La alerta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzaba a finales de mayo de evaluar la viruela del mono como una posible emergencia de salud pública de importancia para el planeta, ahora sucede, como dirían los cubanos, un cambio de fase y, sin terminar el mes de julio empezaron a sonar las alarmas al reconocerse finalmente el brote de viruela símica como una emergencia sanitaria, algo así como la antesala de la pandemia.
Aún con la covid activa en muchas regiones del planeta, la OMS reitera que se trata de una emergencia, la alerta máxima que la organización puede activar para que los países pongan en marcha los protocolos necesarios para tratar de contener un brote viral y evitar que se convierta en pandemia.
Según los datos aportados por la OMS hasta finales de julio sumaban más de 16 000 los casos reportados en 75 países. El director general de la organización, doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, declaró en reciente conferencia de prensa virtual refiriéndose la viruela del mono: “Tenemos un brote que se ha extendido por todo el mundo rápidamente, a través de nuevos modos de transmisión, sobre los que entendemos muy poco, y que cumple los criterios del Reglamento Sanitario Internacional”.
A pesar de su rápida propagación, la figura principal de la OMS precisó que el riesgo a nivel planetario sigue siendo moderado, excepto en la región europea, donde el riesgo sí es alto.
El propio galeno reconoció que aunque el brote ha sido declarado como emergencia de salud pública de importancia internacional es posible detener su propagación empleando las estrategias acertadas con los grupos donde sobre todo se focaliza.
En tal contexto, Cuba sigue sin reportar casos de viruela del mono, no obstante, las máximas autoridades de la Salud Pública han señalado que el sistema de salud mantiene la vigilancia y un grupo de acciones para su enfrentamiento.
Expertos de la Salud confirman que se trata de una enfermedad viral zoonótica endémica de algunos países africanos y su transmisión ocurre de una persona a otra por el contacto con lesiones, fluidos corporales, gotas respiratorias, así como por materiales contaminados como ropa de cama o toallas. Su período de incubación se estima entre los 6 y 13 días, aunque puede abarcar entre los 5 y 21 días.
La propagación que ahora tiene lugar de este virus es la primera vez que ocurre con en tantos países de forma simultánea y sin que en la mayoría de los casos exista una conexión aparente con el continente africano.
Fuentes sanitarias detallan que el virus que provoca la viruela del mono fue identificado en 1958, no se trata de una amenaza desconocida como lo fue en un inicio el SARS-CoV-2 y su tasa de letalidad no es elevada.
Aun cuando el mundo permanece atento y en acción, el director general de la OMS subrayó: “Con las herramientas que tenemos ahora, podemos detener la transmisión y controlar este brote”.
(Con información de Cuba Sí)
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