Trinidad se encuentra lista para acoger el XX Seminario Iberoamericano de Arquitectura y Construcción de Tierra (Siacot) que mostrará las potencialidades de esta localidad en el empleo de materiales autóctonos y el arraigo de estas tradiciones entre sus pobladores.
Del 4 al 9 de abril próximos, la sureña urbe recibirá a estudiosos de la arquitectura vernácula de más de una decena de países, según comentó a Escambray Margot Durán Cueva, directora de Comunicación de la Oficina del Conservador de la Ciudad de Trinidad y el Valle de los Ingenios, organizadora del evento convocado el pasado año y aplazado a causa de la covid. “Cerca de 50 expertos extranjeros ya confirmaron su participación junto a profesores y estudiantes de varias provincias cubanas”, precisó.
El programa científico incluye conferencias, presentación de audiovisuales y talleres prácticos —el plato fuerte del encuentro—, los cuales sesionarán en el poblado de San Pedro, donde sobreviven expresiones genuinas como la ancestral técnica para la construcción de viviendas mediante una masa compacta de tierra, yerbas y madera, denominada embarro o embarrado.
Y será precisamente ese uno de los propósitos del Siacot: mostrar el modo de vida y las costumbres de comunidades asentadas en el Valle de los Ingenios con un potencial para el desarrollo de las economías locales, además de rescatar técnicas tradicionales que aporten soluciones a una problemática tan vital como la construcción de viviendas. Para Duznel Zerquera Amador, Conservador de Trinidad, ofrece otras oportunidades: “Estamos promocionando también la ciudad como destino para el turismo de eventos, una modalidad que genera ingresos y espacios para el intercambio profesional”, destacó el funcionario.
Entre tanto, en el teatro La Caridad transcurrirán las sesiones teóricas de este evento, en las que los expertos internacionales, de universidades cubanas y de la Red de Oficinas del Historiador y Conservador de Cuba, compartirán saberes y experiencias sobre técnicas alternativas para la construcción y remodelación de inmuebles. Entre los panelistas sobresale la doctora Alicia García Santana, prestigiosa investigadora del patrimonio de la tercera villa.
PREÁMBULO DEL SIACOT
De cara al XX Seminario Iberoamericano de Arquitectura y Construcción con Tierra se ultiman detalles organizativos y logísticos a fin de asegurar las conferencias, las sesiones prácticas y también las actividades colaterales que prevén recorridos de los participantes por sitios emblemáticos de la ciudad y el Valle de los Ingenios.
Por estos días la Escuela de Oficios de Restauración Fernando Aguado Rico vive un ajetreo peculiar; allí se elabora la mayoría de los elementos que se utilizarán en los talleres. Cerca de 70 estudiantes y sus profesores alistan más de 600 bloques de tierra comprimida, los adobes y el mampuesto asentado en tierra a cordel, labores que se trasladaron también a San Pedro, considerado el epicentro del seminario no solo por ser una de sus sedes principales, sino por los aires de renovación que vive esta comunidad del Valle de los Ingenios, donde se agradecen las soluciones constructivas dirigidas a revertir el deterioro del fondo habitacional a partir de la innovación sostenible, limpia y económica.
Marianela Herrera Valdés, directora del centro que especializa la fuerza encargada de las labores de conservación del patrimonio edificado de Trinidad, coincide en resaltar los aportes del evento en la formación práctica de los alumnos, quienes participan en el acondicionamiento de los espacios para el intercambio: “En estos momentos se concluye la cimentación de los patios que acogerán los talleres de adobe y cob, elegidos por las características del terreno y ubicados en las propias viviendas de los vecinos del poblado, exponente de la arquitectura popular de tierra.”
A las puertas del Siacot, crecen las expectativas de los más de 1 500 habitantes del asentamiento que sacude su letargo y bendice iniciativas como la del artista de la plástica Israel Rondón. Al creador trinitario no lo detuvieron ni los agujeros del camino ni el calor abrasador de marzo para llegar hasta la pequeña escuela Esteban Hernández Alfonso y enseñar a los niños a trabajar con pigmentos naturales obtenidos de la tierra. San Pedro se despabila.
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