¿Vestirse o comer?: la disyuntiva de los cubanos
¿De dónde sale la ropa que nos ponemos hoy la mayoría de los espirituanos? ¿Qué opciones encontramos en las tiendas si ahora mismo salimos de compras?
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Comer, siempre comer primero.
La vida a cada paso está llena de ambigüedades, es cierto, lo cual no significa que nos resignemos a que la esencia de nuestras vidas sea comer o no comer, dónde quedan tantas otras necesidades? A eso me refería.
Ya esas dos necesidades básicas. Han quedado desbordadas como prioridad de vida. POR DORMIR CON ELECTRICIDAD.
El título de este artículo es muy ambiguo, pues a qué se le llama vestirse? Y sobre todo, a qué se le llama comer? Y el costo de la vida espiritual, de la comunicación, la recreación y demás, No se tienen en cuenta?
Bueno, vestirse es, según mi diccionario de la vida, cubrirse la desnudez con algún trapo, sea más o menos fino. Comer, por su parte, es la acción de echarse algo a la boca con el propósito de digerirlo. Comerse un pan de harina de boniato no necesariamente es nutrirse pero al menos es comer. El costo de la vida espiritual está muy lacerado, es cierto, pero queda al menos para mí en un tercer lugar en el ranking de comer para no caerme desmayado en la calle, y tirarme algo por arriba para si me voy a caer desmayado de hambre, que al menos no sea desnudo. Debe ser eso a lo que se refiere el título. Ambigüedades peores he leído últimamente yo. Supongo que usted también.