Expertos en medio ambiente de la provincia elogiaron las acciones impulsadas en la Empresa Agroindustrial de Granos (EAIG) Sur del Jíbaro, una de las principales plazas arroceras de Cuba, dirigidas a atenuar la salinización de parte de sus áreas e incluidas dentro de la Tarea Vida, el Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático.
El subdelegado de Medio Ambiente en la Delegación Territorial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), Néstor Álvarez Cruz, ponderó la experiencia de la entidad sierpense de combinar el agua subterránea —extraída mediante un sistema de pozos— con la aportada por la presa Zaza a través del Canal Magistral.
Álvarez Cruz detalló que el líquido de los acuíferos salinizados no resulta utilizable en esas condiciones en el cultivo del cereal, por lo que se mezcla con el del mayor embalse espirituano.
Al extraer el agua salinizada, se evita que, por capilaridad, esta suba a la superficie y acentúe la problemática, añadió el funcionario del Citma en la provincia.
En opinión de Néstor Álvarez, esta variante ha contribuido a reducir la intrusión salina en áreas de la empresa, causada, básicamente, por las afectaciones en los manglares, especie de línea que detiene, de cierta manera, dicho problema medioambiental.
Por su parte, el especialista de Riego y Drenaje en la EAIG, Raúl Hernández Negrín, manifestó que, con respecto al volumen total de la combinación de ambas aguas, el líquido sacado del manto freático representa aproximadamente entre el 5 y el 10 por ciento; cifra que varía en correspondencia con el grado de salinidad detectado mediante un estudio previo a la mezcla.
Hernández Negrín expuso que en la actualidad se benefician con esta alternativa las Unidades Básicas de Producción Cooperativa Las Nuevas y El Cedro, así como las Cooperativas de Créditos y Servicios Camilo Cienfuegos y Humberto Carmenate, gracias a la explotación de los pozos con bombas eléctricas, actividad reducida de forma significativa por los bajos niveles de siembra en la EAIG debido a las consabidas restricciones con el diésel, fertilizantes y otros recursos.
En los dos años más recientes, el nivel de agua subterránea empleada no rebasó los 10 millones de metros cúbicos anuales, de los 40 millones pronosticados en ese período, motivado por la depresión productiva de Sur del Jíbaro.
Aun así y en dependencia de la disponibilidad de insumos y otros medios, en el último lustro la empresa sierpense ha priorizado las acciones para la implementación de la Tarea Vida y, en particular, contra la salinización del suelo, las cuales han comprendido, además, la introducción de nuevas variedades de arroz; la aplicación de tecnologías de avanzada para la nivelación de las áreas, con el objetivo de aumentar la eficiencia de los sistemas de riego superficial, y el mantenimiento de canales y obras de fábrica con miras a un mejor manejo del agua.
En el 2019, fuentes del Citma en Sancti Spíritus, citadas por Escambray, daban cuenta que en La Sierpe se diagnosticaron 5 760 hectáreas con fuerte salinidad, además de otras casi 3 200 donde se cultiva arroz con evidencias de este fenómeno medioambiental.
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