Poco importó a los arqueros cubanos las extremas condiciones climáticas con que amaneció esta ciudad. Salieron dispuestos a ponerle calor caribeño a la justa individual de este deporte en los XIX Juegos Panamericanos y dos avanzaron hasta los cuartos de final.
Juan José Santiesteban y Javier Vega estuvieron inmensos en el Centro de Tiro con Arco de Peñalolén, donde enfrentaron a dos de los mejores exponentes del mundo.
El primero –la más reciente incorporación a la selección nacional del arco recurvo– venció 7-3 en su primer match al argentino Damián Jajajarabilla, camino a su duelo con el canadiense Eric Peters, subcampeón del orbe hace apenas unos meses en Berlín y miembro del equipo que reinó en Lima 2019.
Esos detalles nunca pasaron por la mente de JJ, como le dicen sus compañeros. Salió en busca de la gloria y la abrazó con tiradas de nueve y 10 puntos, para sorpresa de su rival, con algunas flechas de siete en su andanada. La impresionante victoria por 6-2 le abrió las puertas al lote de los ocho mejores del torneo.
Javier tampoco reparó demasiado en sus oponentes, empezando por el guatemalteco Thomas Flossbach. El 6-0 inicial le dio confianza para encarar al número uno del ranking mundial, el brasileño Marcus D’Almeida.
Imposible describir la tensión vivida en ese momento. Se trataba para muchos de una batalla desigual, con el sudamericano como claro favorito hasta el momento de tensar los arcos.
Un primer set dividido a un punto hizo pensar en que todo estaba bien. Llegaron entonces los triunfos para D´Almeida y el match 5-1 parecía visto para sentencia.
Entonces salió a relucir el orgullo herido del espirituano, sin nada que perder en su primera experiencia en citas panamericanas. Ganó dos sets consecutivos para equilibrar el pulso y ambos apostaron su suerte a una sola flecha.
D´Almeida echó mano a toda su experiencia para exprimir a su flecha un 9.5 que pareció lapidario. Algunos suspiraron con resignación, pero no Javier. Aguantó la respiración tanto como pudo, estiró firme la cuerda y aquellos incrédulos soltaron un grito, mezcla de euforia y admiración. En la diana quedó clavada la flecha señalando el 9.7 que puso al cubano ante la mejor actuación de su carrera.
«Competencia muy tensa», fue la única expresión del entrenador Reiter Téllez. Nada más añadió en medio de tanta felicidad, satisfecho con los frutos de horas de preparación junto a sus muchachos.
«Aquí no hay match fácil, estamos enfrentándonos a hombres que están entre los mejores del mundo», agregó casi a gritos en medio del ambiente creado, todo lo contrario al intenso frío y la pequeña tormenta de granizo que obligó a posponer para este viernes los duelo programados para la sesión vespertina.
Nada de eso importó a los cubanos. Tocaba festejar a todos, incluido al capitán Hugo Franco, eliminado en la ronda de octavos de final.
El pinareño llegó a esta ciudad después de vivir semanas muy difíciles en lo personal. No exhibió el nivel acostumbrado en la doble vuelta a 70 metros, pero tuvo un repunte en los matches de este jueves, al batir al brasileño Matheus Ely (6-2).
Su posición en el organigrama le puso luego frente al estadounidense Brady Ellison, actual recordista mundial. El 1-7 marcó su despedida.
«Hugo es un orgullo nuestro. A veces el deporte es un poco injusto y solo nos quedamos con los resultados en frío y no es lo único que cuenta. Digno de felicitación porque compitió aquí en medio de una situación personal muy tensa», reconoció Téllez.
Las mujeres, dirigidas por Vladimir Quintas, no tuvieron respuestas ante contrarias de nivel. Maydenia Sarduy cedió 0-6 frente a la mexicana Ángela Ruiz; Larissa Pagán capituló con similar marcador en su cruce con la chilena Javiera Andrade y Yailín Paredes fue víctima 1-7 de la canadiense Virginie Chénier.
Además de los duelos de cuartos de final en el evento individual, a Cuba le resta la incursión en la modalidad de equipos mixtos, con Larissa y Javier enfrentando a Anne Abernathy y Nicholas D´Amour, de Islas Vírgenes Británicas, en uno de los duelos pospuestos de la jornada de este jueves.
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