El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, asistió este lunes a un concierto realizado en la Basílica del Convento San Francisco de Asís con motivo del aniversario 50 del golpe militar en Chile, que segó la vida de Salvador Allende.
En el programa participaron el trovador Silvio Rodríguez, el Coro Nacional de la nación caribeña, dirigido por la maestra Digna Guerra; la flautista Niurka González junto a la pianista Malva Rodríguez y la Orquesta de Cámara de La Habana, según informó la Presidencia de la República en la red social X, antes Twitter.
La embajadora de Chile en Cuba, Patricia Esquenazi, agradeció en la velada a la nación caribeña, su pueblo, al líder histórico, Fidel Castro, y al presidente Miguel Díaz-Canel, por ser Cuba «el país que le abrió los brazos a quienes llegaron tristes cuando se produjo el golpe, gracias por acompañarnos».
🇨🇺| El Presidente @DiazCanelB asiste al concierto por los 50 años del golpe militar en #Chile que puso fin al gobierno de Unidad Popular y terminó con la vida de #Allende. En la Basílica Menor del Convento San Francisco de Asís ocurre la velada cultural de lujo.#50AñosDelGolpe pic.twitter.com/eOzuFX2kTA
— Presidencia Cuba 🇨🇺 (@PresidenciaCuba) September 11, 2023
También asistieron al concierto el canciller, Bruno Rodríguez, el ministro de Cultura, Alpidio Alonso, parte de la comunidad chilena residente en Cuba, representantes del cuerpo diplomático acreditado en la mayor de las Antillas y notables intelectuales cubanos.
Hace 50 años se desarrolló una de las páginas más oscuras y sangrientas de la historia de la democracia y del movimiento obrero en en América Latina, en la mañana del 11 de septiembre de 1973, el edificio de la Moneda (sede del Ejecutivo) fue bombardeado y asaltado.
El presidente Allende, ante la exigencia de rendirse, respondió a través de Radio Magallanes con unas palabras que le situaron para siempre entre los grandes de la región: “… no renunciaré… pagaré con mi vida …. estoy seguro de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles de chilenos no puede ser destruida”.
Sobre la una de la tarde de ese día y una vez agotadas todas las posibilidades de resistencia, se produjo la muerte de Allende después que la mayor parte de su escolta y otros combatientes habían caído en la lucha o fueron capturados tras quedarse sin municiones.
La represión militar posgolpe fue terrible: decenas de miles de personas fueron segregadas en cárceles o en estadios de fútbol convertidos en campos de concentración, miles fueron torturadas y asesinadas, y muchas otras, adherentes a partidos o sindicatos de izquierda, tuvieron que huir, eligiendo el camino del exilio.
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