“Soy transformista y moriré fiel a mi orientación sexual”

Nació varón y su nombre verdadero es Luis, pero prefieren que le llamen Luisa porque se siente mujer y como tal se ha comportado en la sociedad desde que era adolescente, hace ya más de 40 años atrás.

Es homosexual y por ello el padre lo expulsó de la casa, vendió su ropa y le despojó, no solo de todo cuanto poseía, sino también de la autoestima, la confianza en sí mismo y un techo donde pernoctar.

A pesar de los golpes, Luis rehízo su vida y hoy vive esperanzado con las múltiples posibilidades que ofrece el nuevo Código de las Familias, donde se reconocen, aceptan y respetan los derechos de las personas con diversas orientaciones sexuales.

Emocionado confiesa a Escambray que, de aprobarse el texto, le diríamos al mundo “que nuestra sociedad ha evolucionado hacia la inclusión, el respeto y la igualdad entre las personas; le diríamos al mundo que Cuba es vida”.