Una premisa válida para cualquier cultivo se planta delante de las vegas: reducir el área de siembra de tabaco e incrementar el rendimiento ante la necesidad de respaldar con mayor eficiencia los altos costos de producción; estrategia que desde la contratación representa un reto como quiera que los indicadores trazados no se logran, como promedio, en las áreas tabacaleras de la provincia, segunda mayor productora de la hoja en el país.
Isidro Hernández Toledo, director agrícola de la Empresa Acopio y Beneficio de Tabaco Sancti Spíritus, declaró a la prensa que la siembra de la campaña 2022-2023 quedó fijada en 1 470 hectáreas, de ellas 270 de tabaco tapado, por lo que en comparación con la contienda anterior disminuye en 742 hectáreas, situación dada por los bajos rendimientos agrícolas en las áreas de 300 productores que quedaron por debajo de una tonelada por hectárea en las ultimas tres contiendas.
“La disminución de la siembra obedece a que el Grupo Tabacuba ha definido alcanzar en esta campaña por iniciar 1.35 toneladas por hectárea en la variedad sol en palo y 1.40 en el tabaco tapado para buscar eficiencia en los recursos que se entregan a fin de lograr rentabilidad ante los costos de producción que se han ido incrementando”, precisó Hernández Toledo.
“A partir de esa condición —refirió— se escogieron los productores que logran más de una tonelada por hectárea, además, tienen las condiciones del regadío, fuentes de abasto de agua, casas de cura y posibilidades para llegar al rendimiento que se pide y que no obtenemos todavía como promedio, porque estamos en 1.1.
Desde este basamento agrícola la contienda agrupa a 950 productores, un proceso que está en plena fase de recontratación del área; en tanto, el directivo señaló que también se visitaron los 300 productores que no participarán en la cosecha, “se les explicó a cada uno la causa, a la vez que se les darán oportunidades de sembrar otros cultivos en la campaña de frío”, detalló.
Para la cosecha se estima una producción de 1 998 toneladas de tabaco y será necesario desplegar un mayor trabajo técnico con los productores. “No todo depende del recurso, existen indisciplinas tecnológicas en el cultivo que tenemos que resolverlas, hay que trabajar más en el sellaje de los campos, la siembra a doble hilera y lograr que todos los productores cojan capadura después del corte principal”, manifestó Hernández Toledo.
Como antesala de la cosecha comenzó el trabajo en los semilleros tradicionales en 75 hectáreas y de las posturas en túneles de cepellón para el tabaco tapado; en tanto se programa iniciar la siembra el 20 de octubre. Con respecto a la campaña 2021-2022 al cierre de agosto la provincia tenía acopiadas 1 754 toneladas, el 80 por ciento de lo planificado, recolección que está prevista concluir en la primera decena de septiembre, según Hernández Toledo.
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