Tanto como el regreso de los juegos nocturnos al estadio José Antonio Huelga, disfrutados con placer por la afición, la semana beisbolera para los Gallos se iluminó con otra nota, que impresiona tanto como las propias luces: el liderazgo de bateo en la Serie Nacional.
Nombre por nombre u hombre por hombre, como se dice en la pelota, Sancti Spíritus no cuenta con ese equipo de bateadores temibles. Tampoco tiene aquella batería donde lideraban jonroneros como Eriel Sánchez, Yulieski Gurriel, Reinier Yero, Yenier Bello, Liván Monteagudo… Y algunas bajas recientes también provocaron alarmas.
Por eso causa cierto asombro que, con 318 de promedio, los Gallos comanden los bates cuando la lid 61 llega este fin de semana a su primer tercio. Si el equipo aparece en zona de clasificación (quinto lugar, balance de 12-10, a cuatro del líder Matanzas) se lo debe, en mayor medida, a su ofensiva, amén de las dos joyas de pitcheo de esta semana a mano de Eduardo Santos y Yuen Socarraz-Yankiel Mauris, que dejó con una carrera en 18 innings a Santiago de Cuba.
¿BATEAR PARA BATEAR?
Bate en ristre, Escambray busca respuestas que expliquen esta sorpresa. Las primeras parecen aflorar en la preparación y ciertas concepciones, a juicio del mánager Eriel Sánchez: “No hay otro secreto que el trabajo diario y tratamos de que el mayor volumen de los batazos no sea en los circuitos de bateo, o sea, bola bombeada o estaciones, sino en el terreno con lances tirados con entrenadores o con pitcher. El pasado año lo hicimos, pero ahora es con más intensidad, eso ayuda a descansar más y que sea menos tedioso. No es lo mismo que usted le diga a un muchacho: Hazme 50 o 60 batintín y 60 de bola bombeada, a que le diga: Hazme 120 batazos en diferentes tandas en el terreno; el atleta se estimula más, ve para dónde salen las conexiones, tiene la visión de cómo le da a la bola, de cómo se siente y se ajusta, nadie dentro de una jaula o contra un parabán ajusta su forma”.
Este año los entrenamientos fueron beneficiados por una jaula de bateo, una máquina de lanzar y el protector profesional de la caja de bateo. Pero, como tales equipamientos resultan comunes a otros elencos, otros argumentos deben acompañar la tecnología: “Tuve la oportunidad de entrenar equipos Cuba con peloteros de cada provincia, no todos hacen las cosas igual, no estoy criticando, pero a veces no tienen condiciones, la posibilidad de pelotas, bates o entrenadores disponibles. Creo que el quid de todo esto es batear y batear. Tuve un director y gran pelotero, Lurdes Gurriel, que decía que para batear había que batear, tenemos un preparador que viene de esa época, con esa mecánica”.
Los espirituanos aparecen como terceros en hits, con 235 (47 dobles, tres triples, ocho jonrones) y una ofensiva bien repartida. Siete de los nueve más regulares superan los 300: Frederich Cepeda (373), Carlos Gómez (361), Daviel Gómez (359), Rodolexis Moreno (357), Alberto Rodríguez (314), Yunior Ibarra (306) y Dismani Ortiz (302), en tanto un octavo los roza: Yunier Mendoza (298).
Aunque el trabajo es colectivo, tal como reconoce Eriel, ha sido Héctor Huelga quien ha llevado las riendas: “El trabajo viene de años atrás y nos dio resultado en los seis años que estuvimos en el Sub-23 y la pasada campaña, trabajamos un volumen de swing muy alto, indicamos que las conexiones traten de pasar el infield, de pegarle bien a la bola, de hacer un scouting del contrario, les damos esa información para que vayan al home con una estrategia de bateo y no con la mente en blanco. Me gusta superarme, busco mucha información en Internet, veo videos de atletas que han bateado, al igual que hago con los de aquí, como Cepeda, Eriel, Mendoza; interactuamos mucho.
