Como en el famoso minicuento de Augusto Monterroso, cuando la Serie del Caribe no había cerrado su fase clasificatoria, ya los Agricultores de Cuba habían firmado su sentencia de muerte.
Después, la confirmación de su entierro en el último lugar entre ocho elencos con balance de 1-6 selló el peor desastre de un elenco cubano en estas lides, contados lo hecho por Azucareros de Villa Clara (2014) y Tigres de Ciego de Ávila (2016), que lograron apenas un éxito, aunque con menor cantidad de equipos que en esta versión 65.
Ya ni siquiera es noticia, no solo porque nos acostumbramos a perder extrafronteras hace rato. Esta es la cara de la derrota, más que de un equipo, del béisbol cubano, porque podremos buscarle todas las razones, pero este desempeño es una calcomanía de lo que viven nuestros torneos domésticos.
Los ahijados de Carlos Martí se desinflaron. Tras ganar un buen partido inicial ante los Wildcats de Curazao, la derrota se plantó, no importa si por la paliza sin precedentes de 20-3 vs. Venezuela, o si por el margen de una-dos carreras con que perdió el resto de los juegos, hasta cerrar con el peor de los rostros con un 4-10 ante Federales de Chiriquí, de Panamá. O sea, que, pese a pelear en la mayoría de los partidos, les faltó garra y capacidad suficiente para fabricar una carrera cuando fue necesaria o dar un cero para preservar ventajas, como ante los Indios de Mayagüez, de Puerto Rico. A eso, el mánager argumentó: “No hemos podido resolver el problema en situaciones complicadas”.
Pudo ser por la reacia actitud a los cambios en la alineación, con un Rafael Viñales hundido en un slump, un Raico Santos improductivo, un Denis Laza fuera de forma o por el reiterado desespero en el home para escoger el mejor lanzamiento y poncharse más de 30 veces o que el pitcheo mexicano dominara a 22 hombres seguidos.
También por la deficiente defensa, el mal corrido de bases, incluido el conservadurismo de detener a Viñales tras un fly a los jardines, dos outs en la pizarra vs. Vaqueros de Montería, de Colombia, y con el posible empate en tercera a la espera de un hit en una batería que había lucido inoportuna. También por la improductividad de un bateo endeble, no por su pobre promedio, sino por la escasez de conexiones de largo metraje (solo un cuadrangular y cinco dobles). Con esa manquedad se extrañaron otras variantes, como adelantar una base y aprovechar los batazos que existieron porque 58 hits (más de ocho por partido) parecen dar más que tres carreras por juego.
Pudo ser por malos manejos del box, inefectividad de los abridores, que echaron de menos a otros dos brazos de refuerzo, sobre todo porque se conocía el rigor de un evento que se jugó siete días seguidos, con un staff sin los lanzadores suficientes, ni con la fortaleza de los que fueron, como tampoco descollaron los relevistas.
No puede aspirarse a más cuando solo Yosvany y Yordany Alarcón, Andrés de La Cruz, Guillermo Avilés y Yunieski Larduet hicieron la excepción ofensiva, y no siempre; o César García y Andy Vargas, sacaron la cara en el pitcheo.
Pudo ser por esos “poquitos” y más. A pesar de no asistir la crema y nata de los países en competencia y de que esta serie no es la cumbre del área, Agricultores enfrentó a profesionales con oficio, varios de ellos curtidos en los circuitos de la MLB o con aspiraciones a ellos, mientras los nuestros se cocinan en los eventos domésticos (Serie Nacional, Liga Élite), a todas luces inferiores en calidad a sus homólogas de la región, aunque en esas también se corran mal las bases o se deje un lanzador de más. Curazao, por ejemplo, una isla con unos 190 000 habitantes, mostró su mejor cara con una nómina en la que se incluyeron activos o agentes libres en Grandes Ligas.
Mas, no puede mostrarse lo que no se entrena, ni mucho menos se juega. Por esos caminos entramos en el terreno de las concepciones, las mentalidades. La liga cubana tiene que crecer, pero le será muy difícil si los que se enseñan en la base no alcanzan a demostrar su talento porque se van del país antes de curtirse, si persisten de un torneo a otro concepciones arcaicas e indisciplinas técnico-tácticas, si la cacareada estrategia no tiene en cuenta que el desarrollo soñado pasa por el dinero que Cuba hoy no tiene; también necesita admitir a pecho abierto todo lo que nos falta, que es bastante.
¿Cómo entender que en un país donde se juega béisbol hace más de un siglo se hable a estas alturas de que “muchos jugadores están haciendo swing fuera de la zona de strike y no hemos corrido bien las bases”, como declarara un integrante del cuerpo de dirección?
¿Cómo entender que a un lanzador dominante como Vargas, con ventaja y un out por conseguir, el entrenador tenga que dictarle cómo lanzarle al noveno bate puertorriqueño? Luego la desconcentración terminó en boleto, hit y un equipo dejado al campo. ¿Qué tan positivo fue que Kelvis Rodríguez, aunque luego caminó siete entradas frente a México, no preservara la ventaja al permitir tres carreras, a la postre decisivas, cuando en el béisbol moderno ese es uno de los acápites que mide la eficiencia del pitcher? ¿De qué béisbol hablamos con siete robos permitidos en el juego contra Panamá o exponerse a una sanción por el olvido de un apellido o de un número, similar a lo sucedido en el Panamericano Sub-15 con el mal uso de un lanzador?
