La senadora Isabel Allende, hija de Salvador Allende, agradeció este lunes a Cuba y México, como parte de los países que acogieron de manera solidaria a miles de chilenos perseguidos por el régimen de Augusto Pinochet.
Durante la ceremonia por la democracia y la memoria de las víctimas de la dictadura (1973-1990), realizada en el Palacio de la Moneda, recordó que una gran cantidad de familias encontraron en estos y otros pueblos un verdadero asilo contra la opresión y pudieron rehacer sus vidas.
“Junto con miles de exiliados reafirmamos nuestra gratitud de por vida” dijo, y destacó cómo la figura e ideas de su padre están presentes en numerosos lugares del mundo.
Son incontables, expresó la senadora, las plazas, calles, parques, escuelas, hospitales y otros espacios colectivos que llevan el nombre de Salvador Allende.
“Quiero recordar y rendir homenaje a quienes de distintas formas decidieron no mantenerse indiferentes y actuar. En Chile y en el mundo se formó una cadena humana de solidaridad hacia quienes sufrían el atropello de sus derechos”, expresó.
En ocasión de los 50 años del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, donde perdió la vida su padre, Isabel Allende se refirió a la existencia de algunos sectores que buscan culparlo por la ruptura de la democracia. Son precisamente los mismos, afirmó, que guardaron silencio cómplice ante las atrocidades ocurridas durante 17 años en este país.
Destacó que el Gobierno de la Unidad Popular trabajó por hacer cambios profundos en una nación donde 60 de cada 100 familias apenas recibían 17 por ciento de los ingresos, mientras 2,0 por ciento controlaba casi la mitad de las riquezas.
La mortalidad infantil superaba los 200 fallecidos antes de cumplir un año, de cada mil nacidos vivos, y la pobreza era brutal.
Entre 1970 y septiembre de 1973 hubo una mejor redistribución de la renta, afirmó, crecieron significativamente el salario mínimo y las pensiones, las principales riquezas naturales de Chile fueron nacionalizadas y profundizada la reforma agraria.
Mi padre recorrió todo Chile, desde la cordillera hasta los valles y el mar, del desierto a los hielos patagónicos, escuchó a miles de personas, instó a la construcción de movimientos sociales y logró unir a las fuerzas progresistas, aseveró la también escritora.
Agregó que él estaba seguro de que el bienestar de todos fortalecería a Chile y daría dignidad a las personas y la democracia.
Sin embargo, dijo Isabel Allende, pareciera que deliberadamente hay quienes buscan esconder esos inmensos logros.
Para concluir sus palabras citó los versos escritos por Mario Benedetti en honor al presidente chileno: para vencer al hombre de la paz, tuvieron que congregar todos los odios y, además, los aviones y los tanques.
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