A pesar de que la mayoría de las producciones no alcanzaron los volúmenes planificados para el 2022, y el Ministerio de la Agricultura lo califica de mal, el Primer Ministro cubano, Manuel Marrero Cruz, reconoció este jueves en el balance anual del organismo el esfuerzo y el trabajo en el sector.
Precisó que la insatisfacción radica en no lograr los resultados que demanda el pueblo de un sistema golpeado durante años por el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de Estados Unidos, además de la pandemia de la COVID-19, la falta de combustible y la importación de los alimentos.
No tenemos divisas para ponerle lo que lleva el campo; cuando se dispone de los recursos que requieren las producciones, los rendimientos se disparan. Tiene que haber un cambio en la matriz de la agricultura, porque el dinero no alcanza para todo; no se trata de mala administración o prioridad, el camino es generarlo, afirmó el Primero Ministro.
Hay que acabar de entenderlo, reiteró Marrero Cruz, avanzar de frente con ciencia e innovación, lo cual no marcha parejo; se deben integrar todos los saberes de la ciencia.
Los resultados de este primer trimestre son malos, sin embargo, hay lugares donde se hacen bien las cosas y hay buenos niveles de producción, dijo.
El Primer Ministro pormenorizó la situación de algunos renglones como la carne de cerdo, el huevo y los vegetales y planteó: «¿Qué vamos a hacer diferente? El pueblo, al que nos debemos, exige resultados, y al sector lo monitorea todos los días, al menos dos veces».
Cuestionó que la agricultura tampoco alcanzó resultados en su gestión; en realidad hay problemas organizativos, el lenguaje que se habla arriba no es el mismo que se habla abajo. Medio millón de agricultores del sector estatal garantizan un 20 por ciento de la producción, el resto lo proporcionan los campesinos y cooperativistas.
Marrero Cruz se refirió a la prioridad que brinda la dirección del país a la agricultura, uno de los organismos al que más tiempo y jerarquía se le dedica; pero tampoco hay avances en el control, y se incrementa el robo de recursos y animales, advirtió.
El jefe de Gobierno urgió a fortalecer la estructura en las provincias y municipios, como escenario de la agricultura, y poner al productor en el centro para lograr estabilidad y precios justos; y que desciendan los que imponen los intermediarios, manifestó, e instó a cambiar las estrategias en la inversión extranjera y la colaboración, pues no se avanza tampoco.
Del programa sobre la ruralidad, impactada por el bloqueo, hay que ver además la desatención, el envejecimiento de la población, la diferencia entre los productores que tienen dinero y los que cosechan pequeñas parcelas; hay que elevar la atención al campo, sostuvo Marrero Cruz.
Al tema también se refirió el vice primer ministro Jorge Luis Tapia, quien alertó sobre la necesidad de estrechar los vínculos con los productores y el acercamiento a una tarea con muchos problemas como es la contratación de las producciones, que le corresponde a la base productiva, las empresas y a Acopio.
Se debe limar la distorsión entre los precios y la comercialización, y acudir a los créditos revolventes (que vuelven a tener vigencia después de amortizados) para pagar a los productores, lo que se convierte en un objetivo estratégico, puntualizó Tapia.
De acuerdo con el informe presentado al balance, el indicador que mide la gestión del sistema empresarial es desfavorable, con saldo negativo de más de dos mil 611 millones de pesos; los grupos empresariales Ganadero, Agrícola, Agroforestal, Gelma y Acopio, así como 135 empresas, cerraron con pérdidas en el 2022.
Este 2023 debe ser mejor, se planteó en la reunión, pero los resultados no se vislumbran.
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