El nivel de Cuba es hace rato de la media hacia abajo en la región. Recordemos que perdimos la supremacía regional no solo en Juegos Centroamericanos y Panamericanos, sino en torneos de más baja catadura en los últimos tres años. Porque este es un evento entre clubes campeones, Cuba, si la invitan, debe seguir asistiendo con el suyo, ya sea de la Serie Nacional o de la Liga Élite.
Aunque muchos la emprendieron con los refuerzos, no creo que uno más o uno menos hubiesen hecho diferencia, pues en otras versiones han sido mayoría e igual hemos perdido. Recordemos que, tras el retorno a esa cita en el 2014, apenas tenemos el oro de los Vegueros de Pinar del Río en el 2015.
Desastre cubano aparte, la Serie del Caribe fue un regalo por su propuesta competitiva, que debió esperar al último juego para definir semifinalistas, por ser una exhibición de buen béisbol con partidos cerrados y definidos en su mayoría por una o dos carreras y por el espectáculo de altura del estadio monumental Simón Bolívar, de La Rinconada, cuyo público lo repletó cada vez que jugó el anfitrión.
Si fuimos a la Serie del Caribe a buscar lecciones sobra decir que otra vez no pasamos de grado. El riesgo mayor es que Cuba no vuelva a ser invitada por la pobreza de su presentación y entonces no tengamos ni esta escuela para seguir aprendiendo.
que hay de los resultados de ss en el sub 15 y sub 18 ni una noticia masz
Periodista:Como la mayoria de las cosas de esta vida,lo que obtienes es lo que puedes pagar por ello.En mi juventud muchos se conformaban con un diploma,el estrechon de mano de un dirigente y tu nombre en la prensa cuando te destacabas en algo,incluyendo el deporte..Las generaciones recientes se han dado cuenta que necesitas mucho mas que eso,que hay una sola vida y que si tienes talento hay que pagarte, porque tu tendras que pagar lo que recibes,entonces se marchan a donde paguen mejor o cambian a actividades mas lucrativa.En resumen si queremos tener buena pelota como cualquier otra cosa, sencillamente hay que pagar,CON DINERO,para disfrutarla..Preguntese periodista si es justo que UD cobre mas o menos lo mismo que otro de su profesion,que no tiene su experiencia,el dominio del oficio y los lectores que UD tiene..Resultados son los grandes desniveles de calidad en el periodico:Articulos como este que estimulan el debate y verdaderos «Teques» propagandisticos que ya nadie cree porque no hay realidad mas incuestionable que una mesa o un estadium vacio
Excelente este articulo de Elsa, porque todas sus afirmaciones son irrefutables y me llama la atención, la opinión de algunos paisanos míos que consideran que en el artículo se utiliza un vocabulario muy crítico y yo me pregunto, ¿qué quieren…?, un articulo cargado de falsedades e irrealidades insustentables, pues no, tenemos que aprender a escuchar las verdades de lo que acontece en cualquier tema que se aborde, sea económico, social, político o deportivo, porque sino llamamos las cosas por su nombre, no seremos capaces de ir al fondo de los problemas, identificar las causas y buscar las soluciones pertinentes y este es el estilo que caracterizan los artículos de Elsa y es, además, al estilo al que están convocados los periodistas por parte de la dirección de la revolución. Yo no tengo claro que cosa agregar a lo expresado en el artículo, pero si no puedo dejar de decir que es un desprestigio los resultados que estamos alcanzando en todos los eventos internacionales de beisbol y es verdad, también, que nuestros peloteros no están estimulados para dar el máximo de sí en cada una de sus actuaciones y esta es una de las causas del éxodo de peloteros cubanos con talento y que desde edades tempranos ya están pensando en abandonar el país para jugar en lides profesionales, porque es en ella, justamente, donde de verdad alcanzan la preparación optima y donde, cuanto más se destaquen, mayor es el nivel de compensación económica que reciben y eso es lo que hay que premiar en Cuba, aunque se utilicen otras formas de reconocimientos y compensación, es decir, no podemos considerar al dinero como la única vía para incentivar los resultados y yo estoy consciente de que económicamente transitamos por una circunstancia difícil que se manifiesta y tiene expresión en todo el acontecer económico, político y social del país, pero no por ello podemos cruzarnos de brazo o asumir una postura de resignación y este principio es perfectamente aplicable al deporte cubano en todas las disciplinas y lo mas triste es que la estructura que tiene el beisbol doméstico actualmente y los resultados que se alcanzan, se evalúan y se celebran por los directivos del INDER, a todas las instancias, como grandes acontecimientos, por favor, la calidad del Beisbol en Cuba en la actualidad es solo comparable con las ligas manigüeras que existían en este país hace ya muchos años atrás.
No creo que aumentar la crítica por todos lados sea lo más elocuente máximo si es un resultado sostenido en años y ahora cuál es la causa que no fue antes, han entrevistado a los peloteros, serán que no la ven pasar, serán que tiran flojo los picher, o será que el rival es mejor y no lo vemos de esta manera, la pelota es redonda y viene en caja cuadrada mire usted
Como siempre buen articulo de Elsa. Si no rectificamos y cambiamos seguiremos en picada. Hay que perfeccionar la liga élite integralmente para que los resultados sean otros, empezando por los cuerpos técnicos y los manager.
Que hay con los resultados del sub-15 y sub-18 de Sancti Spíritus.
De acuerdo con el comentario, Cuba se ha quedado detrás en el beisbol en todos los niveles, muy triste la realidad de hoy, ojalá vengan alegrías en el futuro cercano.Saludos.
Si criticamos es para dar una solución al problema y no se habla de eso.
Critiquen y den posible solución de lo contrario lo mejor es callar.