Parece que a Don Pío se le acorta el tiempo de retozo en el potrero, que el descontrol tiene lo días contados, que por fin la ganadería tomará un camino coherente con el rescate y desarrollo para transformar la actividad más estancada de todo el sistema de la Agricultura. Hablamos de un escenario que desde la crisis de los años 90 perdió los estribos, ha vivido al borde de la subsistencia a pesar de que se le arrimaron incentivos diversos, hasta la reciente autorización del sacrificio, consumo y venta de la carne.
Por estos días se presenta al Parlamento cubano para su aprobación el proyecto de la Ley de Fomento y Desarrollo de la Ganadería, tal vez lo único que falta por implementar en la rama, porque podrán achacárseles culpas a las carencias de recursos, pero en esta asignatura la nación no es analfabeta, al punto que detrás del desarrollo ganadero que exhiben varios países de la región está el asesoramiento cubano, mientras la isla lleva más de tres décadas de escasa producción y el reparto de la leche y la carne, atado a un balance de distribución para un reducido segmento poblacional.
Ni pensar que una ley por sí sola hará parir las vacas o engordará el torete; mas no se puede desconocer la utilidad de una norma legal necesaria para poner cercas en el potrero en el orden jurídico, de responsabilidades, derechos y obligaciones.
Tampoco la actividad puede seguir por el rumbo de la improvisación y la espontaneidad, ni bajo la lupa de estériles reuniones, informes y llamados, cuando sus resultados dependen también de recursos, de cómo se encauza la gestión y se logra coherencia en medio de una agricultura especializada con una base productiva diversificada, concentrando el mayor porcentaje del rebaño en manos de tenedores muy dispersos, fuera del alcance del Grupo Ganadero.
El todavía proyecto de ley nace del ámbito de la implementación del cronograma legislativo aprobado por la Asamblea Nacional del Poder Popular y agrupa un cuerpo legal enfilado a favorecer la transformación de un sector en agudo deterioro productivo y urgido de revertir su impacto en la economía y la alimentación popular.
El hecho de que días atrás la Comisión Agroalimentaria del Parlamento haya sometido la norma a consulta con avezados ganaderos espirituanos no fue casual, más bien reconoce el arraigo de la rama en el territorio. Puntuales y valiosas modificaciones se le sugirieron al proyecto de ley, acogido favorablemente por productores, especialistas y directivos de la rama.
Del fértil intercambio emanó que apura aterrizar la lógica en la ganadería, porque hace rato la pirámide se invirtió; por ejemplo, en Sancti Spíritus el grueso del rebaño lo tiene el sector cooperativo y campesino integrado a empresas agropecuarias atendidas por el Grupo Agrícola del Ministerio de la Agricultura.
Ramón Balmaseda, un experto en la materia, dio luz al proyecto de ley. “En el radio de acción de la mayoría de los tenentes están las empresas agrícolas, que no tienen estructurada la organización y el funcionamiento de la parte técnica y de servicios ganaderos; entonces, el llamado Grupo Ganadero atiende tres empresas pecuarias en la provincia, dueñas de un reducido segmento de la masa vacuna; pero ese grupo no le pone nada de recursos a una empresa del Grupo Agrícola, y esta empresa tampoco le pone nada al campesino, que es en definitiva el que está produciendo el grueso de la leche y la carne; la ganadería es una sola”, recalcó.
No es que tenga que dictarse una ley para atajar incongruencias de este tipo, pero la norma sí se vuelve un instrumento legal atemperado al escenario actual que desde el postulado enrumba al ordenamiento, a servir de basamento para incentivar a los productores, los procesos de crianza, la reproducción, la genética, el control pecuario y la comercialización.
Claro que para sacar la actividad y sus producciones del fondo del potrero hace falta más que una ley; se requieren recursos, fuerza calificada, extensionismo del conocimiento y las buenas prácticas; rescatar la genética y muy en particular la inseminación artificial como se subrayó en la consulta del proyecto de ley en Sancti Spíritus, “porque sin reproducción no hay vaca, ni leche, ni carne”.
Será importante que el productor entienda que es el principal responsable del animal, que lo cuide y lo quiera. Los cubanos esperamos que ahora con una ley, que en este ámbito lo recoge todo, en la ganadería la vida no puede seguir igual, aplaudiendo planes y resultados que apenas benefician a un reducido número de habitantes, reciclando años tras año estadísticas que estremecen la sociedad, como esas que trascendieron durante la consulta de la norma en el territorio: “A nivel de país nos matan ilegalmente 40 000 reses, pero se nos mueren 200 000”.