“La máquina te ayuda en la etapa del entrenamiento —explica mientras él mismo hace las veces de lanzador—, la ponemos a una velocidad media, alta, para hacer ajustes, esta tiene una gran fiabilidad y te da una fuerza de choque y una reacción que no la da el profesor y nos ayuda para los volúmenes altos”.
La teoría de batear para batear se entroniza en los propios jugadores. Mucho antes de iniciar la preparación algunos estaban enjaulados, entre ellos Daviel Gómez, quien recibía “clases prácticas”. Hoy es el segundo productor de carreras del elenco (19 anotadas y 10 impulsadas), detrás de Rodolexis Moreno (17 y 16): “Me preparé mucho mejor, sobre todo en la fuerza, ejercicios de pesa. Para batear hay que batear, así dice Cepeda, por eso mucho antes de empezar los entrenamientos comencé con él y Mendoza en la jaula, con ellos uno se va preparando mejor”.
Uno de los “profesores”, Yunier Mendoza, que con 41 años suena el madero, explica su clave: “No es secreto que no es lo mismo cuando uno tiene 40 años que 20, pero la preparación diaria es lo que da el resultado, me llevo mucho por los entrenadores, a veces hago un poquito más o menos, según entiendo que pueda hacer”.
BATEAR, PRODUCIR, MANTENERSE
No es secreto que un buen bateo se traduce en carreras. Con 118 anotadas, el promedio ronda cinco y algo por juego. Para hacerlo a falta de jonrones, se buscan variantes como los fly de sacrificios: 11 (terceros), robos: 11 (cuartos), toques: 12 (sextos) o se choca con la bola como dice el promedio. El hecho es que este es el equipo que menos se poncha, con solo 73. Pero pudieran ser más: de 428 corredores en posición anotadora, solo el 21 por ciento (91) es impulsado. “Estamos ganando, produciendo carreras —expone Eriel— con bateo y corrido, amago toque y bateo, tenemos a Mendoza y Frederich Cepeda en un buen momento, pero en situaciones no se ha dado ese hit, estoy seguro que cuando aparezcan esos batazos de ellos, produciremos más carreras”
“Nos está faltando el trabajo con los corredores en base, las bases llenas, corredor en tercera con menos de dos outs, si hubiésemos producido mejor tuviéramos más victorias”, asegura Huelga.
¿Hasta cuándo los bates calientes?, es la pregunta de muchos, incluidos los protagonistas. “Fue muy buena la preparación y se complementaron todos los volúmenes previstos en la etapa competitiva, es uno de los equipos que más entrenan —acota Daniel García, preparador físico—; para mantener eso trabajamos los tramos de la resistencia a la rapidez alternos con el gimnasio, eso nos dio frutos en la Sub-23. Hay que mantener los niveles de preparación, agarrar lo de la etapa especial e insertarlo en la competitiva, es difícil mantenerse, nunca hay una racha mala mala, ni buena buena, es posible que haya una merma en el bateo porque el ritmo es violento, lo que estamos es aprovechando el momento, ayudamos al pitcheo, a la defensa. Cuando llegue alguna merma, tenemos buenos cambios y esos jugadores del banco, que trabajan el doble de lo que están en el campo, asumirían responsabilidad para que los demás cojan un descanso”.
El capitán Frederich Cepeda disfruta a medias su más reciente marca. Con 414 dobles acaba de pasar al segundo lugar histórico de ese departamento (liderado por Michel Enríquez, 437); mas su casilla de impulsadas extraña: 4. “Es verdad que no han salido ni las impulsadas ni los extrabases, es algo que no me ha pasado usualmente, bien en average, pero en cuanto a producción para el equipo no he tenido el resultado de otros años, es bien difícil el béisbol, me mantuve entrenando todo este tiempo, me gusta mantenerme activo, hasta yo espero el primer jonrón, no es algo que me preocupe, y en cualquier momento tendrá que salir, porque la preparación está”.
Mientras se pueda, los Gallos deberán aprovechar esta racha de sus bates calientes. Lo necesitarán en su larga travesía, que los llevará a Isla de la Juventud el fin de semana y al Latinoamericano, martes, miércoles y jueves.
Felicidades para los gallos y para Elsa ramos
Aš tiene un equipo muy Bueno espero lo mejor de hellos