A las lomas y carreteras del oriente cubano, llegó el espirituano Juan Manuel Cabrera Mojica con su bicicleta, una estrategia “silenciosa” y una fuerza interna más allá de sus piernas.
Con esas divisas, más su calidad probada como ciclista con apenas 22 años, ganó la Vuelta a Cuba en la zona oriental, modalidad reestrenada en un nuevo formato para retomar los giros ciclísticos, tras dos años de pedales inactivos por la pandemia: “Me propuse no llamar tanto la atención para que no me enfocaran tanto; en la primera etapa pude haber obtenido el primer lugar, pero lo que no quise tener liderazgo desde tan temprano en la Vuelta y esperé la tercera etapa, ya que faltaban después dos etapas planas que eran más fáciles para poder terminar de líder”.
Y terminó a la cabeza de la caravana cuando habían transcurrido 591.7 kilómetros repartidos en cinco etapas, en un trayecto en que no permitió que su camiseta se pusiera en riesgo, al no dejar que sus más cercanos perseguidores le quitaran segundos a su ventaja. Así acumuló 13 horas, 8 minutos y 58 segundos para liderar la complicada ruta entre montañas y carreteras.
No llegó, asegura, con todas las pilas cargadas. En estos tiempos de inactividad, el yaguajayense aprovechó para mantenerse sobre pedales, casi a media máquina: “Me preparé en la Autopista con los muchachos juveniles y los sociales y en la carretera de Yaguajay, en la loma de El Yigre, eso me ayudó, pero en realidad no llegué al ciento por ciento a la carrera, solo a un 50”.
Menos mal. Mas el resto de la preparación la llevaba por dentro, quizás sin que él mismo se diera cuenta. Meses atrás casi le dice adiós al ciclismo cuando, al no poder asistir a los Primeros Juegos Panamericanos Yunior de Cali, pese a obtener un cupo en el clasificatorio gracias a su tercer lugar, pidió la baja de la preselección nacional, una decisión que reconsideró, para bien. Por eso aplaude la oportunidad que se le abrió en esta, su primera prueba, luego del regreso.
“Después de tanto tiempo sin haber un evento de este tipo, es algo grande que se haya dado para mí y todos los ciclistas, es una motivación muy grande”.
Cabrera no llegó de sopetón a los giros cubanos. El muchacho ya viene inscribiendo su nombre en las Vueltas a Cuba desde que formó parte del elenco espirituano, ganador de las tres últimas versiones del clásico cubano.
Ahora compitió por el Centro Técnico de Cienfuegos, al que entrará en breve. Con las energías de su título se prepara para representar a Sancti Spíritus cuando la Vuelta cumpla su segunda fase en la zona central del país a inicios de abril, cuando traspase las provincias de Camagüey, Ciego de Ávila, Sancti Spíritus, Villa Clara y Cienfuegos. Y como entonces no podrá pedalear tan silencioso y tendrá los reflectores encima, el muchacho toma precauciones.
“Continúo preparándome, incluido el ascenso a Topes de Collantes, y sí, pienso llegar al cien con la aspiración de ganar de nuevo”.
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