La Ley de Ganadería llega en la era del sacrificio legal de la res, pero en medio de un rebrote del hurto y la matanza ilícita, donde al parecer no hay soga para amarrar el delito y se revela otra pirámide invertida: las vacas trancadas en los corrales y los bandoleros sueltos en los potreros, de manera que el animal se pasa buena parte del día encerrado para que no se lo roben, en tanto los entendidos suscriben que, dado el origen biológico de la especie, la vaca debe dormir y permanecer más tiempo en el potrero.
Se dispondrá de una norma legal llamada a ir más allá del propósito alimentario e impactar en el desarrollo económico del país; por eso todo lo que se haga en el terreno agropecuario debe tributar a la transformación del campo, golpeado por la migración, la escasez de brazos, la merma productiva, el debilitamiento de los servicios y la falta de atención a las comunidades rurales. Desde el perfil de la ley, toca conducir también un modelo de gestión que haga el campo atractivo, sobre todo para los jóvenes.
Para aquilatar la trascendencia que adquieren esta u otra norma relativas al sector agropecuario hay que abrir los ojos ante el escenario laboral que expuso la Comisión Agroalimentaria del Parlamento en el intercambio con los ganaderos espirituanos; tal vez uno de los fenómenos más serios de cuantos enfrenta el país.
De la población económicamente activa, el 80 por ciento de la fuerza de trabajo en Cuba está en actividades indirectas, por lo cual no genera bienes, sino consume; el 47 por ciento en el sector presupuestado, el 53 por ciento en el sector empresarial, pero de ese nivel de empleo el 30 por ciento está en cargos indirectos. Dicho en lenguaje criollo: al 20 por ciento de las manos le toca generar bienes y alimentos para el 80 por ciento de los habitantes.
El mismo escenario en el que tendrá que interactuar pronto la Ley de Ganadería, que no puede verse como una varita mágica que de hoy para mañana pondrá leche y carne en la mesa familiar, porque el retroceso de años no lo resuelve una norma legal; tal recuperación depende también de financiamiento, respaldo material, el modelo de gestión e incentivos atemperados al contexto actual, en aras de aprovechar todas las potencialidades productivas de una actividad que parece dibujada para la isla: lleva tierra y la alimentación del rebaño no compite con la comida humana.
De momento, está en manos del Parlamento aprobar la norma que debe guiar el rescate de la depauperada actividad. Si hace una Ley de la Ganadería es para que tenga un impacto y en no mucho tiempo empiece a expresarse el cambio tan esperado por la población. Como se diría en el argot guajiro: ahora se está pintando el pájaro, después falta hacerle el pico y que coma.
Les felicito por la transparencia al publicar los comentarios, deseando que perdure, solo así lograremos una prensa creíble y que a la gente les motive, además de poder interactuar efectivamente con ustedes y alabo la iniciativa de la encuesta que considero innovadora y positiva, pues así conocemos las experiencias reales de la población que casi siempre dista mucho de lo que generalmente nos cuentan nuestros medios de comunicación masiva.
En relacion al articulo estoy de acuerdo con el planteamiento de la mayoría sobre que una ley no resolverá el problema de la ganadería ni de la agricultura y que tenemos que hurgar en nuestro pasado para encontrar la solución al problemón que hemos creado con nuestra ineficiencia manifiesta en todos los renglones de la economía durante tantos años, pienso que mas que leyes nuevas es mejor revisar, depurar y eliminar las leyes y regulaciones impuestas durante años que son las responsables de la debacle que hoy vivimos y si bien es cierto que el bloqueo nos agobia, nuestro bloqueo mental nos hunde y ha hecho tanto o mas daño que el de los vecinos del norte.
Este 2024 viene durísimo tal vez nos sirva para agilizar las soluciones que con urgencia necesita el pueblo cubano. Nos vemos en próximos comentarios.
El problema reside en que las verdades cientificas que se originan, por lo general, en paises ricos o potencias, no tienen trabajos de campo en paises pobres o del llamado tercer mundo y pasan como tales, pero realmente no se cumplen universalmente, asi, segun comentarios que he leido de los duenos de granja rusos en la prensa de ese pais, al principio del desmerengue de la URSS se trajeron a Rusia expertos norteamericanos para ensenar como producir en la agricultura, luego mandaron granjeros rusos a Estados Unidos a entrenarse y se abandonaron planes agriuolas inmensos que hoy para recobrarlos, SEGUN LEI DOCTORES EN CIENCIAS RUSOS ENTREVISTADOS AL RESPECTO, se requieren no menos de diez anos entre preparacion de tierras y bancos de semilla no importada (ahora Rusia depende de semillas importadas de Occidente). Con los metodos que funcionan en Estados Unidos ellos no han obtenido resultados porque nunca fueron ensayados en Rusia, parten de leyes que se cumplen en Estados Unidos donde funcionan pero no en Rusia. De ahi que yo les propongo analizar que funcionaba en 1958-59 en CUBA para que hubiera una vaca por habitante, una vaca robusta y que daba carne de la mejor y leche de alta calidad abundante. No hacen falta planes importados sino beber en las fuentes de la Historia Economica Nacional.
