cabaiguán, Taguasco y La Sierpe; este último con una tendencia franca al incremento de la curva de confirmados en los próximos días.
La circulación en Sancti Spíritus de la variante ómicron, calificada por científicos como la de mayor propagación en la historia del planeta, tiene indiscutiblemente repercusión en estas estadísticas espirituanas; mas, la doctora Yurién Negrín Calvo, subdirectora de Epidemiología del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, es categórica: “En estos momentos lo determinante no es saber si circula la delta o la ómicron; sino no descuidar las acciones de control al enfrentamiento de esta pandemia”.
“La población deberá continuar cumpliendo las medidas diseñadas; por otro lado, los protocolos de actuación son los mismos, lo que deben cumplirse”, subrayó Negrín Calvo.
Sabedora de cuántos sustos y muertes nos ha costado el “no actuar a tiempo”, la especialista insiste en acudir de manera oportuna a las consultas de Infecciones Respiratorias Agudas, sobre todo las personas mayores de 60 años y que tienen alguna comorbilidad, las no vacunadas y los enfermos crónicos descompensados. “Todos estos pacientes llevan un criterio de ingreso”, aseguró.
Ya es camino trillado, pero vale el recordatorio: las vacunas por sí solas no pueden hacer todo el trabajo. Los altos niveles de inmunidad alcanzados por la población espirituana —hoy con el 98.7 por ciento de su universo con esquema completo y el 93.8 con la dosis de refuerzo— devienen una gran estocada a la covid, que, por fuerza mayor, ha causado menos impacto este año en relación con lo ocurrido en el 2020 y 2021.
En la cifra de los más de 65 500 espirituanos diagnosticados con el SARS-CoV-2 desde el inicio de la pandemia cabe toda la épica de un pueblo por salvarse de los mil demonios de esta enfermedad, que, ya se ha dicho, no desaparecerá del mapa.
Sujeto a ello, habrá que prescribir en los mandatos de la nueva normalidad la suspensión de la anarquía de conductas individuales y colectivas irresponsables; mal que también ha golpeado con fuerza volcánica en estos predios. Es cierto, eso no carga todas las culpas de la covid; pero buena parte de estas, sí.
Difícilmente el Yayabo supere la gravísima tesitura sanitaria que lo agobia.