Las personas que mejor me conocen, saben que no soy muy dado a los elogios, razón por la que en determinados momentos he recibido merecidas críticas. Pero llega un día en que uno no puede continuar siendo ciego, sordo y mudo ante determinadas evidencias.
En la noche del 29 de noviembre, el teatro Principal de nuestra añeja villa, abrió sus puertas para recibir a los artistas aficionados de la Universidad de Sancti Spíritus José Martí Pérez, en la Gala de Premiaciones del Festival de la FEU 2022.
Fue una noche mágica. La sala del teatro estaba abarrotada por estudiantes y profesores, en un ambiente único que demuestra la cultura que ha ido alcanzando nuestra comunidad universitaria.
Las obras presentadas son reflejo fiel de la madurez que van alcanzando nuestros artistas aficionados, que dedican sus horas de asueto para montar, ensayar y perfeccionar canciones, presentaciones teatrales, danzarías, y de Artes visuales y la literatura.
Exquisita la puesta en escena de la versión de la Cucarachita Martina, con los textos de los actores escritos en décimas. Qué decir de la Dolores Santa Cruz y su “Po, po, po”, que nos trasladó hasta pleno siglo XIX; de la Canción del Bongó, de Nicolás Guillen, que tanto nos recordó a Luis Carbonell, el Acuarelista de la Poesía Antillana, en una versión más moderna y juvenil.
Qué difícil describir, en un papel, la actuación de los “Hijos de la Noche” y sus Sombras Chinescas, o el embrujo y encanto de las voces que nos hicieron soñar, con icónicas canciones como “La llorona”, “La Chica de Ipanema” y obras de nuestra cultura nacional.
En estos tiempos tan complejos, los pueblos deberían intensificar acciones dirigidas a fortalecer y desarrollar la identidad y la cultura que los distingue y les permite afirmarse como tales, porque en este siglo XXI, aparentemente más libre, hay centros de poder hegemónico que, dueños de una esplendente y fascinante tecnología, pretenden imponer sus patrones culturales, respaldados por los mitos de la posmodernidad, para absorbernos, desaparecernos o someternos a un nuevo y sofisticado proceso de colonización cultural.
Por ello es tan importante estimular, reconocer, apoyar y distinguir a los estudiantes del Movimiento de Artistas Aficionados de la FEU, que hacen realidad los sueños de Fidel, para quien “la cultura es espada y escudo de la nación”.
Debemos convertir lo extraordinario y maravilloso que hacen nuestros estudiantes, en algo cotidiano porque también contribuye enormemente a su formación integral. Sin cultura, como sin educación, no puede haber Revolución posible.
(Tomado del perfil en Facebook de Chachi Jorge Rodríguez Fernández)
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.