Yo espero que la Nueva Ley de Ganaderia se base en un estudio profundo de los anos cincuenta del siglo pasado cuando habia una vaca gorda, no como esas desnutridas que aparecen en la foto del reportaaje, por habitante. Las recuerdo que poblaban bien gordas los lomerios que rodeaban Santiago de Cuba, hoy deserticos. Los lecheros a domicilio botaban por la cuneta de la calle rios de leche que no se habian podido vender y que por ley no se podian almacenar, ni procesar. Asi era de abundante la leche en Cuba. Eso se destruyo cuando importaron el modelo de koljos sovietico que no funcionaba ni funciona hoy ni siquiera en el pais del invento: Rusia que aun hoy importa alimentos por el atraso agricola heredado de la Union Sovietica. Leo la prensa de Moscu y otras regiones donde se explayan los periodistas rusos sobre el problema agricola alli actualmente. Ni la papa alli se cosecha en abundancia.
No se rompan más la cabeza,el problema está en el tipo de propiedad.El gran monopolio estal cargado de ineficiencias.
Estimado amigo, hay una categoría de Ley que se refiere a las leyes naturales y otras de la Sociedad y el Pensamiento que se manifiestan independientemente del Hombre, es decir, de su acción, pero, hay otras que son creadas por el Hombre mismo y que dependen directamente de su acción y no de que existan como formulación normativa. Este es el caso de la Ganadería cubana, de la Alimentación, etc.
La Normativa no produce ni tiende un manto divino sobre el ganado para que los delincuentes sacrifiquen de forma ilícita más de trescientas por mes hasta octubre en cada una de las vecinas provincias de Ciego, Santi Espíritus y Villa Clara.
Hemos visto desde hace más de cuarenta años una disminución de la masa ganadera desde las gradas, sin hacer algo y ahora no podemos pretender, yo no lo creo, que una Ley que se apruebe en la ANPP vaya a resolver esta trágica situación. Si esto fuera así con la aprobación de la Ley de la Soberanía alimentaria ya tuviéramos al menos un boniato, un boniatico pequeño y despreciado, obligado a permanecer como integrante de la dieta del impuro puerco y ahora elevado la categoría de las Viandas perdidas, que es una condición de más jerarquía que la de MUY COSTOSA.
La Ley tiene sentido cuando se cumple o cuando hay las condiciones para que se cumpla, pero súmole a esto que en nuestro país una de las prácticas más extendidas es la de que Nada se cumple o se engaveta o pasa a engrosar las filas de la tonga de medidas irrealizadas.
¿Tiene sentido aprobar leyes como la de Soberanía alimentaria cuando una libra de puerco (lomo) cuesta 500 cup y una de frijoles 170 y un file de 30 huevos 3000 cup en la Habana y 1200 en Santa Clara?
Respecto al ganado lo que debía discutir la ANPP no es una Ley sino cómo se va a resolver la matanza indiscriminada de vacas que se incremente a diario.
Es una práctica casi Globalizada en Cuba la de sustituir la ACCIÖN por la DISCUSIÓN y una tendencia también universalizada en Cuba de emplear los lenguajes futuristas y politiqueros y las previsiones sin argumentos creíbles.
Mi amigo, la única forma de que la Ley ayude es haciéndola cumplir que es lo que siempre nos falta. No suena bonito pero si usted lee los diarios digitales cubanos encontrará miles de malos ejemplos.
A ver…en serio? Si mal no recuerdo. Cuba podía presumir en el pasado de tener una ganadería excelente. Vacas bien alimentadas y tenedores de ganados contentos. Podían vender su leche, consumir a placer la carne y venderla…en fin…lo normal. Pero resulta que un día, se dispuso que eso no estaba correcto. Resultado? La ganadería en Cuba casi se extinguió. Ahora va a ser que una Ley la va a revivir??? Eso como chiste «malo» va y cuela….pero solo como chiste. No publiquen tantas simplezas para ustedes mismos.
Estimado Jose, lo único que le falto a la Ganadería cubana es haberle puesto a su desarrollo el nombre de ¨Tarea André Voisin¨ igual que a la destrucción e la Industria azucarera que le llamamos Alvaro reinoso
José estoy muy de acuerdo con ud es verdad que con una ley no se resuelve el problema tan grande de la ganadería donde el decrecimiento de la masa cada día es mayor.El problema esta en la separación de la parte agrícola de la industria generadora de ganancias que no comparte con el sector productivo que solo es dueño del cuidado de los animales porque los animales pertenecen al estado que los controlá y decide su destino y la producción a través de contratos se decide el destino del 80 por ciento y la mano de obra cada día es más escasa y mas cara